No se trata de alarmismo, es la realidad y los datos que reflejan los mercados muestran que ya están preparando una nueva crisis económica global que tendrá unas consecuencias mucho más brutales que la de 2008 para el ciudadano de a pie por una razón muy simple: mientras que en la anterior recesión se partía de una base de prosperidad, ahora se sale desde una situación de pérdidas de derechos laborales y salariales que tendría como consecuencia una de las mayores masacres sociales de la historia de la humanidad.

En Diario16 ya hemos informado en diferentes ocasiones, en algunos casos relacionadas con el Caso Banco Popular, cómo las grandes corporaciones financieras internacionales estaban tomando posiciones e invadiendo las economías nacionales. Sin embargo, el problema lo encontramos en que en esta última crisis financiera esas élites económicas han ganado billones de euros y han encontrado el nicho de negocio para seguir apoderándose de la riqueza mundial, es decir, que la crisis se ha convertido en una estrategia más que en una consecuencia, como solía ocurrir hasta ahora. En segundo término, y esto es preocupante, se están aprovechando de los ciclos para implementar modelos de recesión paulatina que van afectando a corporaciones sistémicas que, en un momento determinado, serán las que provoquen el crash, tal y como ocurrió en 2008 con Lehman Brothers. En tercer lugar, los datos del mercado demuestran cómo una nueva crisis está más cerca de lo que muchos piensan. En cuarto término, hay dos importantes entidades financieras sistémicas que están en serias dificultades y que podrían ser las elegidas por los poderes económicos para ser la excusa perfecta de un derrumbe de los mercados.

Los movimientos de los mercados de los últimos meses no son nada halagüeños. Vemos inestabilidad en las primas de riesgo de Italia y España, hay una ingente burbuja inmobiliaria que, a diferencia de la anterior, se está produciendo a través de los movimientos especulativos de los grandes fondos buitre o como método de inversión de las grandes fortunas (en algunos casos como sistema de blanqueo de capitales), también existe una inestabilidad creciente de los precios del petróleo. Estados Unidos está subiendo sus tipos de interés. Sólo falta que alguien encienda la mecha para que, nuevamente, la economía mundial se sitúe en recesión. ¿Serán las dos entidades financieras europeas?

El comportamiento de los bonos del Estado de las principales economías occidentales también muestra cómo se trabaja en inversiones a corto plazo ya que tienen una mayor rentabilidad que en largo, por lo que, en este año 2019, es probable que se genere una venta masiva de productos a largo plazo. Este fenómeno se dio en las tres últimas recesiones.

En referencia al mercado español y viendo el desarrollo de los mercados internacionales podemos comprobar cómo mientras en Estados Unidos había una tendencia alcista a partir del año 2009, el IBEX35 no ha sido partícipe de ese ciclo positivo en la misma magnitud. Algunos de los productos financieros principales y con un mayor volumen de comercialización son muy vulnerables, lo que provoca una gran preocupación a la hora de que esos problemas de rentabilidad generen fallas estructurales profundas que hagan caer valores hasta ahora eran tradicionalmente sólidos.

Sin embargo, esos valores están ya controlados por los gigantes financieros que son los que decidirán cuándo será el momento de encender la mecha según los intereses de sus principales clientes.

Esta crisis inminente provocada por las élites financieras golpeará de manera inmisericorde a los habitantes del sexto continente, a los hijos de la inmigración y el desarraigo, de la falta de oportunidades, de la miseria y de la enfermedad, de la búsqueda de una vida mejor, que saben a ciencia cierta que otro mundo es posible. No persiguen el realismo mágico ni la quimera sino la justicia y la igualdad de oportunidades, los derechos humanos, el equilibrio medioambiental y la sostenibilidad. No tienen raza ni color de piel ni región porque representan a todas las razas y a todas las regiones, a todos los oprimidos, a todos los perdedores de la crisis.

El verdadero peligro de esta crisis, que ya asoma su rostro cruel, es que genere la revolución alimentada desde el sufrimiento y no desde la conciencia puesto que, de ser así, los resultados de la misma taparán el problema, pero no lo solucionará. La conciencia, la ética y el respeto a la igualdad, la diversidad y la justicia social deben ser la base sobre la que asentar la reacción de quienes aún no se han recuperado del crash de 2008, dado que los ataques de ese capitalismo cruel que sólo representa a los intereses egoístas de una minoría que quiere implantar el sometimiento a través de la desigualdad, podrán ocultarse durante un tiempo, pero resurgirán inevitablemente con una mayor crueldad.

Estamos ante la posibilidad de que esta crisis sea la definitiva, la que cambie definitivamente las leyes de la justicia social por la del más fuerte y, entonces, todos estaremos perdidos.

España está siendo invadida en silencio y con la permisividad del Gobierno

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