“Doblemente maltratada”. Así se siente N.G.P una joven madre que después de sufrir violencia de género por parte de J.B.F, su exmarido condenado en varias ocasiones por maltrato. Esta valenciana no ha podido rehacer su vida junto a su hijo y tras tener que aceptar la custodia compartida con él (con orden de alejamiento incluida), ahora se enfrenta al embargo inmediato de sus bienes por un importe de 2.767 euros ya que el Juzgado de Violencia de Género de Denia la condena al pago de costas por recurrir la sentencia de custodia compartida para su maltratador. “En la sentencia de diciembre de 2012 de divorcio presentada en el Juzgado de la Denia de Violencia de Género se otorgaba la custodia compartida a mi exmarido con orden de alejamiento en vigor y otro procedimiento penal contra mi por el que en 2016 fue condenado a 2 años de prisión. Recurrí a la Audiencia Provincial de Alicante. Tuve que pagar las tasas de 1000 euros que en aquellos momento Gallardón impuso y ratificaron la custodia compartida. Recurrí al Tribunal Superior de Justicia de Valencia, el cual no juzgó y se inhibió pero impuso costas. Ahora me las pasan a cobro, costas para pagarle el abogado a un maltratador”, relata angustiada en exclusiva a Diario16.

Esta licenciada, que cada día intenta sacar fuerzas de donde puede, no entiende cómo la justicia en lugar de estar de parte de quien es maltratada, le pone una zancadilla que no solo es económica, sino también moral. “Siento vergüenza por tener que explicar que el condenado es él, no yo. Que yo hice lo que pude porque mi hijo no aprenda que lo correcto es el ejemplo de alguien condenado por maltrato. Y que en eso la justicia no me amparó”, relata apenada.

 

¿Cómo de injusta es la justicia con una madre maltratada?

Es un calvario. Darle la compartida a un maltratador es inexplicable, por el ejemplo que recibe el menor y por el castigo que recibe la madre. Porque le dan vía libre para seguir maltratando a través de tu hijo. Y eso es cruel e injusto. No es lo que dicen de denunciar y ya se pone fin a todo, se denuncia y te caen todas las condenas del mundo. Empieza un proceso judicial que no tiene fin. Y que es demoledor.

¿Jarros de agua fría en lugar de empatía es lo que recibes?

Lo que obtienes cuando reclamas justicia es el interrogante de porqué aguantaste, cómo es que no hiciste nada y eso implica incredulidad hacia lo que estás denunciando y un juicio paralelo a ti como víctima. Te obligan a pasar periciales psicológicas a solicitud de los maltratadores donde se te cuestiona como persona, como madre y como denunciante. La excusa del maltratador es atentar contra tu estado mental y le dejan. Denuncias y encima te tienes que defender.

¿Cómo te explicas que un juzgado te obligue a pagar las costas y el abogado de tu maltratador cuando además no tienes dinero?

No un juzgado cualquiera, el de Violencia contra la Mujer. Me resulta inhumano. Lo condenó a él pero me castiga a mí. Yo solo recurrí la custodia compartida que se le había concedido a un maltratador condenado y con una orden de alejamiento en vigor. Porque creí que la ley me amparaba. Fui a la Audiencia Provincial de Alicante, que me cobró tasas judiciales, y ratificó la compartida y al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Valencia, que se inhibió pero me condenó a unas costas que son desorbitadas. Y que ahora me reclaman. Y que vienen a ser los gastos de su abogado. Y precisamente la Audiencia la presidia entonces Vicente Magro, hoy en el Supremo, y quien es un referente por dar conferencias sobre la Violencia de Género.

 

Humillación, desprecio, inhumanidad o directamente misoginia ¿cómo defines este calvario en los tribunales?

Creo que es una justicia patriarcal y machista. La ley señala, y en ese sentido se ha pronunciado el Supremo, que no cabe la compartida con maltrato pero luego los jueces interpretan y bajo la premisa del interés del menor, que para ellos es que lo eduque un maltratador, castigan a la madre que se ve envuelta en procesos judiciales sin fin.

“Siento vergüenza por tener que explicar que el condenado es él, no yo. Que yo hice lo que pude porque mi hijo no aprenda que lo correcto es el ejemplo de alguien condenado por maltrato”

¿Si no puedes recurrir cómo vas a sacar ese dinero?

No cabe recurso alguno según dicta el auto. Dan 10 días para abonarlo, y lo he tenido que pedir o me amenazan con embargo de bienes por 3000€ de minuta de su abogado. Es una humillación y un castigo. Siento que la justicia me castiga por pedir que no le dieran la custodia compartida a un padre condenado por maltrato.

¿Vas a seguir luchando hasta el último momento?

No, no puedo más. Hay que portarse bien para que todo pare. Eso es lo que aprendí conviviendo con un maltratador.

¿Cómo se sacan las fuerzas?

Es que ya no quedan. Hace seis años que yo recurrí. Y no han parado las causas judiciales. Cuando ya no pueden arrastrarte por el suelo te arrastran en el juzgado. Hoy él tiene la custodia y yo debo pagarle el abogado.

¿Cuál es el mensaje que se os lanza a todas y cada una de las mujeres maltratadas?

¿El mensaje? La justicia lo condenará pero eso no hará que pare. Y que en el fondo, no te creen. Y te hacen sentir culpable.

¿Qué crees estará sintiendo tu maltratador? 

El espaldarazo judicial. La victoria. Y la venganza. Fue él la víctima de una malísima mujer que no quería que tuviera a su hijo, ese es el discurso social. Y así no se puede seguir.

 

¿Tu pequeño es consciente de la realidad?

Sí y no. Su madre está desautorizada por los jueces y aunque no tenga muy claro lo que significa entiende que su padre gana y su madre estaba equivocada. Su madre denunció que no se aplicara la ley, pero eso no lo entiende. Entiende que su padre lleva razón y la mala es su madre. Yo misma tampoco entiendo que se me castigue a mí sin cometer ningún delito, sin tener ninguna condena ni denuncia alguna.

Copia de la sentencia.

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