Para algunos, “la camarilla se está poniendo nerviosa”, para otros, “algunos candidatos buscan su ego personal”, pero lo que sí tienen claro todos es la importancia del momento en el que vivimos.  La política regional murciana anda más turbia que las aguas del Mar Menor, con un Partido Popular flanqueado por los cuatro costados, al que se le hace difícil avanzar.PSss

A su proa, la sociedad civil comienza a despertar de la hipnosis del “Agua para todos”, tras las afortunadas palabras de la Señora Tejerina, y un capitán, que lejos de ser el patrón del barco, apenas llega a tener el titulín para pequeños barcos, al mismo tiempo que, a su popa, van quedando un reguero de cadáveres políticos, justos merecedores de sus propios actos, sin que lleguen a caer los verdaderos jefes de la familia. A estribor se acerca la constitución de un nuevo partido, con Alberto Garre a la cabeza, mientras que a babor es más necesaria que nunca una izquierda que sepa acometer con firmeza el período de posibilidades que se abre a sus pies.

Aunque todos comparten el momento histórico en el que nos encontramos, pocos han comprendido lo que les está pidiendo la ciudadanía. Los votantes están ansiosos por ver en el horizonte un nuevo PSRM unido, pensando en las necesidades de los murcianos, y alejado de aquellos nombres que sonaron en el pasado, y que ahora tienen la importancia que les quieren dar aquellos que los critican, sin pararse a pensar que, a pie de urna, todos y cada uno de los 6.032 votantes tienen la misma fuerza.

Los futuros candidatos, aunque alguno se empeñe ya en disponer de ese calificativo, se encaminan hacia las primarias de muy diferentes formas, y la mayoría utilizan frases para la contienda: “el candidato de la militancia”, “el aparato”, “las mesas de camilla” e incluso “la camarilla”. Frases que pierden su sentido el día de la votación , como ya se demostró en las primarias a nivel federal.

Es una pena que jóvenes promesas se lancen a la carrera y en la salida queden marcados por la insignia de la vieja guardia, que le conozcan a nivel regional por el apoyo de aquellos que debieron abandonar la política hace ya muchos años. Las urnas darán su veredicto, y no al político que aúpan, más bien opinarán sobre aquellos que deberían permanecer en silencio por respeto al PSRM.

En la pugna también encontramos a personas que han demostrado su valía a lo largo de los últimos años. Un trabajo incansable con miles de iniciativas presentadas, luchando diariamente por esta región pero que no se paran a entender que el trabajo de los militantes es muy complicado. Es casi imposible convencer a la ciudadanía de que puede ser una gran opción al frente del partido, que no piensen que esto va de familias y cargos hereditarios, cuando son los ciudadanos los que opinan con su voto.

En esta región también disponemos de los mal llamados “Candidatos de las bases”, casi sin apoyo institucional y orgánico, se autoproclaman  merecedores del respeto de toda la militancia. Nuevamente,  un eslogan de campaña, buscando el alejamiento de aquellos a los que llaman “camarilla”, sin pararse a analizar que en esta ocasión la mesa de camilla tiene seis mil patas.

El acierto al elegir Secretario General será de la militancia, serán las 6.032 personas con derecho a voto las que elegirán a su secretario. No vamos a negar que las reuniones existen, en muchas ocasiones alrededor de una buena mesa, pero, alguien me puede indicar que fuerza tienen esas mesas sin el apoyo de los militantes que depositan su voto en las urnas. Seguimos haciéndonos trampas al solitario y sin entender lo que nos pide la ciudadanía.

Ha llegado el momento de hacer POLÍTICA con mayúsculas. Negociar, acordar, unir, debatir, acercar posturas, algo que solo parece haber entendido aquel que lleva meses intentando que al Congreso se llegue con una única candidatura, la que dé la unión y la fuerza necesaria al PSRM para recuperar el gobierno en 2019. Joaquín López lleva tiempo trabajando por un proyecto de unión, sin personalismos, constructivo y sin exclusiones. Buscando a los mejores, ni susanistas ni pedristas, los más idóneos para diseñar un proyecto que ilusione a los votantes de esta región, partiendo de la base de un partido unido y sin fisuras.

No se trata de ser el primero, ni de tener el eslogan más adecuado, ni de llevar más futuros jubilados detrás. Se trata de hacer política, de crear una mesa con seis mil patas a la que se puedan sentar todos y cada uno de los militantes de esta federación.

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