Desde el año 2004 hasta agosto de 2020, República Dominicana fue uno de los epicentros mundiales de la corrupción y del crimen organizado. Durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), liderados por Leonel Fernández y Danilo Medina, se generó un escenario marcado por la corrupción más absoluta y eso se trasladó a las leyes que dictaron y que, en algunos casos, siguen vigentes a pesar del cambio de presidente. Fue tal el nivel de corrupción, del que se beneficiaron los altos dirigentes del PLD, tal y como publicamos en exclusiva en Diario16, provocó que el país caribeño se convirtiera, en proporción, en el líder absoluto del Caso Odebrecht.

Sin embargo, la llegada de Luis Abinader a la Jefatura del Estado ha provocado un cambio histórico que le ha llevado a recibir el reconocimiento internacional por su trabajo en contra de la corrupción. Además, las cifras están ahí, lo que ha derivado en que en los diferentes rankings mundiales República Dominicana haya escalado puestos como nunca lo había hecho en su historia.

Esta semana, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, puso como ejemplo de lucha por la democracia las medidas anticorrupción del gobierno de Luis Abinader. Estas palabras del Biden, evidentemente, son un golpe para quienes hoy se presentan como salvadores de la patria pero que cuando gobernaron pusieron la impunidad como elemento fundamental de sus gobiernos.

Hay que recordar que en discurso de toma de posesión, el presidente dominicano fue muy claro con sus intenciones a este respecto: «Y hoy, aquí, les digo que nuestra democracia has ido dañada. En este punto quiero ser muy claro, preciso, y contundente. En el gobierno que iniciamos hoy, no se permitirá, bajo ningún concepto, que la corrupción del pasado quede impune, el que robó dinero del pueblo, tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos. De igual manera quiero hacerles una advertencia a los nuevos funcionarios que me acompañarán en el gobierno del cambio: no voy a tolerar ningún acto de indelicadeza y mucho menos de corrupción en mi gobierno. El funcionario que se equivoque con el dinero del pueblo será inmediatamente destituido y puesto a disposición de la justicia».

La buena gestión del jefe del Estado dominicano ha posicionado al país caribeño en el puesto número cinco del Ranking del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC), logrando estar por encima de otros países de América Latina como Venezuela, México, Panamá, Bolivia, Guatemala, Paraguay, Brasil, Ecuador, Colombia y Argentina. Se trata de un avance palpable en los datos estadísticos que ha arrojado el informe CCC 2022, elaborado por AS/COA, por sus siglas en inglés, y Control Risks.

Cuando ha superado la mitad de su mandato, la transparencia y la ética de Luis Abinader ha ascendió a la República Dominicana en los niveles del CCC, superando significativamente la posición del 2020, cuando el presidente era Danilo Medina, dirigente del PLD.

El continuo trabajo realizado por Abinader sigue colocando en un nivel muy alto el nombre y el prestigio de República Dominicana, por segundo año consecutivo. Esta vez teniendo una variación de +0.81 con relación al 2021, calificada en el informe CCC 2022 como la mayor mejora. «La República Dominicana fue el país que vio la mayor mejora en su puntuación, continuando una trayectoria ascendente de dos años».

La República Dominicana que cogió Abinader era el paradigma de la corrupción sistémica que le costaba al Estado más de un 1,1% de su producto interior bruto. Esta cifra es una barbaridad y da una idea de la magnitud del problema.

Para poder luchar contra esa corrupción, Abinader ha iniciado una serie de reformas de gran calado como, por ejemplo, la reforma constitucional para que la Fiscalía, el Ministerio Público, tenga absoluta independencia. «La democracia, la lucha contra la corrupción y la separación de poderes, no pueden depender de la buena voluntad de un presidente», dijo Abinader que, con esta reforma, demostró al pueblo su determinación para que en República Dominicana no vuelva a haber espacio para la impunidad y la corrupción, rompiendo así con una historia política que nunca se inclinó hacia la justicia, sino que mantenía influencia del Poder Ejecutivo sobre el Ministerio Público.

En España se inició, tras la crisis económica global de 2008, un movimiento que reclamaba una «Segunda Transición». En República Dominicana, Luis Abinader tiene intención de producir una segunda restauración institucional y material, a través de una intensa agenda nacional de doce reformas que serían implementadas para modernizar a fondo el país.

Destacan la reforma de la transparencia y la institucionalidad, para fortalecer la independencia no solo del Ministerio Público, sino también de la Cámara de Cuentas. Asimismo, se trabaja en un proyecto de ley que modificará la Contraloría General de la República para hacerla más efectiva y eficiente porque, como bien afirmó Abinader, uno de los más importantes cambios implementados por su gestión para revertir la influencia sobre el Poder Judicial, fue el nombramiento de una Procuraduría General independiente. «El camino hacia un sistema de consecuencias ante el delito, igual para todos, es ya irreversible».

Cuando las palabras se traducen en hechos, éstos traspasan fronteras y la puesta como ejemplo a República Dominicana por parte de Joe Biden se suma al hecho de que desde hace tiempo en Estados Unidos se están fijando en Luis Abinader y sus actuaciones se toman muy en cuenta en los pasillos del Capitolio.

Colaboración internacional

El compromiso del presidente dominicano se extiende también a la lucha contra el delito internacional y a la colaboración con las entidades de seguridad y las policías de otros países. Luis Abinader tiene claro que su país no se puede convertir en un refugio para criminales y esto se demostró estos días con la operación que terminó con la detención de una de las fugitivas más buscadas por Europol.

El pasado jueves, agentes de la Policía Nacional española detuvieron en aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas a una fugitiva a la que le constaba una Orden Europea de Detención y Entrega interpuesta por las autoridades de Hungría. La arrestada, Andrea Dudla, a quien también se le conoce con el sobrenombre de Eszter Kathona, fue condenada en su país de origen a más de diez años de prisión por la comisión de varios delitos económicos y, además, mantiene causas abiertas para ser juzgada por otros presuntos delitos de falsedad documental, fraude y estafa. Por estos últimos hechos se enfrenta a otras condenas que exceden los 15 años de privación de libertad.

En el marco de esta investigación, se iniciaron las gestiones oportunas para localizar y detener a esta fugitiva húngara, quien se encontraba incluida en esta lista por la comisión de varios delitos económicos (estafa, fraude y blanqueo de capitales) y de falsedad documental de suma importancia en su país de origen. Además, esta mujer también se encontraba en la lista de los fugitivos más buscados de Hungría.

Los hechos por los que se le buscaba se remontan al periodo comprendido entre 2005 y 2012, cuando la fugitiva, especialista en relaciones bancarias y fraudes crediticios, en colaboración con otras dos personas logró apoderarse ilegalmente de más de dos millones de euros. Para dar apariencia lícita a la procedencia de ese dinero, crearon diversas sociedades fantasmas. Acto seguido a sus primeras condenas, concretamente a mediados de 2012, y de forma previa a su ingreso en prisión, la detenida desapareció de Hungría sin dejar rastro, desconociéndose su paradero hasta el momento de su arresto.

Inicialmente se sospechaba que se escondía en Tailandia, donde uno de sus colaboradores había sido detenido. Sin embargo, las pesquisas iniciales y la colaboración entre las distintas autoridades de Alemania, España y República Dominicana permitieron durante el pasado mes de enero situarla en este último país. Tras semanas de investigación, los agentes consiguieron detectar su presencia en ese país, donde vivía protegida por una influyente comunidad húngara desarrollando una vida aparentemente familiar y normal bajo una identidad falsa. Allí, la fugitiva había contraído matrimonio con un varón de nacionalidad dominicana, con quien tiene una hija de corta edad.

Con toda esta información, las autoridades dominicanas y españolas establecieron un dispositivo conjunto para proceder a su detención, que se llevó a cabo en el puesto fronterizo del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. La arrestada ha vivido durante más de diez años evadida de la Justicia, logrando llegar a distintos países y disponiendo de gran facilidad de acceso a documentación falsificada, lo que dificultaba enormemente su detección.

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