Ahora sí, ahora son fiables y no una fórmula de manipulación de los medios del establishment para favorecer a la derecha. Algo así piensan en el seno del PSOE tras las encuestas publicadas en los últimos días y que muestran una subida del partido tras auparse al gobierno de España. José Félix Tezanos saldrá cualquier día a decir que ya él tenía sondeos similares (como aquella encuesta que filtraron a la prensa), o Francisco Salazar a advertir que las tendencias eran lógicas. ¡Ahora!

El caso es que la alegría orgásmica dentro de la socialdemocracia española es máxima. Un gobierno de tecnócratas y caras conocidas (el “gobierno bonito”), algún giro mediático en busca de los aportes monclovitas, la desaparición del dirigente de Ciudadanos y la salida del PP de M. Rajoy han servido para que la felicidad se instale en la sede de Ferraz. Ahora, piensan, el viento sopla a favor ¡y sin haber realmente gobernado! Igual por eso las encuestas suben tanto, porque no han tenido tiempo de gobernar y los aciertos y errores del gobierno no aparecen reflejados en los sondeos. Siempre que accede un partido al gobierno tiende a subir en los sondeos siguientes, digamos que es lo que se podría llamar el “factor Moncloa”. Eso mismo se ve reflejado en los sondeos. Pero es que son sondeos sumamente contradictorios entre sí, algo que no han debido valorar en Ferraz, ni las huestes socialistas. Analicemos posibilidades y tendencias.

Los tres sondeos que hemos conocido durante el fin de semana (La Razón, ABC y La Sexta) marcan claramente un aumento del PSOE en intención de voto. En el caso del ABC (un muestreo corto de 800 entrevistas) llega a situarle primero. Como se expuso en el párrafo anterior eso puede deberse al “factor Moncloa”. Pero es extraño, hasta para la acción de ese factor, de que se produzca un swing tan grande en algunas provincias (como Barcelona) respecto a sondeos anteriores. Por tanto, subida sí pero tomándola con muchísima cautela. El PSOE sube, dos o tres puntos, pero hay que esperar a ver cómo se va desarrollando el día a día político. Ya subió también cuando venció Pedro Sánchez en las primarias para bajar de nuevo. Aunque la dinámica sería a mantenerse, al menos, en estos porcentajes.

Respecto a Podemos hay contradicciones. Según alguna encuesta parece no premiársele la acción de haber apoyado la moción de censura, con la inestimable colaboración de Pablo Iglesias hablando con unos y otros para que saliese adelante. Lo normal sería estancarse por un tiempo, como muestran dos de los sondeos, y luego dependiendo del juego gobierno/oposición ver cómo cambia su posicionamiento. Pero, para la formación morada, es clave observar que ya tiene un suelo electoral muy definido y que puede servirle para una estrategia propia muy definida contra un gobierno que lucha en su mismo espacio ideológico. La competencia virtuosa que diría Íñigo Errejón.

El problema está en la derecha porque la bajada de Ciudadanos habría que ver hasta qué suelo electoral llega. Por un lado, los sondeos aún no muestran los cambios que se producirán dentro del PP en esta fase de relevo. Bien es cierto que las peleas que habrá pueden hacer daño, pero este cambio puede hundir o relanzar al partido conservador. Aún es pronto para analizar en qué medida el PP se moverá hacia arriba o hacia abajo. Es más, el posible cambio en la dirección puede provocar que el establishment, como viene demostrando en los últimos tiempos, igual no dé por amortizado al PP y se replantee el apoyo al otro partido de derechas, Ciudadanos.

Ciudadanos sigue saliendo bien reflejado en las encuestas aunque en bajada. Algo normal pues el cuñadismo ideológico suele fracasar ante cambios bruscos en el tablero de juego, y más si su dirigente máximo no ha hecho más que meter la pata día tras día (proponiendo cosas anti-constitucionales) o directamente desparecer de la esfera pública. Una desaparición, que como ya se contó, supone poner en cuestión la capacidad de dirección/liderazgo de Albert Rivera. Queda como un dirigente flojo, sin personalidad, que no sabe estar a las duras, incompetente y falto de ideología y principios. Esto, aunque ya se ve una bajada, podría suponer un hundimiento en las encuestas porque, a diferencia del PP, Ciudadanos no tiene una historia política detrás. Lo que le ha permitido desarrollar un populismo del sistema para bien, también le puede perjudicar si no alcanza cuotas de poder. Por ello la insistencia de lograr buenos resultados en las próximas citas electorales, lo que igual no les baste.

En términos generales no se puede asegurar nada respecto a los sondeos electorales, porque como mucho marcan tendencias (que no es poco), pero no están mostrando patrones de comportamiento asentados. Es tiempo de volatilidad electoral y de cambios entre varias divisiones sociales: bipartidismo/multipartidismo; izquierda/derecha; establishment/transformación; campo/ciudad; regionalismo/centralismo.

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