Al final se ha quitado la careta y ha mostrado su verdadero rostro. Desde hace tiempo se viene sosteniendo en estas mismas páginas que Ciudadanos es populismo (cuñadismo en versión patria) del sistema. Esto es, un populismo (o contrapopulismo) en favor de las elites económicas y de sostenimiento del sistema, con la adición de acelerar las reformas que permitan al capitalismo extender su imperio a todos los órdenes de la vida. Populismo neoliberal para vender desde niños mediante los vientres de alquiler, o la Sanidad de todos y todas.

Albert Rivera y Emmanuel Macron son lo mismo. Surgieron para parar a Pablo Iglesias, uno, y Marie Le Pen y Jean Luc Mélenchon, el francés. Y nada mejor que hacerlo mediante un populismo (recurso a la demagogia y a la formación de hegemonía neoliberal) que quiere sostener el sistema. Pero lo quieren sostener poniéndolo en quiebra, irritándolo, provocándole crisis tras crisis para poder presentarse como los “salvadores” del mismo y llevar a cabo reformar duras en contra del pueblo al que dicen representar. Todo ello haciendo gala de un patriotismo ligado a la Europa de los Mercaderes. Frente a otros patriotismos republicanos, de construcción de ciudadanía plena, ellos son nacional-neoliberales. O lo que es lo mismo viva la nación pero sin ciudadanía responsable. Prefieren ciudadanos sometidos al poder del dinero.

José Manuel Villegas ha recurrido a la demagogia y la mentira, una vez más, para explicar que la unión a nivel europeo de Ciudadanos y En Marche! (se quiere unir también al fracasado populista italiano Matteo Renzi). Según el dirigente naranja ambas formaciones “comparten un nacimiento muy pegado a la ciudadanía y la vocación de trabajar por un proyecto europeo moderno e integrador”. No, señor Villegas. Ciudadanos nació del fascismo panespañol en Cataluña y creció por el apoyo del establishment para frenar a Podemos y acabar con PP y PSOE a una vez. Y En Marche! nació de una salida del gobierno socioliberal para frenar a Le Pen y Mélenchon. Nada de estar cerca de la ciudadanía. Y no hay mejor ejemplo que la bronca del presidente francés a un chico por llamarle Manu. Son elitistas hasta decir basta. Una verdadera secta de “elegidos” que hablan del pueblo pero situándose muy por encima de él. Y como se ha comentado, en apoyo de la Europa de los Mercaderes destructora de los derechos sociales y políticos.

De hecho se muestran de acuerdo en que los migrantes deben llegar a Europa de forma calculada y común. ¿Por qué? Porque, primero, no quieren que una llegada masiva pueda ser utilizada por sus contrincantes de derechas como fórmula de acabar con el sistema y ciertos privilegios de gran parte del establishment. Y, segundo, porque así controlan el ejército de reserva del capitalismo para mantener los salarios bajos en los diferentes países. No hay nada humanitario en sus palabras y deseos, sino puro cálculo mercantil.

El francés Christophe Castaner, menos acostumbrado al cuñadismo, se ha expresado claramente cuando ha dicho que lo que los une a Ciudadanos es “la voluntad de no contentarnos con querer cambiar a Europa solo un poco. Tenemos la ambición y estamos unidos en nuestro objetivo de cambiarla en profundidad”. O lo que es lo mismo, quitar las cortapisas que existen para ponerla por completo y sin mecanismos socialdemócratas en favor de los señores del dinero. Y “contra populistas, que quiere arrasar el acervo comunitario”, esto es, contra aquellos que quieren una Europa social.

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