Curioso el mundo de las nota de prensa de los partidos. Son útiles cuando no has podido acudir al evento y te salvan un artículo, o cuando has acudido y te faltan imágenes o alguna palabra. Pero cuando las recibes y has estado pendiente sabes cuánto quieren o pretenden manipular. Pasa en todos los partidos y es normal. Lo que roza el absurdo es lo que pasa con Albert Rivera y la obsesión que le ha entrado con la tesis de Sánchez. ¿Envidia? ¿Órdenes del Ibex-35? Tiene pinta que más lo primero porque el doctorado/ser doctorando que aparece en sus CVs denotan que siente envidia porque Sánchez lo tiene y él ni lo tiene, ni lo tendrá a este paso (como dijimos en exclusiva un día antes que medios con más visibilidad).

El caso es que Albert Rivera va a dejar pequeño al personaje de Paco Martínez Soria, “don Erre que Erre”. De hecho este es ya el segundo artículo que titulamos con esa frase y utilizamos la imagen creada para aquel. Si a los trece días de ser nombrado presidente del Gobierno Pedro Sánchez, Rivera ya llevaba varios días insistiendo en elecciones, porque se olía que el PP volvería a subir en las encuestas, ahora es el tema de la tesis. O bien lo hace para no parece estúpido ya que se ha demostrado que no hay plagio (la tesis es mala y legal, le guste o no), o bien lo hace para que no se hable de sus títulos que parece que no existen. Ya dijimos en el artículo anteriormente citado que ni doctorando, ni curso George Washington, ni ESADE sino Ramón Llull. Ahora que le están dando un baño a su orgullo, insiste e insiste e insiste con la tesis de Sánchez.

Y claro lo hace en las cadenas amigas de sus jefes verdaderos del establishment. Si no está disponible Antena 3, pues a Onda Cero que es de los mismos dueños. Allí Rivera, que parece no haber visto los datos objetivos sino sólo las portadas de ABC y OK Diario, ha dicho que  “lo natural en democracia es que el presidente de un gobierno comparezca cuando existen dudas razonables sobre un asunto público que le afecta”. Y tiene razón. Tiene tal batiburrillo en la cabeza que no sabe distinguir público y privado, tal vez porque para él no debería existir nada público y todo debería ser privado. La tesis de cualquier persona es del ámbito privado, no del público pues no ha sido utilizada para ganar unas elecciones o una oposición (en Universidad pública que ni Sánchez, ni Rivera han utilizado jamás para estudiar). Igual lo que quería decir es que el debate público habla de su tesis y por ello debería hablar en el parlamento.

Lo bueno es dejarle hablar porque cuanto más lo hace más se muestra su incultura. Así, insiste Rivera que “las dudas sobre su tesis tienen que ver con su autoría, los vínculos de Sánchez con el Tribunal y los plagios y autoplagios que recoge”. Habrá que explicárselo por punto: 1.) No ha salido nadie que ponga en duda su autoría, ni se ha demostrado por mucho que diga Inda; 2.) vínculos con el tribunal de una tesis se pueden tener, incluso afectivos, pero la legislación de la Universidad Camilo José Cela nada dice en contra; 3.) el “autoplagio” no existe en estas épocas (hace 15 o 16 años te ponían la cara verde si algún autor se citaba a sí mismo). Si lo que quiere decir es que le regalaron la tesis en una universidad privada, se podría decir que de igual forma que a él le regalaron su licenciatura en otra privada. Porque el problema puede estar en las universidades privadas sí, pero eso no lo comenta el dirigente naranja.

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