Algunos en las redes le han calificado de cazador de nazis como si fuese una reencarnación de Simon Wiesenthal, pero esto sería exagerado para calificar a Antonio Maestre. Su labor, no llegando a aquella, es saludable para un sistema político que está cada vez más vencido hacia el poder de la clase dominante. Un poder que, además, está recuperando para la lucha de clases a la escoria del fascismo latente que permanece en las estructuras sociales de España. Si antes teníamos a fachillas reconvertidos, Maestre está logrando que veamos cómo los verdaderos fascistas están ocupando cargos institucionales aquí y acullá.

La clase dominante recurre a los fascistas camuflados y el periodista de La Marea se dedica a desvelar, a quitar la máscara al actor, a desvelar lo que hay entre bastidores del establishment. Muchas personas que lean estas líneas habrán leído en las últimas semanas la cantidad de nazis y falangistas que están apareciendo en las listas de Vox, pero igual no saben que es producto del esfuerzo de Maestre y su periodismo cooperativo en la revista La Marea porque el pirateo y el sumarse a la exclusiva es lo habitual en estos tiempos digitales. Se cita de forma lateral y se fusila toda la información tranquilamente desde la redacción. Incluso en Twitter se fusila sin mencionar a quien ha hecho el hallazgo (como pueden ver en el tuit que acompaña estas líneas).

Maestre está teniendo la valentía, y el tiempo de momento, de señalar a estos neofascistas (porque son neoliberales en lo económico) para que sepamos que España no es ese lugar paradisíaco que nos ofrecen los medios del establishment. Existe mucho fascismo camuflado entre la clase dominante y ese mismo es el que está llenando las filas del partido de la derecha que se dice valiente pero se acobarda en cuanto se le hace un poco frente. La última ha sido desenmascarar a Javier Ortega Smith, el número dos voxista, con sus loas a Primo de Rivera, tanto de joven en el año 1986 como hace unos meses en una cena para recaudar fondos. Antes ha ido desmontando a numerosos fascistas camuflados en distintas listas electorales provocando una limpieza de corrales (símil taurino para los taurinos) que ríanse de las malas tardes en Las Ventas. Nazis y neofascistas en un partido que se declara sionista, aunque recibe fondos de Irán, completan la paradoja del neofascismo patrio, el cual no deja de ser un reflejo de las distintas fracciones del bloque en el poder.

No sólo de nazis y fascistas vive el hombre.

Hablar de Maestre como un simple cazador de fascistas y nazis sería injusto con la persona porque es mucho más que eso. Aunque acumule ya varias demandas, muchas desestimadas, por el tema. Incluso podríamos decir que es la parte más chusca de su trabajo como periodista. En su honor le cabe seguir haciendo periodismo con conciencia de clase, algo necesario cuando el resto de los medios de comunicación controlados por el Ibex-35 lo hacen siempre. En favor de la clase dominante claro. La sección que dirige Apuntes de Clase es el perfecto ejemplo de un periodismo comprometido que presenta las noticias no siguiendo las pautas del poder instituido. Presentar la realidad no desde la patraña espectacular sino desde la realidad de las personas que están siendo sometidas por el poder de una clase sobre las demás.

“Viviseccionar” una noticia para poner el foco en lo esencial, no en lo espectacular, en una estructura mediática que potencia realmente lo insustancial y chusco no es sencillo. En nuestro propio medio intentamos mediante el “Infochar” algo parecido, por eso sabemos que tener la valentía de hacer periodismo comprometido y con sentido de clase tiene numerosos riesgos. Entre ellos que la carcunda mediática te catalogue de periodista chekista. Aunque viniendo de quienes se regodean en la carroña y blanquean al fascismo debería ser algo para llevar orgullosamente. De ahí que la labor de desenmascaramiento de ciertos periodistas que trabajan a favor de obra y clase, como Javier Negre, el nuevo Ernst Hanfstaengl (el cicerone de Hitler) o el cipotudo Jorge Bustos. En otros tiempos se diría que son periodistas “sobre-cogedores”, hoy directamente que están vendidos al poder. Al menos, Maestre no oculta sus filias, ni fobias, ni va dándoselas de intelectual que camina sobre las aguas. Por eso también tiene para los secesionistas catalanes.

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