“El Arte lo cambia todo”. Este es el magnífico “slogan” proyectado para la celebración del vigésimo  aniversario del Museo Guggenheim de Bilbao, que abrió sus puertas al público el día 19 de Octubre de 1997.

Nosotros, el Grupo Municipal Socialista de Lorca, tenemos un sueño, consistente en transformar nuestra ciudad, cuan crisálida,  en una exponente cultural  en todas  sus expresiones, que sea un referente y destino de arte en la Región de Murcia.

Si el Museo Guggenheim reconfiguró una ciudad gris y decadente,  en una urbe cosmopolita  y cultural, reinventando la   gris y  plomiza Ría bilbaína de una obsoleta urbe industrial  de astilleros, en un espacio de  plata magenta, vanguardia expositiva de  arte contemporáneo, y ubicando en el mapa cultural  europeo a una ciudad luminosa: Bilbao. Es nuestra intención,  igualmente, desde la humildad, (hay otros ejemplos igualmente válidos), que se materialice un cambio sustancial en la  Lorca cultural y amable deseada, y se convierta en anhelo y  destino de creativos del arte.

Tenemos voluntad política, conocimientos, agentes profesionales y económicos interesados apasionadamente  en que no agonicemos en el cementerio de los pueblos olvidados que viven al remolque de las tendencias punteras. Por consiguiente, forcemos  un renacimiento  artístico, que se proyecte una urbe deseada, con  calidad en el concepto, en los  objetivos, y, por supuesto en los resultados. Hagámonos merecedores  de excelencia cultural.

Escuché en la radio  que los jóvenes noruegos hacen “ quedadas”  a la salida de las bibliotecas. Eso mismo, deseamos que se convierta en un hábito en Lorca, que la juventud se interrelacione en entornos proclives a la Cultura para mejorar y elevarse como individuos.

Que cualquier  artista, marchante, publicista de cualquier disciplina, se inquiete por exponer  o pasar por aquí, pues  ello conllevará inversión económica directa e indirecta.

No seamos mojigatos, ni ñoños. Releamos   “El Gatopardo”, la obra de Lampedusa, que refleja una sociedad  anclada en el  pasado y complaciente con su  decadencia como estilo de vida.  “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Pues bien, desterremos  los visillos de la mediocridad y proyectemos un futuro para nuestro jóvenes,  aquí  y  ahora,  para  que no suspiren con emigrar a otros páramos; y, además sea, ésta  ciudad nuestra, maravillosa para vivir. No nos resignemos  a  lo preestablecido y transformemos la percepción de nosotros mismos, omitiendo el maldito “sino” que inmoviliza, nos acomoda en la suerte de un destino  marcado en la estrellas.

El Arte y la Cultura  nos salvarán.

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