Estos días he escuchado al consejero de Agricultura del Gobierno murciano, Francisco Jódar, apremiar a Madrid para que acelere la ampliación de la desaladora de Torrevieja. Dicen que es malo ser viejo porque generalmente se pierde la memoria, aunque a algunos parece ser que les gustaría que todos perdiéramos la memoria. Ciertamente hay que reconocer que los responsables del departamento de agitación y propaganda del PP, nacional en general y del murciano en particular, han tenido un éxito casi total en conseguir hacernos perder mucha memoria y lograr que una mentira mil veces repetida acabe convertida en verdad, técnica hábilmente utilizada por varios regímenes totalitarios.

Aunque como dice el refrán “no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista”, la táctica de los estrategas populares empieza a hacer aguas, o mejor dicho empieza a desmoronarse por falta de aguas. Lo bueno de los españoles es que lo dejamos todo o casi todo, por escrito. Eso nos permite, aunque hayamos perdido algo de memoria poder recurrir a las hemerotecas, y como para muestra ahí va un botón.

Durante años, los mandamases del Gobierno murciano han hecho creer hasta a los más incrédulos que los problemas de agua en esta tierra empezaron con Zapatero y terminaron con Rajoy y Valcárcel. Sin embargo, al parecer, la escasez de agua en estas tierras viene de muy, muy atrás. Ya sucedía en el Siglo XV en el que la comarca lorquina venía siendo «tierra que llueve poco e tarde e acostumbra llover poco, que por las pocas aguas que esta dicha ciudad tiene corrientes e por el poco llover, que muchos años vale vn hilo de agua para regar con el vn solo día quinientos e ochocientos e mil maravedís», citas reflejadas en el libro de Torres Fontes y Torres Suárez, “El campo de Lorca en la primera mitad del Siglo XIV», Miscelánea Medieval Murciana, XI. Murcia, 1984; p. 160.

Según tengo entendido, en aquel tiempo Zapatero todavía no había nacido, pero volviendo a los tiempos actuales uno no puede por menos que recordar un no muy lejano 25 de febrero de 1996 en el que un tal José María Aznar, que meses después sería presidente del Gobierno de España, gritaba en el coso de “La Condomina” de Murcia: “darme votos y os daré agua”. Los votos se los dieron, y en qué cantidad, pero el agua, el agua eso es otra cosa, al parecer se la bebió toda, pero eso sí, se cargó de un plumazo el plan de interconexión de cuencas que había preparado el ministro socialista Borrell, y nos hablaba y hablaba de un supuesto trasvase desde el Ebro que nunca llegó a realizar, y que aún algunos voceros del PP siguen hablando de ese supuesto trasvase.

Entretanto, llegó el socialista Zapatero y construyó unas cuantas desaladoras en la costa murciana, desaladoras que nunca fueron del gusto de los populares, que se esforzaron en convencernos de lo inútiles, malos y caros que eran esos mamotretos que había construido el socialista mientras Valcárcel llenaba los balcones de todas las instituciones públicas de la región con unos cartelones que decían “AGUA PARA TODOS”.

Tal era el odio a las desaladoras que con el PP de nuevo en el Gobierno de España, no hace mucho tiempo, concretamente en febrero de 2012, el entonces Consejero de Agricultura y Agua del Gobierno de Valcárcel, ratificadas por el entonces ministro del ramo, Arias Cañete, aseguraba que las desaladoras eran un fracaso y que había que desmontarlas y venderlas a los árabes. Eso, mientras nos hablaban de trasvases y más trasvases e inventando  un “memorándúm” que sería la solución definitiva a los problemas hídricos del Sureste español, y que hasta ahora lo único que ha conseguido ha sido que este verano, si no fuese por las malditas desaladoras de Zapatero, hubiésemos tenido que emigrar todos porque no tendríamos agua ni para beber.

Recientemente, el Consejero de Agricultura, Francisco Jódar, durante una visita a la desaladora de Torrevieja, poco menos que mendigaba al Gobierno de Madrid para que se acelere la ampliación de la planta desaladora.

Al final va a resultar que Zapatero tenía razón y lo que hay que hacer para no morirnos de sed es mejorar y ampliar las desalinizadoras, mientras que desde el PP lo único conseguido es haber retrasado la solución al problema, una solución que teníamos en la mano pero que las mentiras interesadas del PP nos impedían ver.

 

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