Fuente: PP

En España proliferan los chiringuitos a mayor gloria de alguien (véase el programa de Mega como mecanismo de adoración y expresión de Florentino Pérez), a mayor sostén de los fieles (de estos tienen por toda España y de cualquier filiación política) y a mayor aseguramiento de una pensión digna para toda una recua de políticos que no tienen dónde caerse muertos. Ahora en la Comunidad de Madrid han creado un nuevo organismo, que tiene la pinta de chiringuito, pero que en realidad es un aparato ideológico de la presidenta Isabel Díaz: la Oficina de dar por culo.

La han catalogado, oficialmente, de Oficina del español porque el verdadero nombre quedaba feo, pero las funciones reales son dar por culo a los que desee la presidenta. Básicamente a gentes de izquierdas, secesionistas y regionalistas, aunque no cabe descartar que también se actúe en el plano interno del PP para señalar a algún alto dirigente. Además, han encontrado un perfil perfecto para tan magna función ideológica: el porculero mayor del reino, Toni Cantó. Sí, porque el mal actor de las collejas, ha sido el porculero de UPYD, el porculero de Ciudadanos (versión Madrid y versión Valencia) y ahora nada mejor que ser el porculero de Díaz. No se le conocen propuestas serias. No se le conocen discursos medianamente cultos (llegó a decir que las hijas de Karl Marx practicaban la mendicidad para mantener al padre, que se lo contó un amigo de borrachera un fin de semana). No se le conoce nada que no sea dar por culo verbalmente (en las prácticas sexuales personales no se debe entrar a valorar los gustos).

Si la Comunidad de Madrid carece de competencias en materia lingüística –ya que el español es nacional, no regional-; si la Comunidad de Madrid carece de competencias en materia de diplomacia económica –con lo que el fomento del español como segunda lengua de negocios es mero voluntarismo (y si se hace caso a los movimientos económicos, se llega a la utopía de esa pretensión); si la Comunidad de Madrid tiene enseñanza bilingüe en materias tan fundamentales como Ciencias Sociales para el soporte de la lengua; si la Comunidad de Madrid, en resumen, no puede hacer nada por el fomento de español, ni del cheli si se les ocurriese, ¿para qué crear una Oficina del Español? Sólo cabe una respuesta, dar por culo al resto de comunidades y al gobierno. Porque Cantó no va a buscar un aprovechamiento económico (carece de los conocimientos mínimos para ello) sino a utilizar su puesto para defender el nacionalismo etnicista, pero entregado al imperialismo, de la derecha madrileña.

Si en la Comunidad Valenciana establecen alguna norma sobre el valenciano, allí que Cantó dirá que se persigue al español y hay que aplicar el artículo 155 de la Constitución –porque, desde que descubrieron este artículo, no se les cae de la boca-, se tenga o no razón. Si Gabriel Rufián dice algo de impuestos o fueros a recuperar, saldrá Cantó a dar por culo a Pedro Sánchez por estar entregado a los enemigos de España.  Y si no pasa nada, aprovechando que es el porculero mayor (o mayor porculero), meterá su hocico en cualquier lodazal a expandir mierda y dar por culo. Hay que recordar que su discurso está muy influido por el mayor mentiroso de España, Alvise, quien fue su jefe de prensa. Por tanto, desde un puesto secundario se inventará “terribles cuestiones” contra el gobierno; se inventará enemigos; se inventará peligros feministas; se inventará cualquier cosa que haga daño a la izquierda. Esa anti-España a la que odia con todo su corazón porque no ha sabido ver en él a un gran actor. En realidad esto no lo han visto ni a diestra, ni a siniestra pero no lo acaba de asumir.

Díaz está montando un potente aparato ideológico alrededor suyo. Por un lado, ha contratado a quien fue el instigador de la gran mentira política del siglo, “ETA como ejecutora de la matanza de los trenes de Cercanías en Madrid”, como viceconsejero de Empleo. Alfredo Timermans, en principio, estará encargado de crear empleo de calidad, algo que debió aprender en su puerta giratoria en Telefónica, pero en realidad no es más que otro ordoliberal (u orcoliberal) que sumar a la batalla ideológica que pretende la presidenta. Por otro lado, coloca a Cantó para dar por culo con soflamas y mentiras más propias del trumpismo. Cabe recordar, antes de terminar, que ni para esto del español es original –el pseudoperiodista Luis del Pino no se ha coscado de esto, que diría un madrileño-, ya Esperanza Aguirre lo tuvo en mente así como crear un Liceo Español en Cataluña, financiado por la Comunidad de Madrid, para salvaguardar el idioma. Cuando observó que la burguesía catalana no enviaba a sus hijos a colegios con catalán como lengua vehicular y que no tenía competencias se le quitó de la cabeza, pero el poso de la estupidez le ha quedado a su heredera. La verdad es que quien debería preocuparse, más allá de los madrileños que están pagando esta fiesta, es Pablo Casado. Un equipo así no se forma para vencer a Más Madrid y la ruina que queda en el PSOE-M, se forma para cazar una presa mayor o más alta.

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