Tras quedar absolutamente demostrado que la JUR intervino a un banco solvente por una crisis de liquidez provocada en el segundo trimestre de 2.017 y que el FROB se lo regaló al Santander por un euro arruinando a más de 305.000 familias, la Justicia debería demostrar si existió un pacto entre Emilio Saracho y el Santander (con la presunta connivencia del Estado y del Banco Central Europeo) o fue una operación diseñada por la entidad cántabra para quedarse con el Popular por un euro. Existe mucha documentación y muchos indicios de que pudo haber sido una de las dos opciones descritas o ambas, porque no son excluyentes.

Los correos electrónicos cruzados entre Emilio Saracho y Antonio del Valle durante meses previos al acceso a la presidencia del ex vicepresidente mundial de JP Morgan muestran que pudo existir un presunto engaño del Santander y del propio Saracho al accionista mexicano puesto que Saracho, al acceder a su cargo en el mes de febrero, organizó dos equipos de trabajo —tal y como reconoció él mismo en su comparecencia en el Congreso de los Diputados—, uno dirigido por Miguel Escrig encargado de la ampliación de capital, en principio para que Del Valle se hiciera con el control del Popular, y el otro encargado de la operación corporativa de venta dirigido por Miguel Ángel Moral. Este posible engaño se deduce del contenido de la demanda interpuesta por Antonio del Valle en los juzgados de Nueva York.

El mero hecho de que el Santander ponga en marcha el plan de Uría y Menéndez contra los derechos económicos y de jubilación de todos los anteriores gestores, achacándoles la responsabilidad de la intervención, ya muestra una estrategia predeterminada por parte del mejor cliente de este despacho de abogados para hacerse con el Popular. Este plan diseñado por Uría fue uno de los elementos facturados al Banco por los servicios contratados por Saracho el día 17 de febrero cuando Ángel Ron aún era presidente. Los conceptos por los que fue contratado este bufete de abogados (cuarta línea de defensa, remuneraciones, Proyecto Noya), además del pago de esas facturas con posterioridad a la intervención resulta, cuanto menos, sospechoso, ya que la autorización del pago se produjo cuando el Santander ya había comprado el Popular por un euro, en concreto, los días 8, 13 y 26 de junio.

Existen otros elementos que demostrarían que todo fue una operación diseñada con anterioridad como el propio Rodrigo Echenique reconoció en el Congreso de los Diputados al afirmar que el Popular era un objetivo muy importante para el Santander. Uno de esos elementos es la ocultación por parte de la entidad cántabra de sus datos de liquidez y, en base al mismo concepto, el retraso por parte de Saracho de la solicitud de liquidez al día 5 de junio cuando, en primer lugar, tenía activos para vender y, en segundo término, sabía a la perfección que la maquinaria de la resolución ya había sido puesta en marcha por el FROB el día 3 de junio. Todo indica que estos movimientos de Saracho obedecían a una clara intención de crear urgencia y alarma, tanto en los mercados como en los reguladores.

En el acta del día 6 Saracho no hizo referencia alguna a las ofertas recibidas, ni de ampliación de capital, ni de venta de activos estratégicos.

Finalmente, la connivencia entre Saracho y el Santander se ve reflejada en dos hechos: la entrevista concedida a Antonio San José una vez que el banco ya había sido vendido por un euro, donde Saracho se muestra exultante, llegando a afirmar que se había realizado una gran operación. Por otro lado, el correo electrónico publicado por Diario16, donde el propio Saracho y Joaquín Hervada (secretario del Consejo) hablan de la ampliación de su seguro de responsabilidad y que no habría ningún problema en dicha ampliación porque la aseguradora es la misma que la del Santander refleja un alto grado de complicidad.

Por tanto, ¿hubo un acuerdo previo entre el Santander y Saracho, algo que se puede colegir de su anuncio a finales de verano en una cena en El Escorial, o se trataba de una operación diabólica preparada desde hacía meses o años? La respuesta está en los hechos y en los documentos publicados por Diario16.

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