Mañana será el día en que Podemos podrá defender su moción de censura contra Cristina Cifuentes. El resultado, salvo extrema sorpresa, ya se conoce. Efectivamente no saldrá adelante y no habrá cambio de gobierno. Ya lo advertimos en estas mismas páginas que no habría apoyo por parte de los otros dos partidos que, supuestamente, comparten oposición. El PSOE porque no sabe, no contesta. Y Ciudadanos porque, pese a los titulares, las alharacas y demás críticas, son de derechas y no van a dar el gobierno a un partido de izquierdas. Será una moción de censura no sólo de Podemos sino de un amplio espectro político y social. Dentro de la moción estarán IU, Equo y diversos colectivos sociales los cuales han trabajado en el propio programa.

Con las dudas por si fuese Íñigo Errejón, quien ha participado en diversos actos de la campaña de información realizada por Podemos, el candidato futuro de Podemos, es obvio que esta moción podría resultar beneficiosa a Podemos. Por un lado, porque se va a visualizar la corrupción y la gestión de Cifuentes desde una perspectiva de izquierdas y con todo el foco mediático centrado en el discurso podemita. Por otro lado, el PSOE quedará marcado en unas fechas fundamentales para su propia reestructuración regional. Decidir en una reunión entre Sara Hernández y Pedro Sánchez la abstención del grupo parlamentario, frente a lo postulado de contar con las bases quedará ejemplificado en el voto. Un voto, que sabiendo que de poco serviría, podría haber dado un mínimo protagonismo a los socialistas madrileños. Pero como suele ser habitual están a los navajazos entre ellos.

Lorena Ruíz Huerta no será presidenta de la Comunidad de Madrid este viernes sin duda, pero podrá defender un programa de gobierno que tiene numerosas claves que no sólo se centran en la corrupción política. Siendo este el tema más recurrente, por mediático, la propuesta de Podemos en la CAM va más allá del robo continuado que ha venido realizando la dirigencia del PP madrileño. En especial Esperanza Aguirre, la cual ya llegó al poder mediante la compra de dos diputados socialistas. Si sólo fuese por cuestiones de corrupción con dejar que actúe la justicia valdría, como declaran en su programa las gentes de Podemos, pero es que además existe una responsabilidad política que nadie asume, ni quiere asumir. Tanto en el gobierno madrileño como en la oposición naranja. Pero Ignacio Aguado no quiere nada con Podemos. Son populistas y más peligrosos que los que se llevan el dinero de la ciudadanía madrileña, legal o ilegalmente.

Con la corrupción como segunda preocupación de la ciudadanía española es fácil suponer que Podemos busca un apelativo ético frente a la “organización criminal” con esta moción. Sí, pero la sustancia de las demandas podemitas se centran en la cotidianeidad del ser humano, del ciudadano de a pie, de la mujer subyugada por el brazo machista. Lo que se trata, como bien dice Ruíz Huerta, es de quitar a esa “organización criminal que se ha instalado en las instituciones para parasitarlas en vez de gobernar”. No sólo se han llevado el dinero de la caja de todos y todas sino que el modelo de gestión del PP, el mismo con Ruíz Gallardón, Aguirre, González y Cifuentes, ha generado mayor endeudamiento y descapitalización de los servicios públicos.

Es una moción, dicen en Podemos, en favor de ese 57% de madrileños y madrileñas que llegan a final de mes con dificultades, de ese 34% que no puede hacer frente a imprevistos, o de ese 26% que no puede permitirse ni una semana de vacaciones. Es en favor de la gente y por la gente por eso entre sus primeras medidas se encuentra la ampliación de la Renta Mínima de Inserción, el Plan de Rescate contra la pobreza Energética, Tarifas sociales de movilidad para colectivos en riesgo de exclusión, un Plan de Vivienda (contra desahucios, social y de rehabilitación), la Recuperación de la Salud y los servicios públicos, o la recuperación de la red de atención social municipal.

Contra la corrupción también hay medidas como la reforma de la Cámara de Cuentas para que tenga capacidad real fiscalizadora y sancionadora. Que sea plural en sus órganos porque no puedes poner a la cuñada o el hermano del ladrón a cuidarle como pasaba hasta la fecha en el aguirrismo. Que investigue si hay aumentos de patrimonio sospechosos. Que colabore más con Hacienda. Por ello entienden en Podemos que hay que cambiar la Ley de Contratos incorporando más entidades del sector público bajo su cobertura (fundaciones, empresas mixtas, etc.), la pluralidad de criterios para las concesiones (que el precio no sea más del 25-30% de la valoración), retirar las ofertas asombrosamente bajas (el límite de baja será de 25%), la protección de las subcontratas por contrato, que se protejan los derechos humanos y no tengan cuentas en paraísos fiscales los contratistas, que las modificaciones no puedan ser de más del 15-20% del total del contrato, defensa de los derechos laborales indicando qué cantidades van a salarios, etcétera.

Son numerosas ofertas sociales las que presenta Podemos. Un verdadero proyecto de gobierno para, piensan en la formación morada, una sociedad que viene reclamando un cambio total en las formas y en los fondos. Aquí no hay populismo, mal que le pese a Aguado, sino propuestas muy concretas que se vinculan con la izquierda. Y con la mejora de las instituciones públicas mediante la limitación de mandatos, la incompatibilidad de ser alcalde/concejal y diputado, establecimiento de referéndums consultivos, quitar puertas giratorias de altos cargos, presupuestos participativos, acabar con las listas cerradas, o bajar al 3% la barrera electoral. También hay propuestas de economía social, de transformación energética, de cultura para la ciudadanía, de municipalismo, de recuperación de los espacios verdes de la CAM.

Porque, advierten desde Podemos, la Comunidad está en manos de los grandes fondos de inversión y los bancos. Los bonos de deuda de la CAM, y eso que Aguirre lleva años y años hablando de gestión liberal, están en manos de Goldmann Sachs (760 millones), HSBC (70 mills.), Banco Santander (661 mills.) o BBVA (613 mills.). Se trata, en resumidas cuentas, de acabar con la gestión fracasada del liberalismo patrio que representan PP y Ciudadanos (aunque estos no estuvieran directamente en el gobierno), y con los conchabeos de los partidos de distinto color. Algunos han vivido muy bien en la oposición, pero Podemos no quiere ser oposición sino gobierno para cambiar las cosas. Eso es lo que proponen y eso es lo que defenderá mañana Ruíz Huerta en la Asamblea de Madrid. Otros hablaran de la presencia o no de Cifuentes. Pero eso es mediático, no político.

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