Como ocurre en cada parón de selecciones, se abre un tiempo para que las aficiones de cada equipo las utilice en sus cuitas. En anteriores parones, el nacionalmadridismo se entregó a la causa francesa con el objetivo de que Benzemá tuviese algún título, por menor que fuese, para intentar comprar el balón de oro. Ahora, cuando se vislumbra en lontananza el mercado veraniego de fichajes, comienzan las pajas mentales y, al igual que llega la primavera según El corte inglés, los FIFAS comienzan a componer sus plantillas.

Es un juego entretenido leer los deseos y aspiraciones, especialmente en FIFA-Atleti (que es lo que nos importa), porque de hacerles caso el equipo tendría ocho delanteros, dieciséis mediapuntas y un defensa. El FIFA-Atleti es esa persona que se deja llevar por cualquier cromo al que los medios, especialmente los internacionalistas (que demuestran no ver más que las jugadas estelares de los partidos), le ponen un poco de purpurina. Se rieron de Reinildo, le pusieron a parir en los dos primeros partidos, pero hoy le alaban… hasta que llegue el cromo de Tagliafico, o alguien por el estilo.

No han entendido, y aquí hay que incluir a todos los que tienen fuentes y lo cuentan en Twitter, que la SAD se mueve por el máximo beneficio de sus dirigentes. En diez años la inversión positiva no ha pasado de los 50 millones de euros. Han gastado 1.000 millones pero han ingresado 950. Tampoco han entendido que hay un límite salarial (menos para el FC Barcelona) y que si se juntan a todos por los que babean no habría dinero ni para mantener a Llorente, Oblak… Que a los jugadores les gusta cobrar en euros o dólares, no en chiquigiles.

Y luego está la capacidad de análisis de las carencias del equipo. Casi todo el mundo entiende que se necesita un cinco bueno, uno o dos laterales derechos, uno o dos centrales que no se lesionen y algún centrocampista más. Sí y un delantero que sea una bestia parda haciendo goles, pero como ese tipo de delanteros no van a venir porque ganan mucho (ahí está el caso de Vhlaovic) y el Atleti no puede competir con City, PSG, United, Arsenal, Chelsea, Juventus, Barça o Real, mejor quedarse con lo cuatro que hay.

Dybala, Sergi Roberto y Darwin Núñez son el último objeto de deseo de los FIFAs. El primero es un pecho frío que en todas las situaciones de tensión acaba desapareciendo. Que sí, que en los momentos estelares le sacan algún gol bueno y dos pases… pero ya tiene el Atleti a João Felix para eso. Roberto es un personaje de cristal. Y el otro un uruguayo, cosa que pone a un nutrido grupo rojiblanco, que cuesta ochenta millones de euros. No de cromos, no. De euros. Y ¿lo haría mejor que los cuatro delanteros que se tienen, más los que vienen de la cantera?

Para fichar a todos esos que tanto gustan, ya no digamos Lewandowski, habría que vender uno bueno de los que hay ¿a quién se vende? Estos vendería a Oblak con tal de tener un cromo nuevo, pero la lógica dice que igual es mejor no vender a nadie a ser posible. Ha habido suerte con un medio jubilado como Suárez, pero no siempre va a suceder. Miren el PSG con Messi. Mejor fichar un buen cinco, que sea feo incluso, que todos los FIFAs o los que piden mucho dinero. Porque como dijo Matteo Moretto, Kámara vendría gratis pero ganando como si fuese Viera en su mejor momento.

Al final vendrán dos rodillas raras, uno a medio jubilar y otro con cierto nombre entre los FIFAs. En octubre estarán todos pidiendo la cabeza del Cholo y más fichajes. En realidad no les importa el equipo sino tener cromos nuevos todos los días. Algo que no es más que el signo de los tiempos. La postmodernidad es puro novismo, pero el Atleti no es postmoderno.

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