Una nueva hornada del CIS pone por delante al PSOE de Pedro Sánchez. Un presidente que tiene el apoyo del 22% de la población (los demás están por debajo) según ese barómetro. Unas cifras muy diferentes de las que muestran cada semana las distintas encuestadoras del país. José Félix Tezanos sigue manteniendo que la veracidad de sus datos es la mayor y que el resto hace brujería. Felicidad en la parroquia socialdemócrata española.

El párrafo, casi telegráfico, anterior es un resumen de la situación demoscópica española. Unos dicen que Sánchez baja, otros que se mantiene. ¿Quién tiene la razón? Pues visto el nivel del periodismo español para mentir (da igual del bando que sean), manipular o hacer la pelota de forma lacayuna (hasta babear algunos), no se puede decir que alguno tenga la razón. ¿Cuál se aproxima a la realidad? Ninguna, porque si por los españoles fuera no votarían o lo harían en blanco. Pero la población está mediada y mediatizada por influencers, medios de comunicación y un señor que pasaba por allí. Lo que hoy es azul, mañana puede ser rojo y viceversa.

Datos del CIS como elemento publicitario

La ministra Pilar Alegría, sin hacerse eco de su apellido, ha dicho que “cada vez más, la ciudadanía conoce y apoya las medidas que está tomando el PSOE desde el Gobierno” y ello se refleja en los datos del CIS. Tras el paso del “efecto Feijóo”, ya que no le conocía nadie, las personas del común parece que se dan cuenta de que “todas las iniciativas del Ejecutivo se centran en estar al lado de la gente”. Poco más y dice “¡Viva la gente! La hay donde quiera que vas”. Para finalizar ha recordado que no se adelantarán elecciones y que tendrán lugar a finales de 2023. Dentro de un año aproximadamente.

Si los datos son tan buenos (Vox baja cada vez más y no sumaría con el PP y Podemos, o lo que salga de ahí, se mantiene), si los ciudadanos (que no la gente, pues el uso del lenguaje dice mucho y malo) comprenden cada vez mejor las políticas del gobierno (la ley trans no se sabe porque han hurtado el debate) ¿por qué esperar hasta dentro de un año para convocar elecciones y no hacerlo cuando el viento sopla a favor? Las posibilidades son varias.

Posibilidades de no convocar elecciones

La primera, y más evidente, los datos del CIS no se los creen ni en Moncloa. El CIS, en manos de Tezanos, ha quedado como un lugar donde colocar a discípulos y hacer publicidad del gobierno a ojos de todos, incluso de Moncloa. Con unos datos tan buenos y en la situación económica que existe, lo mejor sería aprovecharla, si los datos fuesen tan buenos.

La segunda posibilidad tiene que ver con el egocentrismo del presidente Sánchez. Quiere pasar la presidencia de la Unión Europea haciendo lo que le gusta, viajar y hacerse fotos internacionales. ¡Qué se le va a hacer! Al chico le gusta la diplomacia y lo internacional. Y como carece de la virtud de la modestia (unida a la prudencia) pues aguantará.

La tercera posibilidad es que aguantará porque sabe que le van a echar a patadas y, junto a sus amigos de Podemos/Sumar/IU/Arriquitaun, se va a cagar en el convento para lo que le queda dentro. Lo ve todo ya perdido y le da igual lo que venga detrás.

La cuarta, que es la menos factible, es que aguantará por su entrega y patriotismo con España. No puede dejar España en una situación internacional complicada. Al final, él realmente es un salvador de la patria. En cuanto ponga al país en la senda del globalismo del siglo XXI no tendrá problemas en dejarlo.

Y quinta, no puede esconder las urnas como hacía no hace tanto tiempo en Ferraz o cambiar la ley electoral para que sólo gane él. Ni el PSOE, él.

La realidad

La realidad es que, con casi toda la prensa en contra, si los datos del CIS fuesen reales habría que convocar elecciones. Es más si esa tendencia al alza de la que habla Alegría fuese cierta debería echar del gobierno a les socies y, entonces, disponerse a ganar todo el voto posible. Tendría diversos ases en la manga para ganar más holgadamente las elecciones si… supiese hacerlo y en su equipo hubiese gente con cabeza y no coleguillas.

Todo lo anterior es filfa y sirve para sacar un artículo hoy. La única realidad es que los datos del CIS no se los cree nadie. Tampoco los de otras encuestadoras. El pálpito de la calle es bien distinto y sin saber cuánta participación se presupone, las encuestas no valen ni el papel en el que se imprimen (si es que se imprimen). La turbulencia social, en contra de una clase política que empieza a dar mucho asco, es más que evidente. Y eso no se ve en ninguna encuesta. El miedo tampoco. Y el miedo es un arma poderosa si sabe utilizarse. Pero no se equivoquen, no es miedo ni a una llegada del fascismo, ni de los comunistas, es miedo a que acaben con la dignidad de las personas.

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