Es curioso que sean las personas del Instituto de Democracia 25-M quienes traigan a España algo que es muy habitual en otros países europeos, un libro sobre conversaciones entre dos intelectuales (o un intelectual y un político, o entre una entrevistadora y una intelectual). Jugar con el diálogo, no al modo platónico, para intentar expresar una idea clave y actual de la propia política o la sociedad tiene la virtud de la comodidad de lectura. En este caso es el diálogo entre el político Pablo Iglesias y el intelectual Javier Pérez Royo. El tema es la crisis del sistema español como bien indica su título: Crisis constitucional e impulso constituyente.

Mediante el diálogo entre ambos se plantean dos formas de ver la crisis existente. Por un lado, Pérez Royo, desde postulados constitucionalistas y/o jurídicos, pone en cuestión la pervivencia de la Constitución de 1978 porque siguen existiendo residuos del anterior sistema dictatorial que impidieron establecer un sistema político más acorde a la realidad social. Tanto la monarquía, como la presencia de la iglesia católica, como la propia composición de las cámaras legislativas son producto del franquismo y del “otorgamiento” de ese sistema dictatorial. Pero lo que ha puesto en cuestión al propio sistema ha sido el no respeto al Estado de la autonomías, no con el 155 (que es introducir el sistema de excepción, según Pérez Royo), sino por haber quebrado el PP los tres soportes democráticos del Estatut que impugnó ante el Tribunal Constitucional. “La Constitución sigue operando por inercia, las paredes del edificio siguen en pie, pero la vida está desapareciendo en el interior” explica gráficamente Pérez Royo.

Por su parte, Pablo Iglesias, sin cuestionar todo el armazón jurídico de Pérez Royo (que para eso son los diálogos), hace mayor hincapié en lo propiamente políticos, como el sistema electoral o como la elección que tomó Felipe de Borbón de hacer un discurso para plegar a los partidos (o a indicación  de parte, de un partido como el PP) a su voluntad, cuando debería ser el rey de todos y todas. Por el contrario Podemos defiende la democracia mediante un “rechazo a los discursos que excluyen a una parte de la población de nuestro país”. Tampoco se esconde en señalar claramente “el fracaso de la derecha a la hora de construir un modelo de país atractivo, incluso para sectores oligárquicos como los catalanes o los vascos”.

En general es un libro muy para el consumo interno de las personas que son afines a Podemos y sus confluencias. Para leer con tranquilidad y alejados de la inmediatez inmadura de las redes sociales. También sirve para aquellos que quieran acercarse a lo que piensan desde la izquierda respecto a la crisis sistémica directamente, sin el filtro de los medios del establishment. Interesante para marcar ciertos principios básicos, pero no se esperen encontrar profundidad de pensamiento. Es más la presentación de un discurso bien articulado y expresado, guste o no, de una de las formaciones estatales del sistema español.

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