Hay un dicho popular castellano hecho canción que decía  “ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio….”  que incluso ha sido estudiado por los psiquiatras que lo califican casi como una enfermedad y aseguran que las personas que sufren el síndrome del “ni contigo, ni sin ti…” se inmovilizan y quedan dando vueltas en el mismo círculo, a veces por años lo cual les impide estar bien y les genera un alto grado de frustración irracional.

La derecha alhameña parece ser víctima en fase aguda del mencionado síndrome con respecto al hasta hace una semana alcalde de Alhama y actual Delegado del Gobierno en Murcia, Diego Conesa. La verdad es que desde hace tiempo los concejales de la sección alhameña del PP vienen dando preocupantes muestras y mostrando signos más que evidentes que hacían presagiar síntomas del mencionado síndrome. Pero la prueba definitiva de que la enfermedad ya entró en fase aguda y por tanto para erradicarle sería necesario un largo y costoso tratamiento, que pasará inevitablemente por unos cuantos años en la oposición, se pudo ver el pasado sábado, día 16, en el histórico pleno celebrado por la corporación municipal en el cual Mariola Guevara Cava recibía el bastón de mando y se convertía en la primera mujer alhameña que alcanza la alcaldía .

Y es que la derecha alhameña andaba hasta hace tres años convencida de tener la propiedad y el completo dominio de la Casa Consistorial y de todas y cada una de las dependencias municipales, por eso no entendieron y siguen sin entender que el Ayuntamiento es propiedad de todos los vecinos, y por tanto son estos los que con sus votos ponen y quitan gobiernos. Así pues los populares andan dando muestras de cierto desasosiego desde hace tres años los alhameños decidieron apartarles de la alcaldía entregar el gobierno municipal al socialista Diego Conesa y su equipo.

Desde el mismo instante en el que se abrieron las urnas y se contaron los votos entraron en pánico las fuerzas de la derecha comenzaron a mostrar un odio casi enfermizo por el que desde entonces se sentó en el sillón de la alcaldía. Así se han pasado tres años primero intentando mediante una torticera maniobra impedirle llegar al gobierno, tan ridícula maniobra no sólo no logró el objetivo planteado, sino que acabó provocando uno de los mayores ridículos de la historia política municipal y la consiguiente desbandada de la mitad del grupo popular.

No contentos con ese fiasco, o quizás afectados por el, los miembros del PP llevan tres años sin entender lo que significa ser oposición, así se han dedicado a criticar al gobierno municipal y especialmente al hasta ahora alcalde, sin hacer una sola propuesta constructiva que sirva para justificar su presencia en el consistorio. Y ahora cuando Diego Conesa deja la alcaldía por haber asumido nuevas responsabilidades políticas a nivel regional parecen lamentarlo. No digo yo que la portavoz popular en el pleno donde Mariola Guevara fue elegida alcaldesa se mostrara entusiasmada, pero lo cierto es que su discurso podría calificarse cuanto menos de “poco elegante”. Ya que se dedicó a lamentarse de su marcha y a sembrar dudas sobre la gestión de la ya alcaldesa, eso debe de ser a causa agravamiento del síndrome.

Así que lo dicho, ni con Conesa ni sin Conesa tienen remedio los males de la derecha alhameña, para los cuales parece que el único tratamiento eficaz parece ser una profunda renovación y una larga temporada en la oposición. Al menos esto último parece garantizado a poco que la nueva alcaldesa y su equipo continúen realizando su trabajo tal y como lo han venido haciendo hasta ahora. En cuanto a lo primero, va a ser algo mas complicado ya que el síndrome parece bastante incrustado en todos y cada uno de los concejales y concejalas de la derecha alhameña.

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