La Asamblea General de la Federación Española de Fútbol, con el “presidente en funciones” Juan Luis Larrea, ha decidido que todos los puntos que trataban sobre materia económica del Orden del Día se trasladen a una Asamblea Extraordinaria que se ha convocado el 31 de julio. De esta forma, evitan los responsables federativos tener que explicar, en este mismo momento, unas cuentas que se encuentran bajo sospecha pues la Operación Soule continua su marcha.

La Asamblea tan sólo ha servido para dar salida a los temas, importantes ellos, sobre el calendario de la liga de Segunda división B y Tercera división, dependiente de la Federación, y el reparto del dinero generado por la Copa del Rey. También se ha acordado el reparto de ingresos de las categorías Segunda B, Tercera, Juveniles, Fútbol Sala y Fútbol Femenino.

El ocultamiento de la cuentas en estos momentos puede obedecer a una reestructuración de las mismas debido a que, mediante las investigaciones judiciales, se han descubierto “pufos” contables que antes eran opacos. También afectan estas cuentas al presupuesto del año que viene, que se aprobará siete meses después de comenzar el año, porque deben ajustarlo a las nuevas cuentas que se deberán aprobar.

Los ingresos de la Copa del Rey y Supercopa han supuesto unos emolumentos de 29,6 millones. Estos se dividen en la suma de 15,6 millones de euros (3 de la final de la Copa del Rey, 4 de la Supercopa, 4,8 del convenio de fútbol base y 3,8 del convenio de la Copa del Rey), y otros 14 millones derivados del uno por ciento de los ingresos totales de la comercialización conjunta de los derechos televisivos de LaLiga, acordados en el Real Decreto 5/2015. Son los únicos números que han podido ver los asambleístas.

Cerezo y Aperribay acuden a la Junta Directiva y la Asamblea

En otro orden de cosas, el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, y el presidente de la Real Sociedad de San Sebastián, Jokin Aperribay, obviaron la recomendación del presidente de LaLiga, Javier Tebas, de no acudir a la Junta Directiva donde se iba a ascender a Juan Luis Larrea a todos los clubes profesionales. Objetaba el presidente Tebas que no era legal la reunión por estar Ángel María Villar en la cárcel. Claro que, al haber sido suspendido cautelarmente por el CSD pocas horas antes, debía reunirse esa Junta con el fin de determinar, según los estatutos y la ley, quién se ponía al frente de la Federación de forma temporal.

Tebas parece ser que pretendía dejar a la Federación sin timón y sin trabajo durante todo este tiempo. Pero la administración del Estado, y una Federación es parte de ella, funciona incluso cuando no hay una cabeza visible al frente. Tiene sus propios recursos y reglamentos para seguir funcionando y llevar a cabo su trabajo. Había que establecer el calendario de Segunda B y Tercera, y se han reunido a tal efecto. Además, como confirmas fuentes federativas, siguiendo al pie de la letra la legislación vigente.

Juan Luis Larrea, Tesorero, se ha hecho cargo de la Federación respetando escrupulosamente lo mandatado en la legislación. La cual establece que será un vicepresidente, el tesorero o la persona de mayor de mayor antigüedad las que ocuparán temporalmente las funciones que desempeñaba el presidente. Al negarse Joan Gaspar, como vicepresidente, a tomar el mando, ha sido Larrea quien ha tomado las funciones de Villar.

Enrique Cerezo, en declaraciones a los medios de comunicación, a la salida de la Asamblea ha declarado que “Villar es amigo mío y espero que pronto se aclare y salga de la cárcel”. No ha querido decir nada más con cara de enfado evidente. Pero es obvio que el villarismo, en adjetivación de Alfredo Relaño, no piensa entregar la cuchara tan fácilmente. La Asamblea tiene a muchos defensores del presidente encarcelado y hasta dentro de unos meses no se podría remover a la actual directiva (han de pasar seis meses desde la elección del presidente), salvo que Villar opte por dimitir y la Asamblea convoque nuevas elecciones.

 

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