Esta semana se van a analizar dos textos que han sido publicados en los últimos tiempos. Por un lado un clásico de las letras universales como Jonathan Swift y su compilación de textos en Las artes de la mentira política, y por otro El dominio mental. La geopolítica de la mente de Pedro Baños, ambas publicadas por la editorial Ariel. Esto último algo no intencionado sino todo lo contrario como podrán comprobar al leer la crítica… que igual no gusta tanto al grupo editorial.

Jonathan Swift, Las artes de la mentira política, Ariel, 14,90 €

Cuando publicas un texto y desde la propia introducción ya adviertes que el principal texto del mismo no es obra del autor que aparece en la cubierta, malo. Así sucede con el texto que da título a la obra que no es Swift sino de su amigo John Arbuthnot algo que no parece haber importado al editor pues así se rellenaban unas páginas y se llegan a las 124 que contiene todo el libro. Si se deja pasar ese texto que no es de Swift, el creador de Los viajes de Gulliver para que ustedes se ubiquen, el resto del tratado que se presenta no deja de ser algo anecdótico desde el punto de vista editorial o del pensamiento. Hay algún aforismo que tiene su gracia, se conoce un tanto la atribulada vida de este hombre perteneciente al partido tory (conservadores) y poco más. Realmente la mentira política ya está en los albores de la democracia representativa pero más allá de esa curiosidad no hay una profundización sino mera recolección de textos de aquí y de allá para cuadrar el libro. Una cita, que en algunos casos se ha atribuido a Winston Churchill, queda como lo más destacado del texto: “No puedes convencer a alguien para que abandone una opinión a la que no ha llegado racionalmente”. Un libro sobre la mentira política, sino se es un fan del autor, acaba siendo una mentira editorial… más bien una obra que ni es chicha, ni limoná.

Pedro Baños, El dominio mental. La geopolítica de la mente, Ariel, 21,90 €

Tras sus anteriores éxitos en ventas sobre geoestrategia y dominio mundial, ahora se adentra el ex-coronel Baños en las profundidades del control mental de las masas. Si usted no ha leído jamás sobre mecanismos de control, sobre ideología dominante, sobre procesos de ideologización o temas similares, el libro le puede abrir los ojos sobre la forma en que empresas y gobiernos controlan a las personas de forma consciente. Consientes los gobiernos y las empresas evidentemente. También es curiosa la distopía sobre el control que puede causarse a las personas con toda la biotecnología que se está ya desarrollando. Por ese lado el libro puede ser cautivador… siempre y cuando usted no sepa nada del tema, lo cual, también es cierto, será porque le tienen sorbido los sesos o porque no le interesa el tema en cuestión y por tanto el libro tampoco.

Para todas aquellas personas que saben algo sobre el tema, se han preocupado de leer sobre esas cuestiones, no sólo en la actualidad sino a lo largo de la historia, el libro es un petardo y gordo. Terminarlo ha resultado un sufrimiento y ya estaba cansado hacia la página 145 de las más de quinientas que tiene el tomo. Un fracaso personal del comprador que no tiene por qué ser el de otro comprador. La forma de escribir el texto es excesivamente pedagógica, casi escrito para que lo entienda un niño de cinco años –algo que los psicólogos recomiendan utilizar cuando se habla a las masas (Howard Gardner)- pero que en un ensayo no es adecuado. Así como las constantes reiteraciones y alusiones del texto. Relatos muy breves que dejan los temas que se tocan sin profundidad (y ha gastado más de 500 páginas, sí), como “ahí queda eso” y sin conexión con procesos históricos ya analizados y avisados por filósofos y científicos sociales.

Ni una sola referencia a la rama marxista del pensamiento que venía denunciando (todos los autores que han analizado los mecanismos de la ideología y los aparatos ideológicos) el control mental. Autores como Althusser, Marcuse, Therborn… ni son nombrados en favor de una pléyade de autores con ciertos tics conspiranoicos. Falta una breve historia de la manipulación de las masas, algo que como es conocido comenzó con la crítica de Platón a los sofistas, por ejemplo. Tampoco hay un análisis de los distintos mecanismos para conseguir ese dominio mundial que han desarrollado numerosos lingüistas y filósofos del lenguaje como Noam Chomsky (recordar que tiene un libro que se titula Cómo nos venden la moto). No es un estudio novedoso para quienes se hayan cultivado un tanto sobre la materia aunque puede servir a todas esas otras personas que se quieran sorprender con algunas formas mediante las cuales son dominados. Así que dependiendo del tipo de lector que sea usted puede decidir si leerlo o gastar sus euros en otra obra que le produzca más satisfacción. Ésta a mí no me ha gustado.

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