Los científicos que vienen investigando sobre los fluidos no han conseguido sorber y soplas al mismo tiempo. De ahí que estén completamente asombrados de la facultad que poseen los ministros de Unidas Podemos en el gobierno de coalición. Un aspecto paranormal en el que el propio gobierno ejerce de oposición a la acción del gobierno. Sorben y soplan a la vez sin que el espacio-tiempo sufra algún tipo de catarsis. Ni Nicolás Maquiavelo cuando pensaba César Borgia o en Fernando de Trastámara tuvo la capacidad de prever el imposible que ejercen desde sus poltronas la dirigencia de Unidas Podemos. Ministros y ministras que hacen la oposición al Consejo de Ministros y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por ejercer el gobierno. Si el pensador florentino hubiese podido ver a los actuales ocupantes del gobierno seguramente habría añadido a su tratado El príncipe un capítulo más titulado “De la forma de enemistarse con uno mismo y que las masas apoyen esa guerra”.

En el gobierno existen varias ministras y ministros del PSOE cansados de la actitud de los opositores internos y en las bases populares del principal partido gubernamental empiezan a perder la paciencia, como ya se contó en estas páginas. Sabedores en Unidas Podemos –así lo demuestran los resultados electorales últimos y las encuestas que se publican- que están perdiendo el favor de una gran parte de la izquierda social que les apoyó, han reforzado sus críticas al gobierno del que forman parte. Ayer mismo criticaban que el “delegado del Gobierno” –obsérvese el entrecomillado- en Madrid hubiese permitido las violentas cargas policiales ante una manifestación por las medidas de confinamiento selectivo –los bantustanes de la clase trabajadora-. Criticaban que el ministro Marlaska no hubiese tomado medidas por esas cargas. Y, sorbiendo y soplando, acababan por criticar a “cuatro o cinco” violentos que había provocado todo. Curiosamente esos cuatro o cinco violentos fueron convocados por el secretario general de Podemos en Madrid, Jesús Santos. Paradójico que desde el Gobierno del Estado se apoye una manifestación y luego se critique que el Gobierno utilice los aparatos represivos. La acción contra los manifestantes, como se puede ver en las imágenes –más si se compara con la actitud frente a la borjamari borroka, que estaba saltándose el confinamiento cabe recordar-, es indigna, pero desde el Gobierno podrían haberlo previsto porque ya se olía en el ambiente que habría palos.

No es en lo único en que vienen ejecutando la acción de sorber y soplar al mismo tiempo. Por un lado piden que no se coma carne los lunes en Collado Villalba para el sostenimiento del planeta y por otro callan ante la insuficiencia del Ingreso Mínimo Vital que provoca que las personas ni coman carne. Una medida de la que se ponen todas las medallas afirmando que “no se deja atrás a nadie” y habría que responder a nadie es a la que llega la ayuda. Mientras el país se encuentra sumido en una pandemia que está llevándose por delante a miles de personas en España, los ministros fardan de ver series de televisión, se dedican a hacer entrevistas, se fotografían en las revistas más chic pero no se ve acción política alguna –con la excepción de Yolanda Díaz que viene colaborando con la patronal-. La vicepresidencia segunda es la Social y por ende podría estar legislando, yendo a la Unión Europea a por fondos sociales o algo más que ronear a los independentistas catalanes y vascos o proclamar la apertura de un proceso constituyente republicano. Por cierto ¿han escuchado o leído qué república sería concretamente (con sus instituciones, leyes, democracia…)?

Normal que tras ver lo que hacen, o no hacen, vengan a la cabeza de cualquier persona los calificativos de izquierda caviar, radicales chic, izquierda champán… Se sabe más qué leen, ven en televisión, qué visten o dejan de vestir o si mantienen relaciones sexuales patriarcales o matriarcales antes que la acción política que debería estar más presente pues poseen los ministerios sociales. Casi cuarenta mujeres han sido asesinadas por machistas y en el ministerio de Igualdad (o Igual Da) están al brilli-brilli, lo postmoderno o la importancia del sexo no binario de los ángeles. El ministro de Universidades, Manuel Castells, a sus apocalipsis sociales pero sin dirigir lo universitario. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, preocupado por las casas de apuestas pero mirando hacia otro lado con el aumento de precio de los productos básicos –todo el mundo sabe que el índice de inflación es manipulable cambiando algunos productos-. ¿Qué medidas tomar en las residencia proponen desde el Gobierno central?, siendo competencia suya. La respuesta es que no pueden hacer más porque la otra parte del gobierno les tiene atenazados. Siempre, de todo, la culpa es del PSOE, hasta cuando les hace caso y acaban montando un “pifostio” que se podría haber ahorrado como la no presencia del monarca en la entrega de despachos a los jueces. Toda la prensa, incluida la supuestamente progre, señalando al Gobierno por su deslealtad constitucional. ¿Qué se ganaba con la no presencia?

Si tan mal lo hace el gobierno, si tan mal se porta el PSOE como coaligado de Gobierno ¿por qué no dimiten de sus cargos y pasan a ejercer limpia y libremente la oposición desde el Congreso de los Diputados? Ya que Pedro Sánchez les trata tan mal y les tiene atenazados ¿cuándo van a dimitir para no vivir esa situación tan trágica? Así podrá Pablo Iglesias decir que el PP no volverá en su vida a pisar el Consejo de Ministros sin que tenga un tono dictatorial –igual es cierto si acaban refundando el partido como insisten algunos pesos pesados-. ¿No será que es Sánchez el que está maniatado por Unidas Podemos y la pandemia para no convocar elecciones y ver si sube en apoyo ciudadano? Estamos en pandemia con personas muriendo, con personas infectándose en el trabajo o yendo al trabajo, con niños y niñas expuestas diariamente, con empresas pequeñas desapareciendo porque se han quedado sin ingresos y una parte del Gobierno está sorbiendo -sueldo ministerial (con modificación de estatutos mediante para ministres y colocades) y numerosos cargos a la espera de tiempos mejores- y soplando –críticas continuadas al gobierno-. Lo lógico y normal es que dimitiesen ya, sin tardar. Y si no lo hacen mantener la mínima solidaridad gubernamental. Pero como cuentan los amanuenses del postmodernismo político, todo es muy complejo… y crematístico.

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