Según informa agencia EFE, la Diputación de Valencia ha decidido despedir (o apartar del servicio en palabras más administrativistas) al funcionario que no había acudido a su puesto de trabajo durante 10 años y cobraba por ello. Carles Recio, responsable de la jefatura del archivo provincial, acudía a fichar y luego se iba a hacer sus menesteres sin que nadie le controlase. El expediente se abrió por esas ausencias al trabajo y ahora se le han aplicado disciplinariamente dos faltas, una muy grave y otra grave.

La resolución provisional del procedimiento disciplinario será efectiva y definitiva en breve. La Diputación aparta del servicio a Recio, quien ahora se encuentra de baja y accedió al cargo bajo la presidencia de Francisco Giner del Partido Popular. El despido efectivo de recio se producirá con la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia en los próximos días.

Queda a la espera de sanción la directora del archivo María José Gil, a quien también se abrió expediente por haber consentido las ausencias de Recio y no haber cumplido su labor de vigilancia, ya que la resolución a su caso dependía de la que se tomase con Recio. También se considera en el procedimiento previo que Gil habría cometido una falta muy grave según la Ley de Ordenación y Gestión de la Función Pública Valenciana y que, al igual que en el caso de Recio, podría conllevar el despido disciplinario.

Se cierra de esta forma uno de los episodios más “chuscos” de la gestión del Partido Popular en las instituciones valencianas. Se creían los amos por siempre del País Valenciano y hacían y deshacían en Generalitat y Diputaciones. El caso Recio no es más que un ejemplo del descontrol que existía en las instituciones valencianas que pagan todos y todas las valencianas.

 

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