La periodista Juliet Huddy ha denunciado que el presidente de EEUU, Donald Trump, intentó besarla mientras estaban dentro de un ascensor. En el programa de radio Morning!! with Bill Schulz, donde acude como comentarista, reveló cómo tuvo que rechazar a Trump en uno de los ascensores de la Torre Trump. Se suma este escándalo a las continuas noticias que están revolucionando Estados Unidos con las denuncias de mujeres que han sido acosadas a lo largo de los años por personalidades. El caso Weistein y, especialmente, el hastag utilizado #MeToo están causando una conmoción ética y política al otro lado del Atlántico.

Huddy ha contado en el programa de radio que Trump la llevó a almorzar a la Torre Trump solos. “Me dijo adiós en un ascensor mientras su agente de seguridad estaba allí, en lugar de besarme en la mejilla, se inclinó para besarme en los labios. No me ofendí, pensé ¡Oh, Dios mío!” ha narrado. En aquel momento, ha confesado, no se sintió amenazada o agredida. Incluso en el programa de FOX que dirigía en la televisión, una vez que Trump fue de invitado, bromeó sobre el rechazo que le había hecho la periodista.

La cuestión no hubiese pasado de anécdota, como la propia Huddy ha querido dejar claro, buscando excusas en su juventud o en que al final no pasó nada, sino hubiese sido porque desde la Casa Blanca han decidido negar el hecho en cuestión. Ha sido ese factor el que ha provocado que la cuestión, que había quedado como anecdótico en la WABC Radio, trasccendiese.

No se trata de una campaña contra Trump, la propia Huddy no ha mostrado interés en seguir hablando del tema, pero es una gota más que se suma al machismo demostrado por el presidente estadounidense durante los últimos años. Ya se desveló un video donde Trump explica cómo entiende su relación con las mujeres: “Las guapas me atraen de manera automática, las veo y las beso, son como un imán”. Un claro ejemplo de no importarle si está acosando o no a la mujer.

O cuando, haciendo gala de su chulería, expuso que gracias a ser famoso, las mujeres le dejan hacer de todo “incluso agarrarlas del coño”. No es de extrañar que su forma de hacer política sea la típica del macho alfa o del “chulo putas”. Un peligro constante que tiene en sus manos el poder del Imperio.

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