La editorial Espasa nos ofrece un magnífico texto para conocer el cómo de la divulgación histórica. No el ensayo histórico, el cual suele estar más enfocado en el lector culto o especialista, sino la divulgación histórica rigurosa y para todos los públicos. Una divulgación que camina cogida de la mano de la Historia de los historiadores, para ser más exactos. Un conocer la Historia, en este caso de España, para no dejarse manipular; conocer las propias raíces; y/o ampliar la propia cultura personal.

Esta es la pretensión de José Carlos Gracia con España y su herencia invisible. Acercar a todo tipo de personas algo verídico de la Historia de España, tal y como hace con su podcast “Memorias de un tambor”. Caminando por esa senda, en ocasiones sinuosa, compleja y no exenta dificultades en un mundo artificialmente polarizado, Gracia abre su corazón (se aprecia que en partes del texto más que su cabeza) para intentar dar luz sobre la “Herencia” de los españoles. Una herencia que no es monocorde, ni unilateral, sino que está cimentada por capas y capas de fragmentos que han ido dejando los pobladores y sus culturas en la península ibérica.

Tartesios (impresionante el nuevo descubrimiento realizado), íberos, celtas, godos, romanos, griegos, cartagineses… comenzando por todo lo que se está descubriendo en Atapuerca (como bien narra el autor); todos ellos han sido parte del cemento sobre el que se ha construido la nación española. No la nación política de la Revolución y el Romanticismo, sino la verdadera nación que es más, mucho más. Una herencia, por tanto, invisible a ojos de los españoles, esencialmente por cuestiones, a veces, ajenas a lo meramente educativo. No es el simple legado de los Reyes Católicos, ni de Don Pelayo, ni de Alarico, sino de todo eso y mucho más. “Este país” está constituido sobre viejos odres a los que parecen querer llenar de vino nuevo. No conviene desentrañar más y hacer, como se dice hoy en día, un spoiler.

Junto a esto, Gracia nos muestra los intríngulis de la realización del podcast, sus dificultades, sus alegrías. Les llevará a esas excursiones históricas, que a día de hoy pueden parecer casi místicas. ¡Qué osadía conocer la historia de España en sus monumentos y viejos lugares! Una historia antigua, moderna o contemporánea que ha acabado fabricando a cada español, independientemente de donde viva, como lo que es. Lo bueno del texto es que el propio autor intenta separarse de esas trifulcas políticas, esas mismas que se han trasladado a la historiografía, (como nos contó Jorge Vilches hace poco en una entrevista por su libro sobre la I República, también de Espasa). Reconociendo que la completa imparcialidad o asepsia es imposible, cuando menos es de valorar la honradez con la que hace las cosas.

Un libro de divulgación histórica (producto de una pasión por la Historia) que es casi una incitación a (in)formarse más y, por qué no decirlo, escuchar su podcast. No encontrarán anécdotas secundarias como si fuesen la verdadera historia; sino Historia bien fundamentada y sin un lenguaje con excesos académicos. La pasión de José Carlos por la Historia, sin ser “historiador”, les contagiará con total seguridad.

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