Fuente: Atlético de Madrid/ Ángel Gutiérrez

El colíder de La Liga aburre a decir de los supuestos entendidos en eso que se da en llamar fútbol. El Atlético de Madrid, según esas gentes que están sentadas cómodamente en un sillón, juega mal y aburre a las ovejas. Sin ritmo, sin juego, sin nada. No como los equipos esos que van por ahí debajo que ilusionan a sus aficiones con actuaciones fantásticas, rematadas en empates gloriosos.

Más allá de que el partido del Atlético de Madrid fuese de poca chicha, lento pero con una actuación táctica de la que carecen los que tan bien juegan al fútbol, lo que en realidad molesta sobremanera es que ganó. Como hizo la semana anterior. Como hizo las últimas jornadas del campeonato anterior. Como viene haciendo de un tiempo a esta parte. Si el equipo del Cholo Simeone hubiese empatado o perdido, seguramente los mismos que hoy se quejan de aburrimiento dirían que es lo normal con un equipo sin rodaje porque ha tenido muchos internacionales exitosos –vamos, que han llegado a finales o semifinales en los distintos campeonatos-; que con 36 grados a la sombra es difícil jugar al fútbol –esto dicho desde casas y estudios donde están con el aire acondicionado-; o que el árbitro se equivocó al pitar todos y cada uno de los contactos por leves que fueran parando innecesariamente el juego. Pero ganó, mientras los demás no lo hicieron –salvo el Sevilla, al que ya dan como favorito porque saben que en sus más de 10.000 años de historia siempre le flojea el ánimo al final-.

La Liga es aburrida sentenció el relojero de Florentino Pérez, pero no dijo el porqué. Es aburrida porque ellos y sus amigos de Barcelona ya no ganan humillando rivales por España gracias a los apoyos institucionales que les permitían fichar a quien les daba la gana, pagando salarios estratosféricos –que a día de hoy no se pagan en muchas grandes ligas- y repartiéndose los títulos entre dos. Una vez que UEFA comenzó con los controles financieros y La Liga –se rebelaron los equipos a los que humillaban- se puso seria, comenzó a equipararse la cosa algo. No mucho, pero algo sí. El modelo inglés donde la diferencia de los ingresos viene determinada por el rendimiento deportivo y no por el nombre, ha permitido igualar las cosas por arriba y por abajo. Y este modelo que sigue La Liga no les gusta.

La Liga es aburrida porque con los suplentes ya no ganan al 90% de los equipos. Eso les obliga a no poder centrarse totalmente en su adorada Champions que es lo que les motiva. Y, además, han ido perdiendo calidad de banquillo porque ya no cuentan con la manga ancha de antes. Por eso es aburrida La Liga… para ellos. Para los demás es entretenida y cada cual sabe que en estos momentos de la temporada, con los calores existentes y muchas plantillas sin cerrar y sin rodar, los partidos hay que sacarlos por lo civil o lo criminal. Curiosamente los que se quejan de lo aburrido que es el Atleti –llevan así una década, no piensen que es de ahora- igual ni le han visto jugar, ni han visto sus alineaciones, ni han visto al resto de equipos de La Liga. Para esas gentes sólo hay dos equipos y el resto ni saben lo que hacen.

Les aburre no golear de forma inmoral a los demás equipos. Y les aburre que les pinten la cara alguna vez y les saquen en claro sus carencias. Si el Athletic llega a tener un delantero con gol, el Barça no sale vivo de San Mamés. Si el Levante se hubiese tapado un poco, ayer hubiese habido lágrimas y peticiones de despido de Ancelotti. Mientras tanto, como si no fuese con ellos, el Atleti y el Sevilla han ganado sus dos primeros partidos. Seis puntos al morral. Y los demás quejándose de aburrimiento y de no-se-qué del fútbol espectáculo. En realidad si les dejasen fichar como antes dirían que es la mejor liga del mundo, pero como ya no es así –ahí está la deuda mi millonaria del Barça para ver las consecuencias de aquello- se aburren. Pues lo mejor para eso es pasarse a cualquiera de las cadenas de series y películas. Ahí fijo no se aburren, porque en el Atleti aquello del pupas ya no se estila. Ahora es la era del luisaragonesismo ideológico y el cholismo práctico, “ganar y ganar y ganar y volver a ganar”. Los que se aburran de ver ganar al equipo rojiblanco, ya saben biberón y a la cama.

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