El televisivo Antonio Maestre lleva desde hace bastante tiempo escudriñando todo el movimiento neonazi, neofascista y demás extrema derecha. Debido a esa pericia documental e investigadora ha descubierto que el lema elegido por Ciudadanos, donde no puede faltar España como es tópico en esta campaña, es el nombre de un movimiento neonazi. Tal y como ha publicado en su cuenta de Twitter ese “España en marcha” más que una copia del movimiento En Marche! de Emmanuel Macron es algo bien diferente. “No me puedo creer que el lema de Ciudadanos sea España en marcha. Puede que a muchos no os sonará. Pero a los que llevamos años investigando a la extrema derecha nos suena mucho” ha escrito Maestre para avisar de lo que se venía en un hilo de tuits.

España en marcha resulta ser una coalición electoral formada por grupos falangistas, neonazis y franquistas que se había formado en 2013. Normal que Albert Rivera ni se haya percatado porque en aquellos tiempos sólo estaba en el Parlament catalán y desnudándose en las elecciones. Es obvio que el lema elegido no deja de ser un plagio del movimiento del presidente francés, es habitual en Ciudadanos plagiar todo cuanto pueden tanto en lemas como en acciones propagandísticas. No se puede esperar algo de originalidad. Desde los peones negros de Juan Carlos Girauta hasta el totalitarismo caciquil de Marcos de Quinto, todo es una copia de otras personas que son las que han pensado antes que ellos. Copiar a Peter Drucker, a grupos neonazis o a la red Gladio. Da igual pues han venido contando con el colchón que les proporcionaban los medios de la clase dominante, fuesen más conservadores o de George Soros. Como dice Maestre: “Si quieres copiar marcos ajenos sin contar con los propios pues en vez de parecer que plagias a Macron pues acabas plagiando a los neonazis españoles”. Igual hasta quien lo haya propuesto pertenecía a esa coalición y lo ha querido recuperar.

El pavor que les provocan las encuestas.

A este ridículo en el lema, algo que ya viene siendo habitual en Ciudadanos, tampoco nos alarmemos, hay que sumarle un nuevo giro. Nada extraño para un veleta o cuñado como Rivera. Salvo por un detalle nada nimio. Decir hoy que se pactaría con Pedro Sánchez si gana las elecciones, cuando hasta hace unos días podía haberlo ofrecido y tener un gobierno estable con 180 diputados, tiene mucho que ver con el electoralismo permanente que se vive en la formación naranja. Si el otro día Ignacio Aguado afirmaba que no permitirían que se quemasen iglesias para no perder comba al PP y a Vox en la batalla por la derecha, hoy el jefe máximo de Ciudadanos intenta que no se le vayan más votos. Las personas, que no son tan necias como piensan en los gabinetes de los partidos, se han percatado que la formación naranja no es un instrumento útil para el sistema político. Pudiendo pactar con el PSOE no lo han intentado (cuestión bien distinta es que hubiesen aceptado en la sede de Ferraz) y eso les persigue.

Comienzan a hundirse en las encuestas peleando con Vox y Más País por no ser los últimos de la fila. Una pérdida de 3 puntos porcentuales, nada descartable, respecto a lo que dicen las encuestas y Ciudadanos pasaría a tener 15 diputados desde los cincuenta y tantos actuales. De creerse la gran esperanza de la derecha española a ser un grupúsculo de odiadores profesionales hay un paso que las encuestas están mostrando cada día con más claridad. Saben que sus próximos escaños igual ni sirven para formar gobierno, pero al ser parte del bloqueo de la anterior legislatura deben aparentar otra cosa. Muy tarde sin duda, más cuando Ana Botín pidió directamente y por medio de sus aparatos mediáticos ese pacto PSOE-Cs. Y no hacer caso a quienes te financian y te abren sus pantallas tiene un coste que hoy se cobran.

“En Ciudadanos sabemos lo que es negociar y acordar, pero siempre con los que defienden la Constitución y el Estado de Bienestar y con los que les importa España” ha dicho Rivera en la presentación del lema «neonazi». Unas palabras que no se cree nadie hoy en día porque ni en Andalucía, ni en Madrid están defendiendo el Estado de bienestar y de España les importa el beneficio de la clase dominante, nunca los españoles. Porque en Ciudadanos, como en el PP, España es un eufemismo de la clase dominante. Aún ha sido más estrambótico Rivera en su apertura hacia Sánchez. Quiere diez grandes acuerdos “nacionales para los que se necesitarán de muchos escaños, mucho sentido común y muy poco sectarismo”. ¿”Poco sectarismo” en una frase de Rivera? Sí, lo ha manifestado sublimando su propia personalidad sectaria que dicta quienes son constitucionalistas y quienes no; quienes son la derecha buena y quienes la mala; quienes son los listos y quienes los tontos; quienes tienen la razón y quienes no… Una acción desesperada para tapar las fugas de votos que está teniendo y que provocará una debacle tal que no les quedará otra que la fusión fría con el PP en el mejor de los casos. Rivera observa que se le acaba la canonjía y ha entrado en un estado de pánico. ¿Qué será lo siguiente?

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