Andan muy alborozadas las bases del PSOE con Íñigo Errejón y la posibilidad de que pudiese montar su propio partido a nivel estatal para las futuras elecciones. Han acumulado tanto odio contra Pablo Iglesias que sienten caer el filo de la guillotina sobre su cuello con la posibilidad de un errejonismo a nivel estatal. Sería la muerte de Podemos a manos de uno de los suyos y eso les hace relamerse de contentas. Entienden que con el errejonismo todo sería más hermoso, colmaría sus deseos y la izquierda gobernaría hasta el fin de los tiempos. Eso sí, con Pedro Sánchez a la cabeza de todo y sin problemas de egos. Esa maledicencia de las bases socialistas les hace pedir a su secretario general que incluya a Bescansa, Carmena o cualquier otro errejonista como ministros. Están gozando con la posibilidad de la muerte de Podemos y no se les puede negar ese placer que, como todo lo neoliberal, es efímero, insustancial y esconde unas cuantas trampas.

En el PSOE escuchan a Errejón y les parecen maravillosas sus palabras. Distribuyen sus artículos para dañar al “matrimonio” pero no leen lo que dice, ni llegan a captar la profundidad de lo que dice. Leen pero no entienden a Errejón. No es un problema de analfabetismo funcional, para nada, sino de similitud de pareceres y carencia de formación en ideología socialista nada más. Lo que dice Errejón les gusta a las bases del PSOE porque, básicamente, es el discurso del PSOE desde los tiempos de Felipe González. Añádanle unos toques de populismo y un poco de postmodernismo y tendrán el caparazón ideológico del errejonismo. No inventa nada cuando añade significantes vacíos a su cadena de equivalencias, eso ya lo hacía Rodríguez Zapatero, aunque con peor precisión y capacidad. A las bases del PSOE, cegadas por el odio a Iglesias y todo lo que huela a Podemos, les encanta el discurso del errejonismo porque es el suyo pero bien expresado.

Entre la cúpula directiva del PSOE actual no encontrarán personas que se expresen en estos términos, salvo dos o tres excepciones a las que tienen apartadas, pero las ideas son las mismas y ello porque la intención de Errejón es acabar sobrepasando al propio PSOE. No ser su aliado, ni su colega. Eso lo puede aparentar pero su análisis del poder es para construir un discurso hegemónico que le permita ejercer a él mismo el poder. En Más Madrid tienen claro que Podemos es un residuo del pasado atrapado en una forma de IU 2.0. En su entrevista de ayer en El Mundo es claro: “[Podemos] era una fuerza transversal que no ponía a la gente de acuerdo sobre lo que había sido sino sobre lo que querían hacer con un país en crisis política, económica y moral”. Hoy ya no son eso y lo dan por amortizado completamente, pero en esa frase se condensa el deseo del errejonismo en su paso a lo estatal. Un discurso transversal que ya González utilizó en sus años de gobierno. Aquel “gobernamos para todos”.

¿Por qué sobrepasar al PSOE? No se esconde Errejón y lo explica claramente: “En un momento de expansión del PSOE, nosotros hemos sacado un resultado sin parangón desde posiciones alternativas al PSOE”. Ese “alternativas al PSOE”, más el añadido del momento de expansión del partido socialdemócrata, señala el camino de la posibilidad de arañar mucho más al PSOE que a Podemos. En el resto de España no tendrá una Carmena que tire del voto, pero sí un discurso alternativo al propio PSOE. Pero un discurso que es robado al propio partido al que quiere superar a poco que se descuide. “Hay posibilidad de que fuerzas progresistas, transversales, amplias, no sectarias, con más vocación de innovación que de melancolía saquen buenos resultados” ha comentado. ¿Qué ha defendido Sánchez desde que tiene a Redondo haciendo las veces de augur? Lo mismo que ha dicho Errejón pero expresado de peor forma. El PSOE es transversal, al menos, desde 1986. Algo que en lo que se profundizó mucho más con Rodríguez Zapatero en la presidencia del gobierno. La sonrisa transversal del PSOE era aquello que hoy el errejonismo recupera. Y no se esconden en la batalla sobre las cuestiones morales, algo que el PSOE ha perdido tiempo ha.

¿No se lo creen? Sigan leyendo sus palabras: “Yo estoy comprometido con una idea de la izquierda que articule demandas de mayor libertad con las de mayor justicia social”. El mismo discurso de Sánchez. El individualismo de los deseos, de las voliciones y la falta de compromiso con los deberes al que añadir esa caridad de los que se quedan fuera del sistema capitalista que es la justicia social. Todo ello no es, ni más ni menos, que el mismo discurso que mantienen en el PSOE desde que Sánchez II lo dirige. Derechos individuales de esa “trampa de la diversidad” más la fraternidad convertida en mera justicia por el hecho de pedir, pero no dar. Porque en todo ello hay una ética de los deseos y de los derechos en los que los deberes, muy presentes en la tradición socialista, desaparecen. Errejón plantea lo mismo que el PSOE pero con otras palabras y más pensado. Hasta el patriotismo constitucional del que hablaban en la Ejecutiva nada más llegar al poder tras el 39º Congreso se lo han robado: “Yo quiero construir una patria española que dé certeza, la seguridad de que los que vivimos aquí estamos libres de miedo, de precariedad, de exclusión”. Si esas palabras las dijese Sánchez nadie se alarmaría.

Como Sánchez también rehúye de cualquier contacto con eso de la lucha de clases, con la tradición clásica del socialismo y su imbricación con la clase trabajadora. Para ambos eso no es más que un intento de pureza más propio de la religión que de la política real. Los principios están bien hasta que se tiene el poder y éste obliga a manejarse en “situaciones difíciles”. Ambos ya han dicho que la clase social no es forma de identidad que sea atractiva en la izquierda. Sánchez postulaba que las clases sociales deberían establecerse según las pautas de consumo y Errejón afirma que “la gente no se define por su lugar en el sistema productivo”. Una cosa es no autodefinirse y otra bien distinta es que la situación de las personas sí influya enormemente en la vida que se lleva. Como habrán visto en los medios estos últimos días, dependiendo de la familia y el trabajo que se tenga se tienen más oportunidades vitales y más esperanza de vida.

Ambos están en la tradición liberal y lo reconocen, es más, Errejón critica que no se haga una reivindicación de la misma: “Nunca he entendido que la izquierda no reivindique la tradición liberal en España que es la primera doctrina nacional y popular en España”. González, volvemos a él, reconoció a las puertas de alcanzar el gobierno en 1982 que tendría que hacer el PSOE la revolución burguesa que nunca tuvo España. Nuevamente la tradición socialdemócrata muy presente en el discurso de Errejón. Y es lógico porque no quiere pasar a Podemos sino al PSOE pese a que sus bases aún no lo hayan entendido. Es más Errejón hasta se atreve a tomar cosas prestadas del conservadurismo, lo que supondría arañar el voto de las personas más de centro izquierda, o lo que es lo mismo, buena parte del voto que le permite al PSOE ser algo más que un voto de personas mayores. Así lo afirma el madrileño: “Igual hay que reivindicar una parte de la sensibilidad conservadora que nos alerta de que no todos los cambios son buenos”.

En resumidas cuentas Errejón busca una sociedad donde el individualismo de los deseos impulsado por la sociedad neoliberal, globalista e imperialista tenga un asiento en la comunidad. Y esa comunidad es la patria española, la cual es diversa (la plurinacionalidad que Lastra no supo jamás explicar en su momento) pero que unida permite una mejor forma de vida. Vidas que pueden perseguir sus deseos hasta el final porque existe una comunidad que les dota de una identidad para los momentos de hastío. Lo mismo que quieren en el PSOE pero no saben expresar de esa forma. Y por no saberlo expresar es por lo que Errejón sabe, es consciente, de que habiendo nuevas elecciones cabría una posibilidad de dañar más al PSOE que a Podemos. Lo curioso es que esto no lo estén viendo en el propio partido y alimenten a sus jefes mediáticos con la propaganda errejonista. Le están barriendo el suelo a quien les hará un buen roto. Y en el PSOE calificando a Mc Madrid de verdes cuando ya están más allá de lo ecologista y miran en el cogote del PSOE para aniquilarlo.

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