Tal y como informábamos ayer, Manuel Domínguez Moreno, presidente del Consejo Editor de Diario16 y primer periodista que inició la investigación del Caso Banco Popular, ha participado en unas jornadas en las que han tenido el protagonismo los denunciantes de corrupción en España para transmitir los aspectos fundamentales, basándose en la documentación que obra en poder de este medio, de lo ocurrido en la resolución de la sexta entidad financiera de España.

Domínguez Moreno ha iniciado su intervención hablando de la génesis del Caso Popular con contundencia: «La resolución y venta del Banco Popular Español por un euro al Santander el 7 de junio de 2017 es un gran escándalo de proporciones desconocidas en Europa, que afecta de lleno a la credibilidad de las instituciones políticas europeas y de las entidades financieras […] según los informes publicados por la Junta Única de Resolución, el Banco Central Europeo y el banco de España era una entidad no sólo solvente EL DÍA ANTERIOR A SU RESOLUCION, sino que cumplía e iba a seguir cumpliendo con los requerimientos mínimos de solvencia hasta al menos 2019 el Banco fue declarado como inviable por su Consejo presidido por el Sr. Saracho».

También ha hecho referencia a un hecho que es fundamental: la aplicación por primera vez de un mecanismo de resolución «pensado para entidades insolventes; y se le aplica porque el Banco Popular atravesaba por una crisis de liquidez generada por una comunicación negligente en la que se mezclaron rumores y noticias negativas, con la clara finalidad de bajar la valoración en Bolsa para propiciar una operación corporativa de venta o ampliación de capital a bajo precio».

La gestión de Emilio Saracho al frente del banco no podía dejarse pasar y los europarlamentarios presentes han escuchado de la boca de Manuel Domínguez Moreno cómo el ex presidente del Popular provocó «no sólo el efecto esperado de una caída en Bolsa, sino también su negligencia en la gestión determinó una salida desordenada de los depositantes, que huyeron ante la desconfianza que les provocaban las declaraciones de los responsables del Banco, que no sólo no actuaron para detener la salida de depósitos, sino que sólo pidieron la línea de liquidez de emergencia del BCE a través del Banco de España, a la que tenían derecho, hasta el 5 de junio, dos días antes de resolución. Prueba de la solvencia del Banco es que le fue concedida esa línea por 9.500 millones de euros, pero el Banco no aportó las garantías necesarias (colaterales) para su disposición total».

Siguiendo con la gestión del ex presidente del Popular, Manuel Domínguez Moreno ha desvelado cómo «múltiples personas y algunos empleados del banco oyeron al Sr. Saracho hablar de que pensaba “acojonar” a las autoridades, a los accionistas, a los mercados y a los medios de comunicación para lograr su objetivo, hacer “la operación”». Entre los asistentes ha sorprendido el hecho de que desde que Saracho accedió a la presidencia, actuó como un banquero de inversión y llevó el precio de la acción hasta el punto en que era óptimo para el adquiriente.

Tampoco ha pasado inadvertido a los europarlamentarios el hecho de cómo Saracho ocultó las ofertas de ampliación de capital de Deutsche Bank, Barclays o Credit Suisse, las propuestas de compra de los activos no estratégicos por parte del banco chileno BCI o de Värde, además de la información que transmitió a Daniele Nouy, presidenta del Mecanismo Único de Resolución, en comparación con lo que estaba ocurriendo realmente en la entidad.

El proceso de adjudicación al Santander y las dudas que ha generado por la opacidad demostrada por los organismos europeos al no publicar o entregar los documentos que afectaban, además de la gestión de Saracho, ha provocado «multitud de demandas en todos los órdenes jurisdiccionales, tanto español, como europeo y en Estados Unidos».

En referencia a la actuación de la Justicia, tanto la española como la europea, Manuel Domínguez Moreno ha hecho referencia a una frase de Emmanuel Kant, quien decía que «todos los actos deben ser juzgados por la intención que los origina. Tomando como base este pensamiento del filósofo prusiano, y en medio de la polémica por las presiones que recibe la Justicia desde diferentes ámbitos, hay que distinguir la presión que se ejercita desde instituciones o sectores empresariales para obtener un beneficio directo de las decisiones judiciales y quienes estamos utilizando información y documentación para dar luz sobre las actuaciones de la Justicia».

Manuel Domínguez Moreno (izq), charla con el eurodiputado Jordi Solé (der) junto con el abogado Josep Jover (centro)

«No llegamos a aprender nada de nuestros errores, y como consecuencia nos condenamos a nosotros mismos a repetirlos sin entender que se debe vivir hacia adelante, pese a que la vida solo se llega a comprender si nos volvemos a mirar hacia atrás. Puede que tengan razón los que afirman que la historia de la humanidad es una interminable sucesión de ocasiones perdidas, de errores decadentes, de esperanzas frustradas. Como decía Camus, en esta sociedad el éxito es fácil de obtener, lo difícil es merecerlo», ha añadido.

Para finalizar, y en medio de unas jornadas de denunciantes de corrupción, Manuel Domínguez Moreno ha hecho referencia a los afectados, a las más de 305.000 familias arruinadas por la corrupción o la insaciabilidad de las dictaduras privadas que ejecutan su poder de influencia sobre las instituciones públicas para salir impunes incluso cuando pueden llegar a vulnerar la ley. Estos comportamientos, que son un tipo de corrupción diferente, son más dolosos porque van dirigidos contra los más débiles y, en el caso del Banco Popular, es un buen ejemplo puesto que los afectados han sido las pequeñas y medianas empresas y los pequeños ahorradores que lo han perdido todo.

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