La Comisión Europea, ha presentado un informe con datos demoledores sobre la pobreza en este viejo continente. Los datos para España, rozan absolutamente la desesperanza con una población en riesgo de pobreza en espiral ascendente. Las familias españolas no remontan, mientras el país ocupa los últimos puestos en relación al mercado laboral, la pobreza y la exclusión social respecto a la Unión Europea. España ni siquiera se acerca a los indicadores sociales de la época de pre-crisis, -siendo el empleo más precario en la actualidad-, y se mantiene en un 23% de desempleo, muy cerca de los parámetros económicos de la crisis de Grecia. A pesar de la última reforma laboral, los españoles lideran las tasas de empleo temporal y el subempleo en Europa.

Mientras que en otros países europeos, el avance económico y social es una realidad, a tenor de los datos que arroja este informe, situando al Reino Unido, República Checa, Hungría, Malta y Alemania, rondando un 5% de desempleo, en España, la tendencia continúa fijándose en el trabajo a tiempo parcial de manera involuntaria.

El riesgo de pobreza en España no desciende. Las familias españolas han alcanzado un 22,5 % viviendo situaciones límite, mientras la tasa anterior a la crisis era de dos puntos por debajo de esta realidad actual. El informe europeo contempla como Europa se distancia con 5 puntos por encima de las cifras de pobreza españolas, logrando una mejoría social destacable en otros países, poniendo en evidencia a las instituciones en España, y a las políticas de empleo.

La comisaria de Empleo en Europa, Marianne Thyssen, ha destacado que “la economía se encuentra en fase de crecimiento, y la creación de empleo al alza”. Sin embargo, Thyssen mostró una gran preocupación por el empleo juvenil, y ha subrayado “las condiciones precarias de empleo para muchos jóvenes”, haciendo un llamamiento al resto de los socios europeos para paliar las dificultades que encuentran los jóvenes en el mercado laboral, además de señalar “la dependencia económica de los padres”.

Otro parámetro indicativo para España, es la desigualdad de los ingresos dentro del país, fijada en torno al 34,5%, -en un cómputo del 100%-, cuando antes de la crisis rondaba el 32%. Una vez más en esta comparativa, los países del eurogrupo, tienen índices muy inferiores a los que sitúan a España como un país que no ha avanzado para superar esta desigualdad, en cuanto a los ingresos de los trabajadores.

Las soluciones viables que apunta la Unión Europea para España, vuelven a versar en reformas en el mercado laboral, activar nuevas políticas de empleo, junto a una revisión de las pensiones, y las políticas sociales.

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