Es cuando menos curioso leer la prensa española desde hace un mes hacia acá. Ya se contó aquí que el establishment, ese poder oculto que controla el poder político, se ha lanzado en apoyo de Ciudadanos como alternativa propia. Ahora ese mismo grupo, o coalición dominante, ha lanzado sus dardos contra el PSOE. Titulares contradictorios, contraprogramación mediática, artículos (como se verá) atacando a la propia estructura del PSOE, o proclamas contra el secretario general Pedro Sánchez.

¿Qué pretenden? En ningún sentido acabar con Sánchez y parte de su equipo. Lo intentaron y fracasaron con Susana Díaz. Ahora la estrategia es mucho más sutil y de mayor espectro político que aquella. Da igual que Sánchez se mantenga, lo que se pretende es doblar su voluntad. ¿Para qué? Eso es lo que se va a intentar explicar, porque no es sólo un movimiento, sino dos o tres acciones estratégicas las que confluyen. Eso sí, el error para los intereses del establishment, que como no lee los artículos que escribimos no hay problema en señalarlo, es situar al PSOE en el centro del debate. De la misma forma que puede rasguñarle, también le concede el protagonismo necesario para obtener su propia independencia.

Primer punto estratégico: negar capacidad de cambio al PSOE de Sánchez.

Al poco de sacar las 10 propuestas de país y comenzar las Asambleas Abiertas desde los medios de comunicación del establishment han comenzado a aparecer artículos contrarios a las propuestas socialistas. Bien es cierto que tanto las propuestas como las Asambleas son mejorables, pero eso no empece para estimar que son algo más que lo que hacen los demás partidos. Sin embargo, la estrategia no sólo se centra en artículos sino en la negación de publicaciones respecto a lo expresado por el PSOE. Si se percatan los lectores, salvo algún medio, como Diario 16 Mediterráneo y pocos más, casi no aparecen noticias en positivo del partido socialista. Salvo que haya algo negativo que contar, existe una especie de apagón informativo.

Con esta estrategia se pretende negar la acción de cambio que propugna Sánchez y su Ejecutiva. Un cambio socialdemócrata, si se quiere, pero cambio que no interesa al establishment. Por ejemplo, el día 26 de enero se publicó en El País un artículo titulado “Los errores del Nuevo PSOE” escrito por Daniel Romero-Abreu e Isidoro Tapia, dos grandes desconocidos en el pensamiento socialista, aunque el segundo estuvo trabajando para el PSOE de Rodríguez. El artículo en cuestión, que es bastante flojito pero con mala intención, hace negación del discurso de Sánchez por dos cuestiones: decir Nuevo PSOE no quiere decir que sean nuevas sus propuestas o su ideología; y existe una incapacidad del sector económico para ver claramente el futuro.

Podría ser un artículo de crítica aceptable sino fuese porque no es más que una justificación de las ensoñaciones neoliberales, por tanto de las falsedades del propio establishment. El señor Romero-Abreu, que tiene un blog para las mentes más brillantes (ahí es nada el ego), y se ha criado en el ICADE y en el Instituto Empresa, verdaderos lobbies y centros de formación de lo más granado del neoliberalismo patrio, parece que pretende que el PSOE se vincule a su lobby Thinking Heads. Ambos, como neoliberales, pretenden que el PSOE gestione el capitalismo, sin percatarse que no es esa su esencia. Al menos, no es lo que Manuel Escudero y su equipo pretende. Pero claro, la globalización todo lo puede, y esperan que el PSOE “gestione la abundancia”.

¿Quién afirma que el futuro será de la abundancia? Esta es una falsedad más del neoliberalismo actual. Todos los datos indican que no es claro que exista una abundancia de medios disponibles para la gran mayoría de la población. Que el dinero vaya a salir hasta debajo de las macetas. Bien al contrario los estudios económicos serios ya advierten de una nueva crisis de sobreabundancia en breve. Las típicas crisis del capitalismo que ya descubrió Karl Marx en el siglo XIX. ¿Por qué hablar de la gestión de la abundancia? Para negar el análisis del PSOE. Par domeñarle ideológicamente y hacerle entrar en el camino que desea el establishment.

Segundo punto estratégico: negar capacidad política del PSOE.

La segunda cuestión que tratan en esta estrategia es dejar sin armas políticas al PP. Se ha pasado de vanagloriar la posición de Estado tomada por el PSOE con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, a criticarles por lo mismo. Aunque en realidad lo que se esconde es que no se apoya a Ciudadanos. Por eso se vuelve cotidiano ver titulares “falseados” donde se dice que el PSOE va a pactar con el PP. O crónica donde dan por descontado que el PSOE tiene como aliado al PP de la corrupción.

Como manifestó Ábalos se van a plantear con el Gobierno (a ver si en negrita algunos se dan cuenta) pactos de Estado como la nueva Financiación Autonómica (que reclaman todos los barones del PSOE y alguno del PP como Cifuentes) o el Acuerdo Estatal del Agua tan necesario para acabar con los graves problemas que existen en regiones como Murcia, Castilla La Mancha o provincias como Alicante o Almería, por citar las más delicadas. Una apuesta por las desaladoras y trasvases con sentido común. Estos son los grandes pactos que quieren ambos partidos porque gobiernan en esas regiones. Como algunos o algunas han querido ver, una terrible traición con los principios del 39° Congreso.

Sin embargo, en paralelo, se tilda de posición honrada y magnífica el que Ciudadanos apoye los presupuestos generales del Estado, siempre y cuando el PP entregue la cabeza de la imputada senadora Barreiro. Dar solución al problema del agua es una traición para los medios del establishment y lo otro es tener sentido de Estado. Es más, se alientan las críticas de los izquierdistas sabelotodo y puros con tal de negar capacidad política al PSOE. De la misma forma que si Felipe González no habla con Sánchez es un escándalo, o si Rubalcaba no se habla con el secretario general. Como si tuviese que hacerlo por alguna ley de la naturaleza. Los “buenos socialistas”, los vendidos al establishment, son ultrajados según las crónicas por el Nuevo PSOE de Sánchez.

De hecho el domingo 28 de enero se ha publicado, por parte del recién llegado a El País, Jordi Pérez Colomé un artículo titulado “La lenta descapitalización del PSOE” donde se loa la política de lobbies de Rodríguez o Rubalcaba. El periodista que lo escribe, del que no hay noticia que haya escrito una tesis sobre partidos políticos y organización relevando a Angelo Panebianco, intenta destrozar la imagen de Escudero por no contar con los lobbies habituales, los pijos-progres del neoliberalismo, o porque no hay personas de suficiente capacidad de la academia o del mundo social. Especialmente, de los que escriben en su periódico o son politikones. Vamos, la pobreza intelectual de España (no han escrito dos líneas decentes en su vida todos esos “genios”) debería estar dentro del PSOE. Y, encima, los buenos se van o tienen vergüenza de decir que colaboran con el partido socialista.

Por eso le dieron tanta publicidad a la salida de José Antonio Pérez Tapias, transmutado en el tiempo en gran ideólogo del PSOE cuando antes era un bicho peligroso. Sólo un medio criticó su salida. El resto le dio la razón al profesor de Filosofía, tanto a izquierda como a derecha. Y todo ello por dañar a Sánchez y su equipo.  Y claro, según Pérez Colomé, esta descapitalización del PSOE supone una falta de capacidad política del partido para proyectar una visión coherente hacia la sociedad. Esto es, capacidad política. Que el PSOE no tiene una visión todavía es evidente, al gran González le costó casi cuatro años, pero de ahí a negar capacidad política y todo porque no se usan los lobbies de pensamiento de los amigos del establishment, demuestra la campaña de difamación.

Tercer punto estratégico: hacer del PSOE la muleta de Ciudadanos.

Toda esa campaña mediática, que se atiza desde la izquierda y la derecha, tiene como pretensión que el PSOE acabe siendo la muleta política de Ciudadanos. No se sabe si de Rivera o de otra persona (¿Inés Arrimadas?), pero que sea el partido que apoye a Ciudadanos en sus pretensiones de gobernar. O, en caso de que la formación naranja no pueda penetrar en la “España vacía” y en las urbes no se despegue tanto del PP, que el PSOE sólo tenga como partido de coalición a Ciudadanos.

Para evitar que el PSOE pudiese obtener más escaños que Ciudadanos se publicita todo lo identitario y contra-independentista, se evitan todas las críticas y se azuzan los demonios de Podemos contra el PSOE. Sólo hay que ver como los medios del establishment están loando la llegada de Íñigo Errejón a Madrid. Quieren segarle la hierba bajo los pies a Sánchez en su propia casa. Un Podemos fuerte en Madrid, y con Errejón al frente, manda al PSOE a pelear por la cuarta plaza con el PP de Cifuentes. Y eso supone un gran desprestigio para Sánchez y unos cuantos diputados menos. A pesar de que el candidato del PSOE se quiere que sea un agente de Prisa como Ángel Gabilondo, pero el establishment puede permitirse dejar caer a uno de los suyos, al que ya le darán algo en compensación.

Se desea a Ciudadanos gobernando con el PSOE apoyándole y haciéndole el juego. Es la máxima expresión del neoliberalismo con cara humana que desea el establishment. Funcionó con Emmanuel Macron, aunque aquí como observa Fernando Vallespín, sigue siendo un enigma. Se asusta el politólogo que todo se quede en un populismo de centro, sin percatarse que tanto Macron como Rivera son puro populismo sistémico, como aquí se ha denunciado. Pero el profesor Vallespín analiza el proceso fuera de la estrategia del establishment, aunque haciéndole el juego al mismo al señalar el camino que debería recorrer Ciudadanos.

Todo puede parecer una teoría conspiranoica, pero a lo largo de los años se comprende que las cosas no pasan porque sí, siempre hay una razón detrás. Y hoy la razón es doblar el espinazo al PSOE de Sánchez. No pudieron colocar a su candidata y ahora intentarán que se acerque al “centro establishment”, pues no son pocos los artículos, incluso con datos muy politikones y sociales, que intentan demostrar que el Somos la izquierda es un error estratégico. Ahora sólo cabe esperar que todos estos ataques no hagan mella en la Ejecutiva del PSOE.

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