La carta firmada por Emilio Saracho y remitida a la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión, Daniele Nouy, está llena de contradicciones y de exposición de hechos que nada tenían que ver con lo que realmente estaba pasando en el Popular.

Ya hemos visto cómo Saracho se presenta como el Napoleón de las finanzas, como el Amadís de Gaula que estaba luchando contra los elementos para salvar el banco. Sin embargo, la realidad es que más bien fue el Capitán Ahab que llevó al Pequod a hundirse y a la muerte a toda su tripulación. Saracho explicaba a Nouy, entre otras cosas, operaciones en marcha que, en verdad, estaban paralizadas o que habían sido rechazadas; manipuló la realidad para hacer creer a su interlocutora que había ofertas para una operación corporativa de venta de la entidad cuando lo que realmente se estaba produciendo en España era el estudio por parte Santander y BBVA de la situación del Popular para adquirirlo una vez que se hubiese producido la resolución.

Sin embargo, no acabó ahí en la presentación de estrategias que no se estaban implementando. Saracho afirmaba lo siguiente en la carta: «Además, seguimos trabajando sin demora en la reevaluación de la cartera de garantías reales y de bienes raíces, en un ejercicio destinado a proporcionar al banco, al supervisor y a los mercados información clara sobre el valor de dichas carteras y cualquier ajuste de valoración relacionado con ellos que pueda ser necesario. El resultado de ese proceso solo será definitivo en el momento en que preparemos los estados financieros del primer semestre y los auditemos. Y también está sujeto a la inspección en curso del BCE, para la cual hemos recibido indicaciones verbales de un posible resultado y de algunas incertidumbres que afectan dicho resultado».

Por tanto, Saracho estaba presentando una estrategia de reevaluación del valor de activos y bienes raíces que tendría que ser evaluada por el BCE después de la presentación de resultados del primer semestre de 2017, es decir, a mediados del mes de julio. ¿Cómo es posible que hiciera tan afirmación cuando era consciente de que al día siguiente se iba a declarar la inviabilidad del Popular? El cronograma del Proyecto Hipócrates indicaba que a lo largo de la tarde se declararía el estado FOLTF de la entidad, la JUR resolvería al banco y antes de la una de la madrugada del día 7 de junio se abrirían las ofertas presentadas por Santander y BBVA. No obstante, Saracho informaba a Nouy que se estaban reevaluando los bienes raíces y los activos del Popular.

En consecuencia, en lo referente a los activos del Popular, Saracho también mintió a Daniele Nouy. La realidad es que sorprende cómo el ex presidente de la sexta entidad financiera de España pudiera escribir una carta de este calibre. Sin embargo, lo que es más sorprendente la descoordinación del supervisor europeo puesto que todo lo que se estaba ejecutando en Madrid era del conocimiento de Elke König puesto que los plazos para la resolución fueron aprobados en la reunión del día tres de junio donde estaban representados la JUR, el FROB y el Popular. ¿Desconocía Nouy que el banco iba a ser resuelto apenas veinticuatro horas después de recibir esa carta? Recordemos, por ejemplo, que a la Comisión Europea apenas se le concedieron unos minutos para que aprobara la resolución.

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