Ciudadanos ha logrado su primer gran éxito electoral que queda empañado porque es estéril puesto que la candidatura encabezada por Inés Arrimadas no tiene posibilidad alguna de gobernar. Arrimadas ha logrado lo que Albert Rivera jamás ha conseguido ni conseguirá.

El pueblo catalán ha hablado claro: rechazar la aplicación del 155 porque los partidos que lo defendieron no tienen posibilidad alguna de formar gobierno. La suma de los escaños de las dos grandes fuerzas independentistas, Junts Per Catalunya (34) y Esquerra Republicana de Catalunya (32) supera a Ciudadanos (37), Partido Socialista de Catalunya (17) y Partido Popular (3). Una diferencia de 9 escaños que muestra que las llamadas al voto útil lo único que ha conseguido es arrastrar a los votantes indecisos hacia opciones que no tenían opciones fuera del ámbito de Barcelona. Esto es importante dado que con la ley electoral injusta que tenemos en España se beneficia a quienes obtienen más votos en las provincias menos habitadas.

Estas elecciones han demostrado que la estrategia de la polarización que algún partido ha usado ha sido muy negativa para quienes defendían la aplicación del artículo 155, lo que ha demostrado una falta de visión política que incapacita a quienes lo han utilizado para tener capacidad de gobierno.

Los independentistas tienen que tener en cuenta que el rechazo al 155 no es sinónimo de apoyo a la vía unilateral sino, más bien, es una llamada al diálogo. Ahora comienza una nueva etapa. Volver a buscar un proceso unilateral de independencia llevaría a repetir la misma historia que ocurrió en el mes de octubre. Por tanto, el pueblo catalán, en su rechazo a que les gobiernen los partidos que promovieron la anulación del autogobierno, ha dejado un mensaje claro: el Estado les tiene que devolver lo que se les quitó pero buscando un espacio basado en el consenso democrático entre todos los partidos para que el gobierno de Cataluña lo sea de todos los catalanes y no para uno de los dos bloques en que se ha dividido a la sociedad.

Hay que devolver la voz al pueblo y que sean ellos los que decidan el futuro de Cataluña. Para los que tienen miedo a que esa consulta pudiera dar la victoria al independentismo ayer obtuvieron la respuesta a ese temor: con una participación por encima del 80% el independentismo no logró ganar en votos.

 

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