La están gozando en los medios del establishment. La caverna de doxósofos (opinólogos si lo prefieren) de la derecha han sacado todas sus armas para demonizar, una vez más, a Pablo Iglesias y Ramón Espinar. Nuevamente el establishment sale en defensa de Íñigo Errejón y todo ese entorno errejonista, aunque sólo con la finalidad de atacar y destruir Podemos. No es que el bando errejonista caiga bien, pero les gusta para poder hacer fracasar el proyecto en general. Están haciendo, incluso desde el PP, de Rita Maestre una mártir de un supuesto estalinismo del secretario general estatal y, por ende, del madrileño. Estalinistas que no son capaces de respetar el trabajo de las personas y con un sistema manipulado porque lo que quieren es poner de alcalde a Julio Rodríguez utilizando a Manuel Carmena. Esto se ha podido leer hasta en medios supuestamente proclives a Podemos. Y la realidad es que Iglesias y Espinar dirigen un partido político, no un club de amigos.

Las reglas, como ha explicado Raúl Camargo de Anticapitalistas, pueden no ser las mejores, ni las más proporcionales, pero no dejan de ser un mecanismo democrático de elección de las personas que van a ir en unas listas. En un partido político cuando no gustan las reglas se cambian en los congresos, convenciones o como quiera que cada partido lo nombre. Y si los anticapis han decidido no participar por no estar de acuerdo con las reglas desde el principio, como pasó en las listas para las autonómicas, Maestre y el resto de concejales deberían haberlo advertido antes de comenzar el proceso. No a mitad cuando veían que las bases tenían otras intenciones. Y claro que las dirigencias intentan acomodar lo más beneficioso para ellas, pero no hay que olvidar que llegaron allí porque alguien los eligió. En un partido político, por muy abierto que sea, esas cosas pasan y son habituales.

Nada dijeron los errejonistas cuando el proceso de las elecciones autonómicas. Allí les beneficiaban los deseos de la dirigencia y callaron. En el proceso del ayuntamiento de Madrid como no les beneficia se enfadan y se salen del juego, sabiendo que Carmena va a querer contar con ellos y ellas. Prefieren el dedazo de la alcaldesa a la opinión de las bases. Una posición pequeño-burguesa más bien es lo que sustentan al pensar que, por muy bien que se hayan hecho las cosas, son imprescindibles. Iglesias y Espinar, por duro que parezca, han hecho bien en suspenderles de militancia. O se está en Podemos a las duras y a las maduras, o se está fuera. Más bien parece que lo que se ha pretendido es sacar las candidaturas por el lado de Podemos y luego que Carmena sumase más gente por su parte. Esto es, llenar la lista del Ayuntamiento de carmenistas relegando a las gentes de Podemos más afines a las diferentes direcciones a puestos con menos posibilidades de salir.

Además, de forma indirecta señalan como peores o menos digna a las compañeras y compañeros que se vienen batiendo el cobre en los círculos, en las moradas o en el día a día de la lucha. ¿No tiene derecho a ir Maby Cabrera que se patea las calles que da gusto? ¿No tiene derecho a ir en las listas María Dolores Amadeo que está bragada en la lucha de clases a pie de fábrica? A que son gentes de la confianza de Rodríguez y trabajan mucho en el día a día en Madrid capital. Cierto que no salen en televisión pero no dejan de aportar su granito de arena. Lo lógico es que se mezclasen ambas posiciones pero no ha podido ser. Dice José Manuel Calvo, uno de los huidizos, que la lista presentada a las primarias de Ahora Madrid (o como acabe llamándose y donde se sumarán IU, Equo, asociaciones…), es “un pulso a la alcaldesa”. Más bien el pulso lo han intentado lanzar desde el otro lado en una estrategia clara como hemos comentado. Normal que se expediente. Como han repetido hasta la saciedad para estar en la lista de Podemos para las primarias de Ahora Madrid hay que pasar por las primarias internas. Y si los concejales y concejalas no se veían ganadores es una percepción propia. Aunque podían haber negociado y haber presentado candidaturas medianamente pactadas como es habitual cuando no se quiere dar un espectáculo.

La vida interna de los partidos políticos es dura en muchas ocasiones. Y unas veces se gana y otras se pierde. Al menos los huidos tenían la oportunidad de participar y convencer. Si estuvieran en el PP, PSOE o Ciudadanos sólo estarían por el dedo mágico de la dirección. Ahora tendrán el dedazo carmeno a su favor que es lo que parece buscaban. Parece por su actitud. Ahora les tocará compartir con Podemos, IU, Equo y demás en unas primarias más generales. ¿Llorarán o pedirán a Carmena que los ponga sí o sí? Esa será otra historia pero hoy Iglesias y Espinar tienen razón, las reglas son iguales para todos. Y si no te gustan a cambiarlas la próxima vez o a convencer a la gente para ganar la secretaría general.

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