Foto: Comité Democrático Palestino

Entrar en la Explanada de las Mezquitas, un lugar santo para los musulmanes, se está convirtiendo en un imposible para los fieles que se quieren acercar a rezar a Al Aqsa por las medidas represivas impuestas por el gobierno de Benjamin Netanyahu. Del mismo modo que en la Alemania de los años 40 las tropas controlaban los movimientos de los judíos o les cerraban sus lugares de culto, el Estado de Israel impide el libre ejercicio de la libertad religiosa a los ciudadanos palestinos en Jerusalén.

Netanyahu ha ordenado un mayor control de seguridad en la Explanada de las Mezquitas colocando más controles y más cámaras de seguridad. Tras los disturbios del pasado viernes en el que fueron asesinados ocho palestinos en Jerusalén y en Cisjordania, Israel ha incrementado la represión algo por lo que han reaccionado tanto el presidente palestino Mahmud Abbas y el custodio de los lugares santos en Jerusalén, El Waqf, afirmando precisamente que están siendo violados sus derechos, exactamente lo mismo que afirmaban los ciudadanos polacos de Varsovia en las oficinas del Judenrat cuando los alemanes conculcaban los derechos y libertades que tenían reconocidas por ley. Además, las fuerzas israelíes detuvieron en la madrugada del sábado a 29 miembros de Hamás.

Además, Israel está violando la soberanía del pueblo palestino puesto que la Explanada de las Mezquitas pertenece a la Autoridad Palestina, no a Israel, tal y como ha afirmado el propio Abbas en las últimas horas desde Cisjordania.

Foto: Comité Democrático Palestino

Todas las medidas de seguridad y de control son, por tanto, ilegales. Pero Israel lleva demostrando desde hace décadas que las resoluciones de la ONU o las condenas internacionales son papel mojado para ellos. Ocuparon una tierra que no era suya, expulsaron e intentaron exterminar al pueblo legítimo de esa tierra. Por tanto, no se van a echar para atrás porque según la mentalidad sionista que predomina entre buena parte del pueblo israelí esas tierras les pertenecen porque lo dice un libro escrito por hombres que se encargaron de hacer creer al resto de sus compatriotas que fue redactado por el propio Dios. La historia ya ha demostrado que cualquier pueblo que se cree con la voluntad divina de su parte es muy peligroso. No hay que recordar aquel grito de «Deus Vult» de las Cruzadas y las consecuencias que trajo. O el genocidio español en Latinoamérica porque era mandato divino acabar con los salvajes. O la Inquisición. O las guerras santas del Islam. O la ocupación ilegal de Palestina por Israel.

El país sionista ha colocado detectores de metales en la entrada de la Explanada de las Mezquitas y un sistema revolucionario de cámaras que ha sido diseñado para detectar a personas que porten armas.

También se ha detenido a miembros de Hamás para evitar la violencia, es decir, que se ha apresado a personas en previsión de que pudieran cometer algún delito o porque Israel prevé que pudieran organizar más disturbios. Por tanto, se trata de detenciones preventivas de comunistas, socialistas o activistas como las que se contemplaban en las leyes redactadas y firmadas por Hermann Göring.

Por su parte hoy lunes se reúne el Consejo de Seguridad de la ONU para analizar a puerta cerrada los sucesos de los días anteriores en Jerusalén y en Cisjordania. Por muchos esfuerzos diplomáticos que se están haciendo la tensión está volviendo a subir en Oriente Medio. La propia Liga Árabe acusó el domingo a Israel de jugar con fuego porque lo que está ocurriendo en la Explanada de las Mezquitas no sólo afecta a los palestinos sino a todos los musulmanes porque se trata de un atentado a los lugares santos que son venerados por cualquier persona que practica la religión musulmana.

 

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