Si llevan tantos años dominando el mundo, tanto como para que los Estados saliesen en su ayuda, es de suponer que fracción financiera tendría algo planeado si el Tribunal Supremo hubiese demostrado firmeza y no venderse al poder financiero como han hecho. Ya se comentaba en los entornos financieros que tenían una solución, aunque preocupaba y mucho el tener que abonar los 5.000 millones de los últimos cuatro años. Estaba todo pensado y afinado, en una decisión oligopolística de los señores del dinero. Por tanto, la decisión del presidente Pedro Sánchez no les pilla con improvisaciones, sino bien al contrario, bien pertrechados para no comerse el coste del impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD). Pagarán al final los que venían pagando.

Mañana el consejo de Ministros y Ministras clarificará que en el AJD el sujeto pasivo es el prestamista, no el prestatario como se venía entendiendo hasta el momento. Clarificará pero lo acabarán pagando los ciudadanos por mucho que Sánchez dijese ayer que entendía que no lo harían los bancos. Pues aprovechando que el Euribor subirá, los bancos van a subir un 0,1% los intereses para asumir ese coste de 640 millones de euros al año que calcula Moody’s que será el coste para las entidades financieras. Parece nuevo en esto el presidente del Gobierno, justo él que estuvo en la Asamblea General de Cajamadrid/Bankia, como para confiar en que la banca va a asumir un coste de 640 millones sin decir ni pedir nada. La medida, en sí, le sirve a Sánchez para hacer demagogia política y quedar bien ante una izquierda que llamaba a la acción en las calles. El presidente con esta jugada, que se venía solicitando hace tiempo, y que será temporal porque hasta es posible que desparezca el impuesto en la nueva ley hipotecaria que se está tramitando ahora en el Congreso de los Diputados, se apunta a cosas de izquierdas para que no le coman el terreno.

Tampoco se han quedado atrás los partidos de derechas en el sentido de la demagogia. Pablo Casado ha afirmado que cuando gobierne quitará el impuesto, superando de esta forma a Albert Rivera que ha salido a criticar al bipartidismo de esta afrenta contra el pueblo, y por eso él también lo quitará o se lo pondrá a la banca que, por hoy, es mala. “El bipartidismo también es responsable de la sentencia del Supremo sobre las hipotecas porque durante 23 años no ha tocado una coma de una ley ambigua” ha dicho Rivera, con cierta razón sin que sirva de precedente. Ha debido pedir permiso, eso sí, al Ibex-35, consciente de que acabarán quitando el impuesto en la nueva ley hipotecaria, para hacer cuñadismo ideológico. Y de paso ha pedido que se legisle para que el poder Judicial sea realmente independiente… de los políticos, que no de la fracción financiera, o de la empresarial. De esos no que son los que le apoyan a él.

Sin embargo, a la izquierda no le vale con esta clarificación porque entienden que se han saqueado otros 5.000 millones de euros a los ciudadanos y ciudadanas. Pablo Iglesias así se lo ha querido dejar claro a Sánchez: “La propuesta del Gobierno es a partir de mañana paga la banca. Está bien pero no basta. Hay que legislar para hacer lo que dijo la sección II de la sala III del TS: devolver a las familias su dinero y que los bancos paguen lo que deben. Así lo propondremos en el Congreso”. Ya sabe, por tanto, Sánchez que Podemos le va a pedir que el dinero se devuelva a las personas y que se vayan devolviendo los 60.000 millones del salvamento, que ya va siendo hora. Un problema que el acto demagógico del presidente no va a salvar.

Por su parte Alberto Garzón, desde Bruselas, ha sido mucho más duro y contundente con Sánchez y el Supremo. Al presidente del Gobierno le ha señalado al decir que su propuesta es “insuficiente y un simple gesto para salir del paso”. Además entiende el dirigente de IU que “llega tarde y en ningún caso permite a las familias hipotecadas recuperar el dinero pagado por este concepto”. Insiste, como hiciera Iglesias después en esos dineros, miles de millones, que las familias españolas de toda condición van a perder. Tiene claro Garzón que la acción del Supremo “tiene como simple objetivo neutralizar la oleada de reclamaciones respecto a las hipotecas concedidas en los últimos cuatro años, lo que llevaría a los bancos a pagar el citado impuesto y sacaría, al menos, entre 6.000 y 8.000 millones de euros de sus nutridas cuentas de beneficios”. Y como sabe que los bancos aumentarán las hipotecas, tal y como hemos contado, advierte que hay que ir más allá: “Los bancos disponen de suficiente poder para incrementar el coste de las hipotecas en una proporción similar al impuesto que se pretende que paguen. La única forma de corregirlo es reduciendo su poder, algo que la propuesta de Pedro Sánchez ni se plantea”.

Las movilizaciones siguen convocadas para el sábado, ahora habrá que ver si el silencio del martes del PSOE (incluso con algún tuit levantado), y la modificación aclarativa son suficientes para frenar el enfado de la ciudadanía ante una nueva barrabasada del poder judicial. Con esta acción el gobierno de Sánchez ha pretendido salvar la cara de la judicatura, esa misma que está infectada, y no hacer mucho daño a la banca. Son conscientes que ese 0,1% de van a colar de rondón les proporcionará incluso más beneficio del impuesto pagado. Todos contentos salvo la ciudadanía que está llegando a su límite de tolerancia. Igual la propuesta del gobierno no ha servido, porque tampoco ha ido acompañada de la derogación de la ley mordaza para que las personas de bien se acaben acordando de parientes de políticos y jueces en su enfado. Al final, desde el gobierno ha habido miedo a tener que soltar en primera instancia las comunidades autónomas los 5.000 millones y luego esperar para cobrarlos, y tampoco se descarta el miedo a la banca, a la fracción financiera que es la más poderosa de la clase dominante. Y si no lo creen sólo les basta con observar la subida de los bancos en bolsa: saben que no pagarán.

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