Casa Real

Algunos listos han aparecido muy indignados con la huida de Juan Carlos de Borbón y arrogándose la conquista de su huida. Fuegos artificiales para tapar sus propias miserias porque la realidad es que todo el montaje contra el ex-monarca se ha producido desde la trinchera de la derecha. La izquierda mediática nada más que ha hecho recopilación de datos de lo que sacaban los medios cavernarios, salvo la exclusiva de la huida a República Dominicana que la ofreció Diario 16. Más le vale a Juan Carlos Monedero no ponerse medallas porque ha sido la derecha mediática la que se ha encargado de provocar con sus informaciones la huida y no los tuits de Podemos. OkDiario, El mundo, El confidencial, ABC y, en menor medida, Vozpopuli han sido un martillo pilón informativo contra el Borbón. A ellos hay que sumar las horas y horas de telebasura de Susanna Griso y Ana Rosa Quintana con el mismo tema. Todo ello cobijado por la clase dominante que no ha mandado parar como en otras ocasiones, sino que ha alentado el descuartizamiento del otrora adorado jefe de Estado.

Cuando Bieito Rubido sale a dar sacar brillo con la lengua a la monarquía y al huido, está ejecutando un enorme acto de hipocresía porque desde su medio se sacaron las tropelías de la borbonada. Cuando Francisco Rosell cuenta las cosas buenas que hizo el huido también ejerce la hipocresía. Y cuando lo hace Eduardo Inda se llega al cinismo más absoluto. Jesús Cacho, director de Vozpopuli, empero puede decir lo que quiera –hace poco calificó de sinvergüenza al huido-, porque tuvo la valentía, cuando muchos callaban y se comían todos los canapés de la Zarzuela, de contar en su libro El negocio de la libertad todas las artimañas del Borbón con el caso KIO, con los tres millones de euros para Bárbara Rey sacados de los fondos reservados y las coimas y comisiones que se llevaba por este o aquel negociete. Amadeo Martínez Inglés también contó las miserias de las cloacas de Zarzuela, pero le trataron de orate –aquí pueden leer algunas de las verdades que contó y otras que ha recopilado José Antonio Gómez en Diario 16-. Ahora bien ¿por qué ahora sí se publican las trapacerías mientras que antes se callaban –Antonio Asensio se gastó un dinero para comprar fotos y documentos- y se consentían?

Hipótesis 1: Reforzar a Felipe VI “el preparao”.

Se podría entender que los medios cavernícolas, con la aquiescencia de la clase dominante, han realizado una maniobra mediática -como hicieron con la “operación coletas” o la “operación Rivera”- para dejar en mal lugar al emérito, purgar sus pecados y engrandecer a un monarca que no es que levante muchas simpatías entre la población. Aprovechando, además, que diversos partidos hacen gala de republicanismo –barato, pero republicanismo-, con la caída en desgracia del padre intentan totemizar al hijo. Como no es recomendable dar otro golpe de Estado justificatorio, mejor cazar al cazador –quien, por cierto, tiene la tremenda cara de hablar de cuestiones privadas cuando las comisiones son delito para los cargos públicos-. Si esta era la estrategia, todos los medios de comunicación han salido en tromba a hacer una nueva mamada monárquica, igual no la han valorado bien porque ha peligrado (y sigue en peligro) la institución más que la supuesta salvación del “preparao”. Al no leer a Freud no se han percatado de que la totemización se produce tras la muerte del padre, pero ¡¡¡con el padre!!! no con el hijo. Tampoco necesitaban “al padre” para salvar al hijo con la clase política actual. Es una hipótesis pero parece la menos factible.

Hipótesis 2: Evitar que salgan más nombres y comisiones.

Si se fijan en los diarios digitales en los que han aparecido los principales documentos y testimonios que han llevado a la huida al Borbón mayor, son la referencia de dos de las fracciones de la clase dominante (el bloque en el poder si les gusta más): la fracción financiera y la fracción constructora/servicios. Representan al 70% de la clase dominante española e internacional quienes han difundido el escándalo. Hace años se escondía –como los millones de dólares que pidió al rey saudí para que Adolfo Suárez montase UCD y que se quedó en el bolsillo-, hoy han decidido sacar algunas cosas a la luz. Las comisiones, no del gobierno saudí, sino de las empresas que participaron en el consorcio de la construcción del AVE. Porque quienes le han untado realmente han sido las empresas –da igual que en vez de que los saudíes paguen en una cuenta lo hagan en otra, el dinero sale de los pagos a las empresas-. Una empresa en especial y que ya está moribunda (OHL) y que, por tanto, puede ser sacrificada en aras a impedir que se tire del hilo y aparezcan más comisiones y más empresas.

Durante la finalización del felipismo, durante todo el aznarato y en buena parte del zapaterismo y el marianismo, las empresas españolas contaron con la ayuda de Borbón para abrir camino en Latinoamérica –descubrimientos de yacimientos nuevos de diversas materias primas y apertura económica-, en la apertura industrial del Medio Oriente o en África. En todas y cada una de esas misiones económicas, que reportaron millones y millones de euros para las empresas españolas, es probable que hubiese una pasada de bandeja para recoger sobres. No es nada descartable pues a principios de los años 1990s Borbón andaba “tieso” y en 2014 se le calculaba una fortuna de 2.000 millones de euros. Cantidad que con su sueldo, por muy ahorrativo que fuese (que no lo ha sido en la vida), no podría haber logrado acumular. Y no valen, como en el caso de Pujol, herencias de la abuela porque esta rama de la borbonada nunca tuvo capital y siempre ha gustado de vivir de los demás. Si a través de las investigaciones sobre la procedencia de los dineros saliesen a relucir los nombres del viudo con gafas, del ex-BBVA Francisco González, de los Lladó, de los Garrigues Walker, de los Botín, de los Brufau, de los Abelló, de los Del Pino, de los Entrecanales, de los Polanco, etcétera –no tomen estos nombres como realmente indicativos del pago de comisiones ¿o sí?-, no habría problemas penales para ellos pero sí problemas financieros –bajadas de los precios de las acciones-, problemas internacionales –cierre de fronteras por pagar comisiones impunemente (el pecado se comete pero se oculta a nivel mundial)-, o problemas para abrir nuevas fronteras porque les pedirán comisiones al saber que las pagan. En términos generales, más que miedo a lo penal, tienen miedo a lo económico.

Mejor cargarse al Borbón hoy que esperar a que mañana se siga tirando del hilo. Una buena escapada que costearan a escote los que estén detrás de la maniobra. Porca miseria para salvar a la clase dominante. La cual, además, tiene la colaboración de algunos partidos que deben justificar el tragar todos los días con las recetas de Merkel y la CEOE que, hablando de supuestas caídas del régimen del 78, ayudarán a reforzarlo y a que no se tire de la manta que cubre a la clase dominante. No caben más hipótesis, ya que queda descartada que la prensa cavernícola actúe con ética, y menos tras ver que una vez cazado el cazador han salido a defender la monarquía como si se estuviese en el siglo XVII. Hasta algunos han sacado a colación la teoría de los dos cuerpos del monarca medieval –que se puede ver en el famoso estudio de Ernst H. Kantorowicz– y no sería de extrañar que de algún modo nos vendan el poder taumatúrgico del “preparao” para salvar España. Hay tantas babas en el periodismo español hoy que igual cuando cojan el móvil para leer algún artículo se les escurre. Dos hipótesis, una poco plausible pero complementaria, otra más plausible. Porque si hay algo que es un hecho es que la derecha mediática ha sacado los trapos sucios y la clase dominante ha aceptado que se produzca todo –cabe recordar que el viudo con gafas controla dos medios de los más leídos y Botín otros dos-. Aten cabos ustedes solos, pero no se dejen engañar: al Borbón se lo han cargado los mismos que le han estado protegiendo, no dos o tres ganapanes con mensajes en redes sociales.

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