No se lo hemos preguntado, aún, a Pablo Iglesias directamente pero seguramente en su fuero interno debe estar arrepintiéndose de haber postulado a Íñigo Errejón como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Porque, desde hace una semana, “la que está liando el niño”. Hace unos días ya hablamos del error de Errejón por tensar la cuerda con la mayoría electa de Podemos Comunidad de Madrid, pero ahora, como han destacado diversos medios de comunicación, es que parece que había una especie de acuerdo con el sector de Carolina Bescansa para quedarse con todo. Con toda la candidatura y, presumiblemente, al estructura orgánica en uno tiempo no muy lejano. El cariño entre los otrora principales dirigentes de Podemos, a los que cariñosamente se catalogaba de Epi y Blas, puede haber obrado contra Iglesias.

Era como un reparto de bienes en el divorcio que se llevó a cabo en Vistalegre II, según esta última información, parece más bien un intento de venganza fría. Se presumían en la calle Princesa que Errejón igual estaba jugando con los tiempos a fin de abandonar una candidatura que, según dicen las encuestas, no le sería realmente propicia. Y ¿para qué mancharse ahora pudiendo esperar su momento a nivel estatal? Pero, también, como apuntábamos el otro día, cabía la posibilidad de que Errejón quisiese establecer una especie de reino de taifa para acuartelarse en previsión de tiempos mejores para asaltar la dirección de Iglesias. Y según parece, por el documento que se ha filtrado, algo de eso hay. Según se puede leer, en el documento Bescansa y Errejón se repartirían la candidatura de diputados y diputadas completamente (16 para él, y 9 para ella, en los puestos de salida), los puestos en la dirección de campaña, la creación del programa electoral, los equipos de prensa y comunicación, las redes sociales y el apoyo logístico. Vamos todo el armazón electoral.

Además, siendo Errejón el número uno y Bescansa la número dos, deja claro el documento que “no cabe la integración en esta lista del portavoz de la corriente oficialista de la CAM, Ramón Espinar”. O lo que es lo mismo, impedir la presencia del “pablismo” más duro. Porque, de hecho, también se especifica en el documento que se “excluye de manera expresa la posibilidad de incorporar candidatos o candidatas a partir de procesos de negociación de recursos o soportes con la dirección estatal de Podemos”. O lo que viene a significar que no cederían al posible chantaje de los “Pablos” a cambio de apoyarles estructuralmente. Nada de pablismo en los alrededores y sí conformar un proyecto propio. Lo mismo que ha venido defendiendo Errejón en los últimos días y en consonancia con sus peticiones (como la firma ante la Junta Electoral Central).

Porque, parece, que tanto Bescansa como Errejón coinciden en establecer el gobierno de la Comunidad de Madrid como “el embrión del futuro gobierno de cambio en España”. Para ello, continúa el escrito, se presentarán dos narrativas claras, una más regional que estaría a cargo de Errejón y otra más estatal por parte de Bescansa para, se supone, afrontar el futuro proceso interno tras las Elecciones Generales y “recuperar la cultura orgánica” basada en la confianza, la cooperación, la descentralización, la democracia interna, la descentralización, la integración de minorías (curioso que siendo ellos minoría se quieran quedar con todo y no dar nada), organicidad (que no se sabe bien qué significa), y apertura hacia las bases más cualificadas de la sociedad civil.

Tras hacerse público el documento, tanto Bescansa como Errejón han salido a desmentir que hubiese un acuerdo tal, que ellos están por la integración y la unidad en una lista. Pero queda la duda, la mancha de Podemos, el señalizar como malos a Iglesias, Espinar y los pablistas, en definitiva una lucha que sólo se está planteando desde una parte. Como reconocen en la dirección, se está aceptando casi todo lo que han pedido hasta el sábado porque les parece interesante la candidatura de Errejón, pero que tampoco tense más la situación porque buenos y buenas candidatas también hay. Ya que, a pesar de lo que manifiesta en un tuit Errejón, desde el sábado hasta ayer por la mañana no se había dignado en hablar con la dirección de Podemos. Por lo que el ofrecimiento a Espinar y Lorena Ruíz-Huerta (de Anticapitalistas y actual portavoz parlamentaria) es cuando menos una especie de salida a destiempo.

Aun así, queda un halo de duda entre saber si el documento estaba ya avanzado y se han roto las negociaciones entre Bescansa y Errejón (y por ello sale a la luz descuidadamente, una táctica como otra cualquiera para dar un toque al candidato), o si se estaba avanzando en ese sentido porque el tiempo apremia y el viernes acaba la presentación de candidaturas. Algo que desde las otras posiciones podrían tener más avanzado. Pues tanto pablistas como anticapitalistas (junto o por separado) han previsto todos los escenarios posibles, desde la lista unitaria hasta la presentación por separado. Quien parece que no lo tiene tan claro es el errejonismo que, además, está quemando de forma infantil y estúpida a un buen candidato. A la par que ponen en dificultades de convencer a las bases más pablistas que voten en su favor. Porque, esas bases, entienden que no es la primera vez que el niño la monta y están muy quemadas.

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