En estos diez últimos años desde la recesión del 2007/8 el capitalismo ha sufrido una sacudida económica comparable a las turbulentas épocas del siglo XX,  incluida la rica Europa y en concreto la Zona Euro que sigue empantanada en un estancamiento prolongado sin visos de solución, hundida en la brecha de la desigualdad y los crecimientos raquíticos de la economía, con lo del Brexit, lo de Grecia, la crisis de Gobierno en Italia, la caída de Rajoy en España, Francia  con revueltas de la clase trabajadora rechazando la política “ultraliberal” de Macron, etc. Horror causa la ausencia de una política Migratoria Común que merezca ese nombre, pues violan permanentemente de forma criminal los Derechos Humanos, indicando la falta de humanidad y la carencia de alternativa viable por parte de la Troika y del capitalismo europeo que camina hacia una recaída de la recesión.

Los estudios de algunos expertos avisan de una reducción del crecimiento en la eurozona que ya se ha iniciado, bajando el PIB a un  raquítico 0,4 %  en el primer trimestre de 2018 y podría continuar esa tendencia a la baja.  Las previsiones de las economías avanzadas es de una caída del PIB al 2% en 2019,  desde el 2,5% estimado para este año 2018.  Esas perspectivas agravarán la situación y podría continuar el aumento de la precariedad y el empobrecimiento de la clase trabajadora y capas medias, con una pérdida de las expectativas de la juventud que amargamente entiende que le han robado su futuro.  La media de paro juvenil en Europa,   según la OCDE, es del 11,9 %,  pero España registra más del triple con un 38,6 % de desempleados. Existen retrocesos traumáticos en cuestiones sociales como sanidad, educación y otros derechos que fueron alcanzados por las luchas de años anteriores. La ofensiva global de la Troika está desatando movimientos de protesta y huelgas generales que están experimentando un brusco salto adelante en la toma de conciencia de la juventud,  pensionistas,  feministas, ecologistas y demás sectores.

En vez de servir esa “Unión Europea de los Mercaderes”  para cohesionar e igualar el Estado de Bienestar y  las rentas de la población de la zona, como nos predicaban insistentemente para entrar en la Unión Europea y el Euro,  ha ocurrido todo lo contrario. La derecha burguesa, o sea el sistema Capitalista,  ha perdido la batalla ideológica de la “globalización y el libre mercado” y no puede justificar ese incremento de la desigualdad, el paro,  la catástrofe de la pobreza social y la crisis migratoria permanente al llevar la guerra a Oriente Medio y África para luego reprimir a las personas que huyen del terror impidiendo la libre circulación de los migrantes, pero no de los capitales. Tampoco condenan las guerras, la explotación y la opresión y nunca lo podrán hacer porque romperían con la lógica de la corrupción y la violencia en el que se basa su sistema.

En Europa, los tres países más ricos tienen una renta media per cápita de 34.044 euros/año, mientras que la media de los tres más pobres es de 10.200€ anuales.  El PIB de Alemania es de 3,26 Billones€, el de Francia = 2,29 Billones y el de Italia = 1.72 Billones €  que suman entre los tres 7,27 Billones €.  El  PIB de los tres países más pobres, que alcanzan un montante raquítico de 255.798 Millones de €, son  Rumanía = 187.868 Millones €. Bulgaria = 50.430 Millones € y Estonia = 17.500 Millones €,  (Datos del ejercicio 2017). La ofensiva brutal de los ricos contra los pobres, del Capital contra el mundo del trabajo, está provocando la irrupción de las masas en la acción social y política.

La clase trabajadora expresa la necesidad de resistir a la austeridad y a  los ataques producidos por la crisis generalizada y la descomposición de esa Europa que prometieron,  de Igualdad y Derechos, pero que con su corrupción, saqueo e ineficacia,  han acelerado la deslegitimación de las instituciones capitalistas y de los partidos que la sostienen, rompiendo el equilibrio inestable. A escala mundial nunca la brecha entre ricos y pobres ha sido tan grave, abultada y peligrosa. En 2017, un 82 % de la riqueza generada terminó en manos del 1% de los capitalistas más potentes, mientras que la pobreza y el hambre siguen creciendo. La FAO (Organización de la O.N.U para la Alimentación y la Agricultura)  denuncia que 815 millones de personas pasan hambre en el mundo, un 11% de la población del planeta.

Recordemos que la ONU reunió en el año 2000  a representantes de 179 países trazando un plan para la erradicación de la pobreza extrema y del hambre, explicando que era la primera meta de los “Objetivos del Desarrollo del Milenio”. En el año 2008 el  “Banco Mundial estima que 1.400 millones de personas vivían bajo condiciones de pobreza extrema”. Informes de esos organismos consideran que las enfermedades epidémicas como el sida, la malaria y la tuberculosis, son factores cruciales y consecuencia directa de la pobreza extrema y que se podrían superar con el 3% de lo que se gastan en armamento y guerras.  Esto demuestra el fracaso del sistema Capitalista  que está enfermo, degenerado y obsoleto. Es el causante de todos los males y no puede resolver esos problemas sociales endémicos ni los conflictos territoriales que provocan los grupos imperialistas por su ansia de dominio de la hegemonía mundial.

Vamos a analizar algunas de las causas, explicando el grado de desigualdad alcanzado entre los países más ricos de Europa que siguen aumentando sus riquezas, mientras los países más pobres y sus poblaciones, se hunden cada vez más en la miseria:  El 20 % de los más ricos ganan 7 veces más que el 20 % más pobre.  Si tomamos los tres países más pobres y analizamos su Renta Per Cápita, tenemos:  Estonia = 13.900 €/año. Rumanía = 9.600 €/año. Bulgaria = 7.100 €/año.   Tomando datos de los países más ricos, los tres primeros gozan de una Renta Per Cápita como sigue: Alemania = 39.500€/año. Francia = 34.200€/año. Italia = 28.400€/año.

En el Estado español el 1% de los más ricos obtuvo un 40 % más de la riqueza generada en  2017. Los salarios más bajos se redujeron un 15 % entre 2008 y 2016, mientras los sueldos más altos de los Directivos crecieron un 15,2 %.  El aumento del grado de explotación con pérdidas de derechos está caldeando el ambiente de  combatividad llegando a cientos de miles de trabajadores y jóvenes sobreexplotados que pierden la vida por los ritmos acelerados y las malas condiciones de trabajo.

Empiezan a darse explosiones sociales que saltan por encima de los sindicatos de clase CCOO y UGT, como ha ocurrido en la Huelga del Metal de Cádiz del pasado miércoles 13/6. Pese a la división sindical, la clase trabajadora lanzó un mensaje de fuerza del movimiento obrero con una manifestación de más de 5.000 personas desde Navantia a Puerto Real, con la Solidaridad de Navantia-Ferrol y otros colectivos en lucha, conflicto desatado por la muerte de dos jóvenes en el tajo.  La indignación por esas muertes y los bajos salarios es tremenda pues el salario base está en 736 € al mes = 10.304 €/año, mientras que la Presidenta del Banco de Santander, Ana Botín ganó el año 2017 entre sueldo y pensión 10,58 millones €. Es decir, el salario de 1.027 trabajadores a sueldo  base.   Una fábrica de 102 trabajadores a salario base tendrían que trabajar más de 10 años para cobrar lo mismo que esa directiva de la banca en un año. El año 2017 había 10,2 millones de españoles con una renta por debajo del umbral de pobreza, lo que se traduce en una tasa de pobreza del 22,3%, ocupando el cuarto país más desigual de Europa, por detrás de Rumanía, Bulgaria y Letonia.

La tarea de los trabajadores y de la juventud pasa por organizarnos mejor para transformar la sociedad en líneas socialistas, combatiendo las desigualdades, la explotación y la opresión del modelo capitalista. La experiencia vivida en los últimos 10 años representa un  saldo muy negativo para la clase trabajadora. Debemos luchar por un programa internacionalista rechazando los chovinismos nacionalistas de vía estrecha, practicando la solidaridad obrera y  avanzar hacia la supresión de todas las fronteras que el capitalismo nos impone porque representan un enorme obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas, que junto a la concentración de la propiedad privada capitalista en manos de unos cuantos oligopolios, son los dos frenos insalvables a los que se enfrenta el sistema capitalista y la humanidad. Combatiendo y superando esos dos obstáculos es como tendremos que avanzar hacia una mayor tasa de igualdad.

Como socialistas marxistas estamos a favor de la Unión Europea, pero NO de esta Europa de los Mercaderes Mafiosos que lleva a sus habitantes a la ruina de la desigualdad, el paro y la miseria. Dan un trato inhumano a los migrantes, después de hostigarlos con guerras y saqueos, dejándolos morir en la fosa común mortuoria en que han convertido el Mediterráneo.  Queremos una Europa Socialista de los pueblos, pero eso sólo será posible cuando nos liberemos del yugo explotador y opresivo del Capitalismo. Entonces será posible conseguir una Unión verdadera en beneficio de la mayoría de la población para construir la Federación Socialista Europea con el objetivo de avanzar hacia la Confederación Socialista Mundial de los pueblos libres en un plano de Igualdad, Democracia, Cooperación, Solidaridad y Ayuda Mutua.

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