Enredados como están los medios de comunicación en la guerra de Ucrania, el Coronavirus y el problema del alza de la energía, se han olvidado de las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto al aborto. Publicadas el pasado 9 de marzo cuya primera intención es “prevenir los más de 25 millones de abortos no seguros que se producen actualmente cada año”.

En su comunicado la OMS dice: “Cuando el aborto se realiza con un método recomendado por la OMS, adecuado a la duración del embarazo y asistido por alguien con la información o las cualificaciones necesarias, es un procedimiento sencillo y extremadamente seguro. […] Los abortos no seguros causan alrededor de 39 000 muertes al año y hacen que millones de mujeres más sean hospitalizadas por complicaciones. La mayor parte de estas muertes se concentran en los países de ingresos bajos —más del 60% en África y el 30% en Asia— y entre quienes viven en las situaciones más vulnerables”.

Tras la parte más emotivista, la OMS pasa a exigir que “la atención al aborto debe respetar las decisiones y necesidades de las mujeres y las niñas y garantizar que sean tratadas con dignidad y sin ser estigmatizadas ni juzgadas. Ninguna persona debería estar expuesta a abusos o perjuicios como ser denunciada a la policía o encarcelada por haber solicitado o prestado atención para un aborto”. La vida ha demostrado que por penalizar los abortos, éstos no dejan de realizarse en peores condiciones.

Sin límites para edad gestional

Paradójicamente, la guía de recomendaciones sobre el aborto se encuentra, medio escondida, en la parte llamada Programa de reproducción humana. En la página 28 de la guía, durante la explicación “racional” de la fecha de gestación a considerar para legalizar el aborto exponen lo siguiente: “Los estudios también mostraron que donde las mujeres solicitaron un aborto y se les negó la atención debido a la edad gestacional esto podría resultar en la continuación no deseada del embarazo, especialmente entre mujeres con deficiencias cognitivas o aquellos que se presentaron a las 20 semanas de gestación o más tarde. Este resultado puede verse como incompatible con el requisito en el derecho internacional de los derechos humanos para permitir el aborto cuando llevar a término un embarazo causaría a la mujer un dolor o sufrimiento sustancial, independientemente de la viabilidad del embarazo”.

Posteriormente realizan un recorrido por aquellas tipologías de mujeres que podrían verse perjudicadas por los límites a las fechas de gestación hasta las que es legal abortar. Mujeres con poca educación, con problemas económicos, jóvenes, adolescentes, aquellas que tienen que viajar o sin empleo, son algunos de los perfiles que acaban por ampliar el espectro para quienes se debe tomar en consideración no poner límites al tiempo de gestación: “Esto apunta al impacto desproporcionado de los límites de edad gestacional en ciertos grupos de mujeres, con implicaciones para obligar a los Estados para garantizar la no discriminación y la igualdad en la prestación de servicios de Salud”.

El inexistente dilema moral en la OMS

El aborto, más allá de otras consideraciones sanitarias, lleva aparejado un debate moral-ético que la Organización Mundial de la Salud obvia completamente al recomendar a los países que revisen sus legislaciones para acomodar el aborto a cualquier periodo gestacional. Para los cristianos, que son los más continuos en la lucha contra el aborto, desde que existe cigoto existe un ser humano y por tanto cualquier tipo de eliminación voluntaria es un mero asesinato.

Las feministas, en su mayoría, defienden que debe existir libertad de la mujer, como responsable de sí misma, para poder abortar sin persecuciones, sin estigmas y sin coacciones en contra de su decisión. Ahora bien, la recomendación que introduce la OMS tiene otras implicaciones distintas al introducir la posibilidad de abortar un feto sin fecha. En Colombia han puesto el límite de los seis meses de gestación (límite en el cual se considera que igual el bebé no viviría fuera de la madre) y ya ha generado, pese a tener un gobierno ultraconservador y muy cristiano (al menos eso dicen), un enorme debate a escala mundial.

Un debate hurtado

¿Están todas las mujeres dispuestas a abortar más allá de los límites legales comunes a la mayoría de países (entre 2 y tres meses)? Al igual que sucede con la manipulación que se viene realizando con los vientres de alquiler, es seguro que las mujeres sienten al bebé con cuatro o cinco meses de gestación. No habiendo más causa que la propia voluntad de la mujer ¿estarían dispuestas a abortar sin sufrir daños psicológicos? ¿Es moralmente legítimo que se pretenda abortar a un casi neonato?

Más allá de la postura cristiana, que es clara, ¿por qué no hay un debate sobre las consecuencias morales de este tipo de recomendaciones? Igual para una mujer no es lo mismo tomar la píldora del día después o abortar al poco menos de un mes del embarazo que hacerlo a los seis meses del mismo. Esto tiene consecuencias psicológicas seguro. Pero como sociedad-comunidad que debe proteger a los suyos ¿dónde poner el límite aceptable?, ¿a los seis meses o más no se debe ofrecer otra alternativa? Al final nos colarán esto, como hacen con otras recomendaciones económicas, sin ningún tipo de debate en algo tan peliagudo.

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