Hace mucho tiempo ya que se viene sosteniendo, con pruebas, que Pablo Casado padece de mitomanía. Ese síndrome que genera en el afectado mentir y asumir la mentira como verdad. Y no es algo que haya surgido desde que es presidente del PP. Bien al contrario ya lo hacía en sus tiempos cuando decía que estaba en Harvard con la catedral de Santiago detrás y cosas por el estilo. Es un mitomaníaco que no quiere asumir su problema, pero lo peor es que quienes están a su alrededor lo ven bien.

Se han contado, desde que es presidente del PP, cerca de 1.637 mentiras que Casado ha expuesto públicamente. No se cuentan las veces en que ha dicho una estupidez, ni en las que ha cometido un error cultural olvidando dónde están las islas Canarias y cosas de esa índole. Lo que se ha contado con paciencia es la mentira sin más. La falsedad. En alguna ocasión pueden ser mentiras parecidas, similares, pero no deja de ser una vez que en comparecencia pública, en redes sociales o entrevistas ha mentido con todo el descaro del mundo. Las felonías como acudir a mentir a no se sabe bien quién de la Unión Europea no se cuentan, son felonías sin más.

Comenzó nada más llegar al cargo

Si recuerdan, no fue hace tanto aunque lo parezca, nada más llegar al cargo de presidente del PP ya comenzó a mentir al señalar al presidente del Gobierno como un presidente ilegítimo. Ilegítimo porque había ganado la presidencia a causa de un mecanismo institucional y constitucional como la moción de censura. En esta supuesta ilegitimidad hay algo inconsciente que actúa para mentir, como es pensar que el poder debe ser siempre del PP y que es prestado al PSOE de vez en cuando para aparentar. No es problema del resto de los humanos que Casado tenga esa mentalidad y no reconozca lo que es legítimo o no.

La queja venía porque M. Rajoy había sido el más votado y lo legítimo es que gobierne a quien más han votado. Entonces Isabel Díaz sería una presidenta ilegítima en su comienzo de mandato porque no era la más votada. O ¿en ese caso sí es válida la legitimidad de origen parlamentario pero en los que no gana el PP no? Hasta que hubo dos elecciones, donde se pegó un buen batacazo y venció Pedro Sánchez, estuvo con la tontería del gobierno ilegítimo hasta en cincuenta ocasiones… Bueno, también siguió después hasta que le debieron decir que esa mentira ya no colaba.

Miente siempre con los datos

Las mayores mentiras de Casado tienen que ver con los datos. Da igual que acabe un ministro o ministra de ofrecer un listado con datos, el pepero siempre tiene los suyos. ¿Cómo los obtiene para mentir? Con lo primero que se le ocurre. Si hay 3 millones y pico de parados, él dirá cuatro o cinco. Si los autónomos han recibido doscientos millones en ayudas, él dirá que no se les han dado. Si la economía crece, él dirá que el PIB está por los suelos. Y así hasta completar casi ochocientas ocasiones en las que ha mentido con datos verificables. Por él hubiese fallecido media España durante la pandemia.

Si recuerdan, gracias al artículo de Fernando Varela en Infolibre, llegó a mentir, no hace más de cuatro meses, hasta en trece ocasiones en una entrevista de media hora. Un perfecto ejemplo de lo que produce la mitomanía. Si buscan “Pablo Casado” y “mentira” en Google (u otro buscador) seguramente encuentren miles de entradas. De hecho, la RAE está pensando en utilizar “Casado” como sinónimo de “mentira” en vista de la reiteración. Siguiendo con los datos también fue conocido esa mentira sobre las bajadas de impuestos en la Comunidad de Madrid (pre segunda votación) aunque no se habían promulgado leyes al respecto. O los datos de inversión foránea, pues la inversión extranjera (prepandemia) había bajado.

Vivimos en una dictadura

Al finalizar el año 2021, justo el último día, se publicó que mentir salía gratis en política. Cierto, pero en el caso de Casado es un problema enfermizo. Llegó a señalar a Jeremy Corbin (Partido Laborista británico) como ideólogo del Brexit, mientras escondía que los ideólogos estaban entre sus amigos del partido Conservador. Y todo porque él quiere que las personas piensen que, bajo el gobierno liberal social de Sánchez, se vive en una dictadura. Como poco del proletariado (si es que supiesen lo que es eso él y los del gobierno, aunque fue utilizado por la prensa de derechas en su momento).

Una dictadura que quiere destruir España, algo que ha dicho unas cuantas veces Casado, porque se iba a entregar a los secesionistas catalanes y les iba permitir un referéndum… Un referéndum que Casado sí proponía, porque miente con tanta estulticia que afirmó: “No permitiremos que se nos cambie de país sin preguntar a los españoles”. Lo peor de esto es que los medios de comunicación mienten con tanta alevosía como el dirigente popular aunque luego se quejen del clima existente. Porque una cosa es confrontar los datos, labor periodística, y otra inventárselos. Por no hablar de la hipocresía según gobierne uno u otro partido.

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