Si existe una ideología farisaica, sin duda, habría que señalar al liberalismo. Especialmente el liberalismo postmoderno o postseseniochista, es de “la sociedad no existe”, de la financiarización globalizada, del “fin de la Historia”, del mercado libre de cualquier cortapisa, de ese que pone al ser humano como un bien de mercado sin ningún tipo de ambages y cuya dignidad está basada en la capacidad que dota la cuenta corriente y los valores de inversión.

Un liberalismo que asoma la patita, al menos en su forma económica, en España en el entorno del PP y Vox. ¿Vox?, se asombrarán algunos. Pues sí, Vox es ultraliberal o libertario en el plano económico. No todo el liberalismo es así de radical, pero sin extenderse mucho más es un símbolo que todos ustedes comprenderán. El Mercado como dios supremo y como dictaminador (o ¿dictador?) de todo lo demás. Una ideología como otra cualquiera, con una base en la realidad que se sostiene o no según quien lo interprete. Como sucede con todas las ideologías o doctrinas (a los liberales les molesta lo ideológico y hablan de doctrina).

Esos mismos piden constantemente la bajada o desaparición de impuestos a las empresas, a las personas que más tienen y, a veces, a las personas del común, en base a que el riesgo que asumen empresarios y ricos en sus inversiones deben ser recompensadas y no acuciadas por tasas, burocracias e impuestos. Dejar al Mercado actuar con libertad que ya la mano invisible actuará. Por eso les molestan las “paguitas” a desempleados, inmigrantes o pobres en general. Mejor que trabajen con salarios de ni-subsistencia a que estén con una paguita. El individuo debe desarrollarse por sí mismo y recibir sus recompensas o castigos en base a su capacidad y esfuerzo.

Puede gustar o no; puede ser cierta o no la doctrina liberal pero ahí está y la defienden con fiereza desde cátedras, radios, periódicos y televisión. El problema es que son muy fariseos. Para ser consecuentes con su postura deberían dejar al Mercado ejercer la autopóiesis propia del sistema y acabar con los que yerran o no consiguen hacer negocio. No lo son, ya lo avanzo, como se está viendo estos días.

Resulta que los ganaderos y agricultores se están quejando porque la sequía está haciendo mella en sus futuros ingresos. Producciones que se irán al garete por un factor de la producción descontrolado. Esas pérdidas (“¡Hay que asumir riesgos!”, se escucha declamar a Rallo) ahora deben ser soportadas por las espaldas y los salarios de los demás españoles. Tanto de los empresarios que hacen bien las cosas, como los trabajadores. Quieren una “ayuda” que en realidad es una paguita que cubra sus pérdidas. Desde algunas doctrina políticas se puede comprender, pero que esto lo estén apoyando los máximos liberales de España en prensa y política parece bastante farisaico.

¿No habían quedado en que cada cual debía apechugar con las consecuencias de sus producciones? ¿Les parecen bien las paguitas a empresarios pero no a personas? No llega a capitalismo de amiguetes, pero casi. Se podría llamar capitalismo de paguitas. Como sucedió con la banca. Si tenían que caer X bancos que hubiesen caído por su mala gestión ¿no? ¿Deben los demás españoles asumir las pérdidas de esos ganaderos o agricultores, los cuales, además, van por los pueblos con la doctrina liberal en la boca? ¿Por qué Vox y PP apoyan estas paguitas? ¿Por qué muchos liberales “de salón” en cuanto ven un cargo público bien remunerado salen corriendo a agarrarse con uñas de cernícalo para que no se lo quiten?

No defiendo que no ayuden a las gentes por la sequía, pero no vengan luego con la monserga del Mercado y tralarí, tralará.

1 Comentario

  1. «No defiendo que no ayuden a las gentes por la sequía, pero no vengan luego con la monserga del Mercado y tralarí, tralará.»

    Lo que demuestra que las ideologías (no confundir con ideas e ideales) tal como decían los clásicos nos son más que elaboraciones intelectuales para justificar una determinada forma de poder. Pero a la hora de la verdad, como dice el refrán, una cosa es predicar y otra dar trigo.

    Y para reforzar su observación podemos comentar que en los 200 años de liberalismo económico ningún país de la Tierra ha dejado al libre juego del mercado la producción de alimentos porque con las cosas de comer no se juega. Pero como toda regla regla hay una excepción los únicos que han prácticado el liberalismo económico en agricultura y ganadería fue la Gran Bretaña del siglo XIX. Con el pequeño detalle de que ese Imperio dominaba el 25% de la superficie terrestre y explotaba (y de qué manera) a sus colonias.

    Lo que me lleva a un tema de más enjundia. Por qué nosotros no protegemos nuestra producción agroalimentaria y dejamos que otros países (no precisamente amigos) nos alimenten. No vaya a ser que una nueva crisis nos descubra que las cadenas de suministro están rotas y hay desabastecimiento de alimentos.

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