Tras la clausura de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno celebrado en la capital de República Dominicana, todos los países participantes firmaron la Declaración de Santo Domingo, un documento que muestra que Iberoamérica está trabajando de manera multilateral para implementar un cambio en su papel en las grandes decisiones que afectan a todo el mundo y, por supuesto, a Latinoamérica.

«En un contexto en el que la humanidad enfrenta múltiples crisis, la acción gubernamental, el respeto y la defensa del multilateralismo y la implicación de otros actores relevantes según corresponda, será fundamental para la construcción de soluciones colectivas que respondan a los desafíos locales de los países iberoamericanos, en aras de garantizar la cohesión de nuestras sociedades, propiciar la igualdad de oportunidades y derechos, para alcanzar sociedades más equitativas», afirma el preámbulo de la Declaración.

Los Jefes de Estado y de Gobierno participantes en la Cumbre reconocieron la importancia de implementar la igualdad real como un eje transversal de las acciones de gobierno y que la inclusión de la perspectiva de género en todos los acuerdos alcanzados en la Cumbre. Además, se comprometieron a la promoción y el respeto de los derechos de las mujeres, adolescentes y las niñas de Iberoamérica.

Este planteamiento es muy importante, puesto que, por desgracia, determinados lobbies con financiación extranjera están frenando en muchos países iberoamericanos la implementación de legislaciones que protegen a la mujer o que reconocen derechos adquiridos en otros lugares del mundo. Esos países han firmado la Declaración de Santo Domingo y, en consecuencia, es un paso adelante para frenar la conculcación sistémica de derechos fundamentales de las mujeres.

«Reconocemos los esfuerzos para el establecimiento de una Red Iberoamericana de Mujeres Mediadoras y el impulso de acciones de colaboración conjuntas que contribuyen al fortalecimiento de iniciativas regionales, como la Red de Mediadoras del Cono Sur, para promover la participación efectiva de las mujeres iberoamericanas en la prevención y la mediación de conflictos, entre otras modalidades de arreglos pacíficos de controversias, tales como la negociación, investigación, conciliación y arbitraje, entre otras, conforme a la Carta de las Naciones Unidas», indica la Declaración.

Desigualdad y sistema financiero

Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia han golpeado a los países latinoamericanos con mucha fuerza, lo mismo que los efectos derivados de la guerra de Ucrania. La crisis energética ha trastocado el crecimiento de muchos estados por las graves secuelas que está dejando la inflación derivada de la guerra en Europa.

Ante esta situación, los países participantes de la Cumbre declararon su compromiso para disminuir «las desigualdades mediante una reestructuración inclusiva, justa y sin obstáculos para el desarrollo de nuestras sociedades, impulsando nuestros compromisos con la agenda global de desarrollo sostenible».

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los países iberoamericanos es el del acceso a la financiación a través del mercado. Por esa razón, la Declaración de Santo Domingo hace hincapié en que los desafíos globales no pueden ser atendidos de manera aislada por cada país, sino de manera conjunta, ya que comprometen el desarrollo sostenible. Por esa razón «urge que se priorice el desarrollo por medio de la movilización de recursos financieros nuevos, adicionales y predecibles el acceso a los adelantos tecnológicos y la transferencia de tecnologías».

Además, en la Cumbre se reconoce que es imprescindible «contar con un sistema financiero internacional más justo, democrático, inclusivo y solidario, que amplíe y fortalezca el nivel de participación de los países en desarrollo en la toma de decisiones, y que les permita acceder, en condiciones favorables y transparentes, a los recursos financieros necesarios para impulsar sus procesos de recuperación económica, mejorar las condiciones de endeudamiento externo y de construcción de sociedades más equitativas, prósperas, justas y sostenibles que contribuyan a la consecución del derecho al desarrollo».

En un escenario de crisis bancaria, donde se están revelando las debilidades del sistema financiero, donde los supervisores están aplicando medidas supuestamente correctoras de la inflación a través de la subida indiscriminada de los tipos de interés que sólo benefician a los países con mayores recursos, la Cumbre de Santo Domingo se ha unido para reclamar, precisamente, que ese sistema financiero internacional tenga en cuenta que esas medidas están frenando el desarrollo de los estados en desarrollo por el incremento de los intereses de la deuda soberana.

Otro elemento que se ha tenido en cuenta han sido las inversiones. En este punto, la Declaración de Santo Domingo es muy concreta: «Las inversiones productivas generan renta, empleos e ingresos fiscales, mejorando la situación y la sostenibilidad de la deuda de los países de la región y contribuyendo a la promoción del desarrollo sostenible en sus tres dimensiones, económica, social y ambiental con miras al cumplimiento de la Agenda 2030 y del Acuerdo de París (COP21). En el contexto del debate en curso en diversos foros internacionales, urgimos a movilizar recursos financieros nuevos, adicionales y predecibles para ampliar la capacidad productiva agrícola, de bienes industrializados y de servicios, y para promover el bienestar de las poblaciones».

Migración

Uno de los desafíos a los que se enfrentan los países latinoamericanos es el de la migración. Más de un 8% de la población total de Sudamérica, Centroamérica, Caribe y México vive fuera de sus países. Además, los flujos migratorios hacia Estados Unidos y Canadá cada vez son mayores a través de rutas que cruzan miles de kilómetros. Todo ello sin contar con aquellos ciudadanos que decidieron buscar una vida mejor en ultramar, sobre todo en España o otros países de la Unión Europea.

«Reiteramos nuestro compromiso a favor de una migración segura, ordenada y regular, respetando plenamente los derechos humanos de los migrantes mediante la búsqueda conjunta de mecanismos que garanticen una adecuada gestión de los flujos migratorios, procesos de regularización migratoria ágiles y accesibles, la inserción socioeconómica de los migrantes, el apoyo a las comunidades de acogida y la lucha coordinada contra el crimen transnacional organizado y las redes de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes. Reafirmamos, igualmente, nuestra voluntad para seguir trabajando por erradicar las causas multidimensionales de la migración irregular. Para estos propósitos, el diálogo sobre la gobernanza migratoria debe ser abierto, inclusivo y transparente, sosteniendo los principios de no selectividad, inclusión, solidaridad, cooperación regional e internacional y las responsabilidades compartidas de los Estados. En este sentido, expresamos el deseo de realizar el IV Foro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo en 2023», señala la Declaración.

Medio Ambiente

Uno de los puntos más importantes de la Cumbre Iberoamericana fue el tema medioambiental. Por un lado, se ha aprobado la cooperación entre los países para seguir promoviendo en los espacios multilaterales el cumplimiento de los Acuerdos de París y una recuperación sostenible, resiliente e inclusiva. También se ha avalado la declaración de la ONU de que un ambiente limpio y saludable es un derecho humano.

«Observamos con aprecio la propuesta de constituir un “Grupo de Amigos de Armonía con la Naturaleza”, manteniendo los objetivos descritos en la resolución A/RES/77/169, a fin de hacer propuestas innovadoras, transformadoras y orientadas a la acción para responder a los desafíos presentes y futuros, con equidad y justicia y destacando la importancia de salvaguardar, en particular, para revertir la pérdida de la biodiversidad y garantizar la integridad de todos los ecosistemas y su uso sostenible, para avanzar con el diálogo multilateral inclusivo y transparente, observando que algunos países reconocen los derechos de la naturaleza o la Madre Tierra en su legislación nacional, y se encuentran discutiendo la posibilidad de proponer una declaración universal sobre la base de sus perspectivas en cuanto a la legislación, las políticas y la educación», afirma la Declaración de Santo Domingo.

Cooperación

Otro de los puntos más importantes de la Cumbre ha sido el reconocimiento por parte de los diferentes países de la importancia de la unidad para hacer frente común de cara a la toma de decisiones en los más importantes foros multilaterales.

«Consideramos que la Comunidad Iberoamericana, especialmente a través del sistema iberoamericano de cooperación, puede desempeñar un papel creciente en la promoción de las relaciones con otras regiones, sobre la base de los principios y valores compartidos. El III PACCI que hoy aprobamos buscará, a partir de las ventajas comparativas de la Conferencia Iberoamericana y de la cooperación iberoamericana, crear sinergias y evitar la duplicación de esfuerzos con los actores de la cooperación internacional para contribuir a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y sus 17 Objetivos, por medio del fortalecimiento de las políticas públicas de nuestros países, también en el Espacio Iberoamericano».

Iberoamérica supone un 10% de la población mundial y, por ende, debe tener una capacidad de influencia igual a otros países o bloques que tienen una importancia prioritaria a la hora de las grandes decisiones que afectan al mundo. Por esta razón, la Cumbre de Santo Domingo ha destacado el carácter multinivel, multidimensional y multiactor de la cooperación iberoamericana que está permitiendo un avance en el fortalecimiento de las políticas públicas.

En consecuencia, la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno ha marcado una serie de elementos de trabajo que, casualmente, son los que está marcando desde el año 2020 el presidente dominicano Luis Abinader en su país, lo que demuestra que el nuevo estilo de gobernar implementado desde agosto de 2020 está teniendo una impronta internacional que ningún otro presidente ha tenido en la historia. Esto sólo se puede conseguir con hechos, no con palabras y discursos.

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