Paradójicamente en un mundo que nos cuentan es muy complejo, en una época donde nos señalan que si una persona no se informa es porque no quiere, al final la última batalla se viene planteando en términos clásicos: control de aparatos ideológicos (educación y medios de comunicación) y carencias en comunicación racional. Esta última batalla se plantea alrededor de la llamada Ley Celaá o en su acrónimo LOMLOE. Desde la derecha afirman que es mayor mal de todos los males y un intento de la izquierda de ideologizar a los menores para construir un “nuevo ser humano”. Desde la izquierda critican la pérdida que supone el rescindir las humanidades (ética y filosofía básicamente). Desde el gobierno afirman que todo va a seguir más o menos igual salvo lo que sucede en los colegios que segregan por sexo y que llegará más dinero a los servicios públicos. Al final no se sabe ni quién tiene razón, si la tiene alguien, o si todos tienen razón, o si no la tiene nadie.

Como han olvidado lo que es la comunicación racional pues todo debe ser transmitido de forma emotiva (así sea una modificación de una reglamentación de derecho administrativo hay que hacerlo con emotividad), todo debe tener sentimientos, cada cual, según le afecte la vaina, acaba por sentimentalizar su apoyo o su negativa a la legislación que se acaba de aprobar. A las personas de derechas les han dicho que les quitarán sus privilegios educativos y han salido en manada de coches a protestar por ello. A los correligionarios de los partidos gubernamentales les han dicho que así se acaba con los privilegios de los ricos e inundan las redes sociales de memes y eslóganes fabricados en Ferraz, Moncloa o la sede de Podemos/IU. El caso es ser emotivos, abandonar toda racionalidad y seguir en la misma pelea mientras las oligarquías se sientan a mirar mientras juegan sus batallas por detrás. ¿Alguien se ha preguntado en todo este maremágnum de sentimientos si la nueva legislación mejora la educación de las criaturas? Salvo lo que acontece con Ética y Filosofía, nadie ha hablado sobre la significación de las modificaciones y su afectación en uno de los principales aparatos ideológicos en el Estado.

Desde la derecha, empujada por la iglesia católica y algunas empresas privadas, han visto como la nueva ley cercena el control ideológico de los educandos en favor de lo público, donde suponen que les administrarán ideología. O peor bioideología sin ningún tipo de cortapisa como sucede en los colegios religiosos y algunos laicos pero de educación tan ideológica como los religiosos. Una pelea por el control de un aparato ideológico no tanto en lo que se refiere a las asignaturas en sí, al fin y al cabo se va a seguir enseñando matemáticas o inglés, sino en la capacidad de llegar a más personas para formarlas ideológicamente a futuro. Cuando la educación debería ser, dentro de lo posible, lo más aséptica posible respecto a las ideologías que conforman la ideología dominante y sus antagonismos (se debería enseñar a pensar, analizar y tener perspectiva crítica independientemente del componente ideológico), en este supuesto la lucha es por controlar la mayor cantidad de personas para que, a futuro, sean parte de una u otra fracción. Por eso la disputa tan enconada que existe entre las derechas españolas y las derechas regionales y entre la derecha y la izquierda a nivel estatal.

Carencias comunicativas.

Todos los medios de comunicación vienen ofreciendo las protestas de la derecha en favor de la libertad educativa (ya se ha visto que es falsa esa premisa) y desde el gobierno responden con eslóganes vacuos o memes. Un error de comunicación por dos motivos. Uno, no se han preocupado, y esto viene sucediendo con todas las leyes, de hacer pedagogía previamente a la presentación de la ley en el parlamento. Siempre es necesario, por mucho desgaste que ello pueda suponer, explicar el porqué de la modificación y las ventajas que se tienen con esta nueva legislación. Dando por hecho que Isabel Celaá es incapaz de comunicar cualquier cosa con un mínimo de coherencia, desde el gobierno y, especialmente, el PSOE deberían haber puesto a tres o cuatro personas para hacer ese trabajo previo. Si hubiesen explicado lo concerniente a la LOMLOE anteriormente, resolviendo dudas y apareciendo en medios de comunicación de todo tipo, hoy no sufrirían este acoso. También si se hubiese intentado algún tipo de acuerdo general sobre la misma sin dar por hecho que la iglesia católica, las empresas educativas, las editoriales y demás instituciones que están implicadas en la educación a todos los niveles se iban a negar, algo se habría avanzado. Error del equipo del ministerio de Educación y del gabinete presidencial. Es de suponer que el PP, echado como está al monte, igual hasta hubiese tragado pactar si la iglesia se prestaba a ello. En política hay que buscar aliados y dialogar… al menos desde que lo expuso Maquiavelo (ese autor que dicen han leído muchos).

Ahora que esos errores ya se han cometido no sirve con argumentos tipo “lo que quieren los ricos es que se les pague la educación privilegiada a sus hijos” algo que puede tener algún viso de razón en algunas zonas concretas de las grandes urbes y sus alrededores pero no en otros lugares. Lo que habría que denunciar es el intento de control ideológico de toda la educación, de forma emotiva si quieren, pero es que ahí está el quid de todo el embrollo. Educar para formar trabajadores que asuman su dominación por ciertas clases sociales es lo que se esconde detrás de todo el meollo, aunque en ello también están algunas personas de la izquierda. En lo emotivo y sin contar con los medios suficientes se acaba perdiendo la batalla a largo plazo. Por suerte Pablo Casado ha afirmado que derogará la legislación en cuanto sea presidente…, así que durará un tiempo esta ley. Y no porque el PP no vuelva a gobernar en algún momento, que lo hará, sino porque Casado no será la persona que consiga ese objetivo. A ello hay que sumar que paradójicamente el PP en su conjunto, que se autocalifica de liberal, apuesta por subvencionar a empresas privadas y no permitir que se desarrolle el espíritu empresarial en libertad y que dedica la mano invisible del mercado. ¿Por qué? Por el control ideológico no por el dinero.

El control de Prisa.

Igual esos errores en comunicación del gobierno se deben a que el camarlengo Iván Redondo está a otras cosas en estos momentos y no a diseñar la acción general de comunicación de sus jefes y jefas. Que la ministra de Educación hable de equidad frente a elitismo respecto a la educación es una boutade porque en lo que respecta a los contenidos da igual donde se estudie, es el mismo temario. Respecto a los medios, salvo excepciones, la equidad está garantizada. De hecho cuando el PSOE estableció la dualidad pública-concertada se buscaba la equidad y ahorrar costes. Eso debería ser controlado por Moncloa, en parte, porque acaba afectando a la presidencia del gobierno. Pero claro, como camarlengo, tiene que estar en todas las salsas del poder y mover los hilos para que sus amigos de los medios de comunicación, en este caso un grupo de gentes que estaban en Atresmedia (Antena 3 y La Sexta) donde era habitual Redondo, se hagan con el poder del grupo Prisa, tal y como ha contado Jesús Cacho en Vozpopuli.

El error de Cacho, empero, ha sido no cotejar los movimientos del presidente del gobierno y del grupo americano que quiere hacerse con la parte del león del grupo Prisa y del grupo Amber sobre los medios de comunicación de Prisa (El país y las radios). En esta segunda operación, como se contó en Diario 16, está implicado el presidente Pedro Sánchez. De ahí que el camarlengo esté obviando su trabajo y los intereses de su jefe en favor de los suyos propios. Normal que en los últimos tiempos la calidad de la comunicación monclovita esté teniendo fallos graves que perjudican al presidente. Algo que tendría que ver con ciertas acciones del jefe de gabinete en favor de diversas disputas internas del PP, como se denunció aquí. Se ha creído el personaje, se ha situado por encima del bien y del mal y ahora actúa como si él fuese más que quienes le han puesto en el cargo, perjudicando los intereses del principal partido gubernamental, el PSOE. Por ello, respecto a la LOMLOE existen esos fallos comunicativos, esa falta de contundencia en la comunicación y en la acción gubernamental, porque parece que se está dedicando quien debería controlar los equipos ministeriales a sus cosas de poder y de futuro. En los últimos tiempos, como ha contado Manuel Domínguez Moreno en Diario 16, Redondo daña más que apoya a Sánchez.

1 Comentario

  1. Hola Santiago, ¿hoy no hablas de #SalvadosRey? Porque hay para psicoanalizar 417 veces seguidas a lo más granado de la carcundia del P??E, bien representada por tus amados José Bono y Alfonso Guerra?

    Vaya tropa…

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