Lo mejor de estos días en el plano futbolístico –en el político están de vacaciones para disfrute del resto de la ciudadanía- es ver cómo lloran por los platós de televisión y los medios escritos toda esa tropa de madridistas y culés. No porque unos hayan perdido a Messi (que les duele) y los otros no puedan fichar lo que les da la gana a causa del megaestadio, sino porque son incapaces de asimilar que haya otros equipos que hagan lo que ellos han hecho durante toda la vida: fichar sin mirar el gasto y pagar de forma insostenible. Bueno, en lo segundo todavía no les llegan a los talones como se verá.

Da igual que vean Gol Televisión o El chiringuito (Estudio Estadio está desaparecido de momento), que escuchen la SER, Onda Cero o la COPE, que lean Marca, As, Mundo Deportivo o Sport, en todos ellos hay lloros y quejas sobre lo que gastan los demás. Eso sí, sin mirar todo lo que han gastado Real Madrid y FC Barcelona no hace tanto tiempo, incluso cuando existía el límite salarial y el fairplay financiero. Se quejan de los equipos-Estado, pero ellos han sido verdaderamente el ejemplo a seguir por jeques, mafiosos rusos e inversores judíos. Les han copiado el modelo de galácticos, de chequera a cuenta de créditos bancarios, de arrasar con los jugadores más destacados de sus propias ligas con sueldos astronómicos –de ahí la necesidad de vender como seleccionables verdaderas medianías- o de quedarse con la mayoría de los ingresos de televisión de su liga, pero con cabeza y equilibrio económico. En esto la Juventus también ha destacado y no por ello es extraño que sean esos tres equipos los más necesitados de una Superliga, se les acabó el saqueo en tierras propias. Utilizando el concepto del geógrafo social David Harvey, han ejecutado la “acumulación por desposesión” más perfecta del capitalismo.

Ahora lloran y se lamentan de la capacidad de fichar del PSG, por ejemplo, cuando Ramos, Wijnaldum, Donnarumma o, posiblemente, Messi han llegado a coste cero. Si en Francia se aplicase el sistema del límite salarial español sólo computarían sus salarios, no sus salarios más la amortizaciones como pasa en los casos de Harzard y Griezmann. Se quejan de que el Manchester City se ha gastado 115 millones en Grealish o el Chelsea una cantidad similar por Lukaku, pero no recuerdan que ellos han gastado, no hace tanto, 150 millones por Hazard, 150 por Coutinho, 140 por Dembélé o 135 por Griezmann –incluso los 70 millones por Jovic son algo prohibitivo para una mayoría de equipos del continente-. ¿Qué culpa tienen los demás equipos si no saben fichar o fichan cualquier cosa? Lo curioso es que, mientras las lágrimas recorren sus caras, están soñando con gastar 180 millones en Mbappé o 150 en Haaland.

La realidad es que, por mucho que lloren, siguen siendo los equipos que más gastan en salarios del mundo (los datos se han obtenido de diversas páginas web inglesas, alemanas, españolas, italianas y francesas). La masa salarial del Barça y del Madrid son las más altas del mundo. El equipo blanco 271 millones de euros aproximadamente en salarios y el Barça ha gastado 280 millones, sin contar las amortizaciones y primas individuales. El más cercano en España es el Atlético de Madrid con 170 millones. En el Barça 11 jugadores superan los 10 millones de euros de salario y en el Madrid son 13 jugadores los que superan esa barrera. El Bayern de Múnich gasta 200 millones en salarios; la Juventus 215  y el campeón italiano la Inter 147 millones. ¿Cuánto han gastado los equipos ingleses controlados por rusos o jeques?  El Manchester City 171 millones (5 jugadores con más de 10 millones de salario) y el Chelsea 190 millones (4 jugadores por encima de los 10 millones). Y ¿el PSG?  236 millones en salarios con 8 jugadores por encima de los 10 millones en salarios. Lloran cuando al que más gasta en salarios le sacan más de 40 millones de diferencia.

La gran mentira de Florentino Pérez y Joan Laporta es que no pueden competir en igualdad de condiciones con los equipos-Estado. Han venido gastando más y pagando mucho más que el resto de equipos del continente. ¿Por qué pueden fichar mejor últimamente en Inglaterra? Porque sus derechos televisivos, en una competición disputada entre al menos seis equipos, son el doble que los de una Liga donde dos equipos se vienen repartiendo los títulos desde 2004 (salvo la machada del Atleti de ganarles dos ligas). Mejor producto, más ingresos. Mejor reparto del dinero, más competencia y más ingresos. No pidan que esto lo entiendan ambos dirigentes. A pesar de tener jeques o supermillonarios detrás esos equipos no gastan a lo loco en sueldos. Pagar más de diez millones de euros de salario (sin contar primas o dinero de publicidad) sin que esos jugadores generen en lo deportivo o lo publicitario es un mal negocio. Y de eso no tienen culpa los jeques, sino los muy listos que dirigen esos clubes.

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