“Varias personas portan banderas republicanas en la manifestación en Madrid por el 87 aniversario de la II República”. Así titula la crónica la página web de RTVE, a la que se añaden unas declaraciones (breves) de Alberto Garzón hablando de una futura III República. Todo esto es lo que encontrarán sobre el sentir republicano en España en los medios de comunicación. Incluso en los que se inscriben más a la izquierda, los más “progres”, el vacío a las miles de personas que se lanzaron a la calle, no sólo a conmemorar la II República, sino a exhibir la fuerza del sentir republicano que no acepta una monarquía corrupta, ni el poder político derivado de la sangre. Salvo Diario 16, que sí ha realizado una crónica sobre la manifestación madrileña, parece que no hubiera pasado nada en Madrid ayer por la tarde. Ni en Logroño, ni en otros tantos sitios donde hubo numerosos actos de recuerdo sí, y de reivindicación también.

Con ello se comprueba que hasta los diarios que se dicen más de izquierdas aceptan las reglas de juego del establishment, entre las que se encuentra la máxima de que la monarquía es intocable. De hecho está fortísimamente protegida por el código penal, y eso que los tribunales europeos de Derechos Humanos sacan los colores a los legisladores españoles y a la judicatura al revertir sentencias y leyes que protegen a Felipe de Borbón. Un establishment que ha cubierto de oro a la monarquía y la ha utilizado en su favor en numerosas expediciones internacionales. Todo el mundo conoce que el monarca español viaja con numerosos empresarios en sus estadías internacionales, los cuales aprovechan la cobertura real para hacer negocios. Y, según rumores, parece que fue generosamente recompensado. No extraña a los diversos medios que el amigo de la cuchipandi de Felipe de Borbón y su esposa Letizia Ortiz sea el hijo de uno de esos empresarios ampliamente beneficiados con los viajes monárquicos, Villar Mir.

Un establishment beneficiado con el capitalismo de amiguetes que protege, por tanto, a la monarquía. Y nada mejor que hacerlo ocultando las manifestaciones y demás actos en favor de la República. No vaya a ser que por imitación al resto de españoles y españolas les dé por pensar y pasarse a las posiciones contra la monarquía. Una monarquía, por cierto, mitificada, ensalzada como garante de la democracia en España, cuando si no es por las advertencias de los demás países europeos y EEUU (por eso hubo de acudir Juan Carlos de Borbón a la ONU a decir que habría democracia), el señor nombrado por el dictador Francisco Franco igual hubiese seguido con poderes máximos. Una transición controlada desde el exterior por el Imperio y en el interior por los poderes fácticos del franquismo. Es más, para causar buena imagen del anterior monarca hasta se decía que era medio socialista. Igual medio socio-listo querían decir al ver la amplia fortuna que atesora, como ya se ha contado en estas mismas páginas. Claro que el PSOE, salvo los cuatro recuerdos republicanos, en sí, ni espera, ni desea una República, como dijo Ábalos hace pocos días. Parece estar cómodo dentro del establishment capitalista, y tardofranquista en muchas ocasiones.

Porque la monarquía española no sólo viene del franquismo, como primera legitimidad, sino que está plenamente integrada en el establishment capitalista. Que Sofía de Grecia sea una miembro activo del Club Bilderberg debería ser motivo de extrañeza, si es que la monarquía tal y como nos venden los medios del establishment vive de lo que les pagamos con nuestros impuestos. Que el mayor club capitalista del mundo y donde se deciden muchas cuestiones relativas a tratados, compra-ventas, y acciones económicas que afectan a millones de personas tenga a la esposa oficiosa del ex-jefe de Estado, demuestra cómo la monarquía española trabaja en favor de la-dictadura-de-clase que sufren los ciudadanos y ciudadanas de a pie.

Muchas veces puede parecer que son escritos conspiranoicos, pero sólo hay que ir juntando piezas sueltas para dar con la clave. Como las preguntas que nunca contestan a los parlamentarios de izquierdas cuando se pregunta por la monarquía o la desaparición Felipe de Borbón de las investigaciones del CIS, como ya denunciamos. Algo que no se cuestiona en los medios de comunicación del establishment. Al fin y al cabo viven de los dineros de esas personas que controlan España, cuando no son responsabilidad suya directamente. La monarquía no se toca porque es parte del entramado financiero-económico que gobierna España con mano dura. Si hasta pudieron tumbar a un secretario general del PSOE, que realmente está encantado con servir al poder del dinero pero al que no dieron una salida digna. Aunque “ese muchacho” (como diría José Sacristán) está intentando volver al redil y será aceptado si abandona la tricolor de sus mítines de primarias, si regaña a las Juventudes Socialistas, si hace lo que tiene que hacer, estarse quitecito y hacer de soporte de Ciudadanos (el partido del establishment).

El caso es que entre todo se oculta una creciente y fervorosa ola de republicanismo, la cual aumenta poco a poco porque las personas decentes se están dando cuenta que la monarquía no es sino otra de las patas del sistema de dominación español. De momento se salva por culpa de las tensiones nacionalistas de la periferia, pero si se compara la cantidad de gente que acude ahora a las manifestaciones y la que acudía hace veinte años (5 y el de la bandera, que había veces que eran más policías que manifestantes), se verá que la III República está un poco más cerca.

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