Abuso y falta de solidaridad son palabras que utilizan desde el Partido Nacionalista Andaluz (PNA) para referirse a los aranceles del 34% que la administración Trump ha puesto a la aceituna negra de mesa andaluza. Lo que no sabía Trump, que está provocando respuestas comerciales de todo tipo a lo largo y ancho del orbe, es que podría quedarse sin bases en España por unas simples aceitunas. En el PNA se quejan de que “el pueblo andaluz lleva años soportando el riesgo que supone mantener en su territorio dos bases norteamericanas, parte del escudo antimisiles, con armamento nuclear que nos convierte en un blanco perfecto de potenciales enemigos del Estado norteamericano, sin defensa alguna ni compensación de ningún tipo”.

Instan a la presidenta de la Junta de Andalucía y al gobierno de Sánchez que ofrezcan una respuesta contundente a Donald Trump: “Instarle a sacar sus barcos y sus bombas de territorio andaluz”. Que se vayan de las bases lo más lejos posible por ser insolidarios porque “la dignidad de un pueblo exige esa ruptura inmediata, en vez de soportar una y otra vez las humillaciones a que el gobierno USA nos quiera someter”.

No se quedan aquí, sino que exigen más medidas contra los productos de EEUU: “Si existen acuerdos económicos y militares bilaterales, en primer lugar, esos acuerdos no deben ser independientes entre sí, sino enlazados. En segundo lugar, si Andalucía se inunda de refrescos, maquinaria, “snack”, desayunos, semillas, abonos y fitosanitarios perjudiciales para la salud, debe existir una contrapartida, en este caso doble, por las razones expuestas más atrás, por lo que resulta del todo contraproducente, injusto, inmoral y agresivo, el veto mediante subida de aranceles, a cualquier producto fabricado, desarrollado o manipulado en Andalucía”.

Para el PNA la actitud caciquil de Trump con Andalucía es comparable a la tolerancia “inexplicable” de Susana Díaz y Pedro Sánchez con las medidas proteccionistas de EEUU. No queda más que ser valientes y pedir, con firmeza y la misma chulería que Trump, que abandonen las bases militares y se lleven su armamento nuclear a su país. Y, evidentemente, romper las relaciones comerciales con el país norteamericano que se puedan fuera de los convenios internacionales que obligan a España. Debe conocer Donald Trump que con los andaluces ni una sola broma, aunque la presidenta de la Junta ya ha declarado la guerra comercial a EEUU.

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