La candidata a presidir el PP Soraya Sáenz de Santamaría es seguramente la preferida por el movimiento nacionalista catalán pues gracias a ella estuvieron casi a punto de conseguir la secesión de España. Frente a lo que opinaban otros ministros y ministras del gobierno de M. Rajoy, la ex-vicepresidenta consiguió convencer al ex-presidente para lanzarse a la llamada Operación diálogo con el gobierno catalán de Puigdemont. Aunque realmente, quienes bien conocen lo que hizo allí la candidata fue más bien pasearse y ganarse a parte de la cúpula empresarial. Y dejarse engañar por Oriol Junqueras.

¿Por qué creen que los jueces se han estado cebando con los dirigentes catalanes? Venganza de la “chiquitilla” que, como ya hemos reflejado en otras ocasiones, es de armas tomar y siempre tiene ánimo de venganza contra sus enemigos. De esto puede dar buena cuenta García-Margallo que en el último congreso del PP fue señalado por los miembros del aparato de Sáenz de Santamaría. Eso sí el ex-ministro de Exteriores bien que disfruto de los agasajos de los compromisarios. Pero, volviendo a los políticos presos, la rabia por haber sido engañada posiblemente haya sido la fuente de la dureza presidiaria. Carece de lógica las medidas contra Junqueras y demás ex-consellers, salvo que detrás esté la mano de la candidata, vía uno de sus esbirros Catalá.

Evidentemente, esa rabia de haber sido engañada, ahora, sería propicia para los planes separatistas de Cataluña. Frente al diálogo que podría encabezar Casado o García-Margallo, Santamaría iría con el cuchillo entre los dientes. Poco le importó en el pasado acusar del atentado de Barcelona a los Mossos para no asumir sus culpas por el fallo de seguridad del CNI. Si volviese al poder, o tuviera oportunidad de estar cerca de él, siempre y cuando el conflicto catalán no haya sido resuelto, atacaría con una ferocidad tremenda al pueblo catalán en su conjunto.

Sáenz de Santamaría engañó a todos los presidentes de Comunidades Autónomas, junto a su inseparable Montoro, y cayó víctima de un egocentrismo exagerado en Cataluña. Eso lo lleva clavado en el corazón, y pese a que los medios de comunicación que tiene comprados (por ella o por sus amigos poderosos) no hablen de ello, ni lo saquen a relucir, sabe que eso provocó su distanciamiento de Rajoy y que no haya utilizado el “dedazo” nominador. Algo que se hubiese visto como normal dentro del PP, pero ya es conocido que el último día de presidente Rajoy la señaló frente a todas las personas de su confianza. “Ella es la culpable de todo” dijo entre whiskies el registrador de la propiedad.

Con ella al frente de un gobierno Cataluña sería independiente, e incluso Euskadi, porque la “chiquitilla” tiene entre sus capacidades precisamente ser una incapaz en la gestión de lo político. En cuanto se aleja del marco jurídico, donde se mueve medianamente bien, y de las cuatro frases aquilatadas por su gabinete, reluce una incapacidad manifiesta para cualquier asunto de Política (así con mayúsculas). Cuenta eso sí, con un gran apoyo mediático, pero en Cataluña se frotan las manos porque no serán las masas las que provoquen la independencia, sino el hartazgo con una persona como Sáenz de Santamaría. Como contra Junqueras no tenía dosieres que utilizar, pues cárcel sin fianza y ahí se pudra. Venganza, cruel y fría. Como es la candidata.

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