Fuente: Atlético de Madrid

Ayer El confindencial sorprendía con uno de esos artículos que no se sabe bien lo que son. Tal vez marketing personal, tal vez un bulo de los de siempre, tal vez una fórmula de allanar el camino para lo que ha de venir. Desde luego nadie se ha creído el titular: “Gil Marín rescata el Atleti con 400 millones de su fortuna y promete a la banca no fichar cracks”. Nadie lo ha creído porque lo habitual en Miguel Ángel Gil ha sido justo lo contrario, sustraer dinero del equipo hacia sus cuentas personales (ese salario como CEO que aumenta año a año, con pandemia o sin ella).

Tampoco es creíble el titular en sí mismo porque, según Forbes o el ranking de El mundo, la fortuna de Miguel Ángel Gil no pasa de los 200 millones de euros. ¿Cómo puede poner 400 millones de su fortuna quien tiene una fortuna que es la mitad? Desde luego a cualquier inspector de Hacienda le tiene que estar interesando y mucho ese titular. La realidad, y por ello se sospecha campaña de marketing, es que no, no va a poner ni un euro de su fortuna porque, como siempre, quien avala la refinanciación es el equipo Atlético de Madrid. Y bien que se va a notar en la plantilla del primer equipo masculino (la del femenino ya lo ha sufrido este año y mucho más el filial) el año que viene.

Carlos Slim, el millonario mexicano, era hasta hace bien poco el principal acreedor de la Sociedad Anónima Deportiva. Estaba involucrado en la megaoperación del Vicente Calderón, esa que parece ser que no deja ningún euro al equipo porque todo lo que llega va a engrosar las arcas del banco mexicano que puso el dinero para la construcción del Metropolitano. Una deuda que se iba a eliminar y paradójicamente no para de crecer a pesar del aumento de ingresos (incluidos los no futbolísticos). La crisis coronavírica ha dañado mucho ese aspecto de ingresos al Atlético, como a otros equipos, por lo que hay que refinanciar pero a costa ¿de qué?

Como sucede con los Gil, a costa de vaciar la plantilla. No saben trabajar de otra forma. Si alguien piensa distinto a que, más allá del marketing, lo que se ha anunciado en ese artículo es que se van a vender hasta las telarañas del Metropolitano, no conoce al dúo Forbes. Eso de no fichar cracks, como si alguna vez los hayan fichado (de fiado sí han tenido alguno como Falcao) es señal inequívoca de que este año van a vender todo lo que puedan y más. Por de pronto, los rumores que hablaban la salida de Saúl (para alegría de muchos) y de Giménez, pese a que Gil mandó que se desmintiese, pasan a tomar visos de realidad. Igual el segundo, por imposición de Simeone, no pero por el primero deben tener hasta el acuerdo firmado con el Bayern. El siguiente no se extrañen que sea João Félix porque es por el que pueden sacar mayor tajada. Y a Oblak habrá que mirar con el rabillo del ojo.

A Simeone no le echarán porque es el que les viene permitiendo ingresar lo que ingresan, pero si se fuese por propia voluntad igual no lo verían con malos ojos. Total buena parte de la afición piensa que con Emery u otro de ese estilo se conseguirían los mismos resultados. Gil y Cerezo mientras no les señalen a ellos son, como buenos demagogos, de ponerse los primeros a dar la razón a la afición. Cualquier jugador por el que puedan hacer una buena operación de ingresos está, tras el artículo, con el precio de salida puesto. Cualquiera. Luego tienen a los amanuenses para exaltar a la chavalería con ese astro brasileño que va a ser el nuevo Pelé, o el magnífico fichaje del portugués (de la cuadra Mendes) que nadie ha sabido ver –por algo no lo ha sabido ver nadie-, o el italiano a punto de jubilarse pero que los maldinis venden como un figura, o el francés cojo pero alto y guapo, o el rodillas raras de toda época Gil. A eso le sumarán a cuatro chavales del filial y a que obre el milagro de cada año Simeone.

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