Que Pablo Iglesias es la contradicción perpetua va quedando claro a la mayoría de españoles. Bien por su carácter populista, bien porque quiere ser la niña en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro. Ahora, justo hoy que el dictador fascista va a ser sacado de su mausoleo, dice que le parece mal que el Gobierno saque a Francisco Franco del Valle de los Caídos. Hace unos meses decía que el Gobierno no se atrevería a sacarlo hasta diciembre como poco. ¿Hay alguna forma de que sus dos personalidades se pongan de acuerdo en algún momento? Porque le parecía mal la tardanza y ahora la prontitud. Que si el gobierno era melifluo y ahora electoralista. ¿Qué parte es verdad y cual comedía señor Iglesias?

Ha sentado muy mal a la dirección de Podemos que saquen al dictador por lo que se ve. Tanto Iglesias como Irene Montero (ver tuit adjunto y perdónenle algún dequeísmo) han afirmado, sin ruborizarse, que la exhumación se podía haber llevado a cabo hace cuarenta años. ¡Anda! ¡Adolfo Suárez, que había dejado la camisa azul tres días antes, debería haber exhumado al dictador! Sí, porque era Suárez el que gobernaba en 1979. O ¿utilizan cuarenta como podían utilizar cincuenta para que parezca mucho tiempo y quedar ellas y ellos bien? Tiene pinta de que es más por lo segundo, pero que digan algo así es contradictorio con las capacidades que dicen tener por sus estudios. Primero, la correlación de fuerzas en favor de las izquierdas no es que fuera propicia, ni hace cuarenta, ni hace 35 años, además que había cuestiones más importante por las que luchar como el desempleo salvaje, una economía deficitaria y unos derechos de laborales y cívicos sin asentar. Segundo, llevaba un año en marcha la constitución saliendo de cuarenta años de dictadura y con unas fuerzas armadas plenamente fascistizadas. De hecho dos años después, por la tramitación de la LOAPA, la ley de desarrollo de las autonomías, se cargaron a Suárez y se dio un golpe de Estado. Tercero, ¿no decían que el régimen del 78 era continuidad de la dictadura? Entonces ¡cómo iban a sacar del mausoleo al fascista si todos eran fascistas!

El adanismo, que parece ser la enfermedad actual del izquierdismo, de Podemos parece que les lleva a no asumir que todo aquello que no hagan o digan ellas y ellos no es ni de izquierdas, ni bueno. Sólo si la formación morada hubiese estado en el Gobierno la exhumación habría tenido sentido pleno. Incluso pueden los lectores imaginarse empujones entre los adanistas para aparecer en la foto. De hecho hubiesen pedido que fuese televisado para aparecer en la televisión sacando con sus propias manos el ataúd. Pero si lo hace Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, es electoralismo. Da igual que el procedimiento judicial, por culpa de los familiares del dictador, haya retrasado más de un año la posibilidad. La culpa hay que echársela a alguien porque ellos y ellas no se pueden llevar los méritos.

En un día en que millones de personas, como sucedió en aquel 20 de noviembre de 1975, respirarán aliviadas al ver como se saca al dictador fascista del mausoleo en que le metieron para mayor vergüenza de un país que tiene  las cunetas plagadas de cadáveres de asesinados por la represión del fascismo (del de verdad no el de risas e insultos de esta infantil izquierda), Podemos tiene que dar la nota y en vez de alegrarse tiene que protestar. Tienen tal ansia de protagonismo, ese que van perdiendo cada vez más, que hasta una fecha en la que muchas personas incluso brindarán con sus seres queridos, con camaradas, con compañeras, con demócratas de bien, les parece mal. Podemos, al final, parecen ese tipo de persona que sólo va a bodas y celebraciones a sacar los defectos de los demás. Marcelino Camacho, si estuviera vivo, se lo reprocharía seguramente. Y citamos al legendario sindicalista porque las personas del PCE han tenido tan poca cabeza de decir que hoy lo más importante era el documental sobre su figura. Tienen un sentido de lo histórico, aunque sea recomendable ver en La2 el documental, un tanto atrofiado. Pero éstas al menos no lo han hecho con la mala fe de aquellas.

A todas las personas de bien le hubiese gustado que Franco fuese exhumado mucho antes, pero no se pudo por circunstancias históricas. Tal vez José Luis Rodríguez Zapatero podía haberlo hecho porque tenía el viento a favor, pero se le pasó, como otras tantas cosas. Pero pedirle a Suárez o a Felipe González que lo hubiesen hecho con un ejército en armas de verdad y mil problemas más importantes sobre la mesa es no tener sentido histórico, ni capacidad de análisis. Claro que sus opciones de destruir el régimen del 78 apoyando a la burguesía catalana son casi tan estrambóticas como el cabreo por no poder sacar ellos mismos el ataúd.

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