Los líderes de Ciudadanos demuestran día a día su analfabetismo político con sus declaraciones. Varias han sido las ocasiones en que Albert Rivera ha sido humillado en el Congreso de los Diputados por hacer referencias o citas que no fueron pronunciadas por las personas a las que se las atribuyó el líder del partido naranja. Villegas demostró su analfabetismo político recientemente al referirse al acercamiento de presos de ETA. Por no hablar de Girauta quien en su desesperada defensa del genocidio israelí hacia el pueblo palestino ha llegado a hacer afirmaciones que ni siquiera los más sionistas se atreverían a pronunciar. No pueden evitarlo y su cuñadismo les sale por los poros de la piel.

El último caso de esta plaga de analfabetismo fue protagonizado por Inés Arrimadas, la lideresa del ultranacionalismo hispánico. La parlamentaria de Ciudadanos llegó a afirmar que los pitos que varias personas le dedicaron a Felipe de Borbón el pasado viernes eran una falta de respeto que «sería impensable en otro país de nuestro entorno. Merkel, Macron, no lo permitirían». Semejante ejercicio de analfabetismo político sólo podía proceder de un partido sin ningún tipo de cultura ni tradición ni ideología política alguna que lo sustente.

En primer lugar, Ángela Merkel no es Jefa de Estado sino que tiene el mismo rol que Pedro Sánchez puesto que es la Canciller y no la Presidenta de la República Federal Alemana, cargo que ocupa Frank-Walter Steinmeier.

En segundo lugar, el cargo que ocupa el ciudadano Felipe de Borbón y Grecia está sujeto al escrutinio de los españoles y los pitos que recibió no son otra cosa que un ejercicio del derecho a la libertad de expresión. No fue ninguna falta de respeto puesto que el actual Jefe del Estado no es un símbolo del mismo, como lo pueden ser la bandera o el himno, e, incluso éstos, no están por encima de los derechos de los ciudadanos por más que el ultranacionalismo español liderado por Rivera, Abascal, Casado y Alfonso de Borbón lo pretendan.

En tercer lugar, Inés Arrimadas no puede hacer una comparación a países como Francia o Alemania en referencia a la Jefatura del Estado porque, principalmente, los pueblos de esos países eligen democráticamente a la máxima representación del Estado y no fue puesto a dedo por un dictador, como ocurre en España. Ese hecho diferencial es fundamental para entender cómo esos países tienen unas democracias plenas.

Comparar la figura del Jefe del Estado español con el de países de nuestro entorno en los que no se hurta a sus ciudadanos la posibilidad de elegir democráticamente a la máxima figura es una muestra más del analfabetismo político del partido de Albert Rivera y de muchos de sus dirigentes. ¿Conocía Inés Arrimadas que Francia y Alemania son repúblicas? Es dudoso que así fuera porque, incluso, demostró desconocer el nombre del presidente alemán. ¿Esta gente pretende gobernar?

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