El presidente castellano-manchego ha aprovechado que ha decaído el estado de alarma para irse a Roma a una audiencia papal. El comunicado oficial que se ha pasado a la prensa dice que Emiliano García-Page ha reconocido el valor del papa Francisco I como garante de los derechos y la protección de los más débiles. Además ha destacado que el sucesor de Pedro es gran conocedor de los hitos religiosos de Toledo y de lo que acontece en la península ibérica.

La parte privada se desconoce, entre otras cuestiones porque es privada, pero es obvio que Page no sólo habrá departido sobre el Puy du Fou toledano, sobre los pecadillos inconfesables o las ganas que puede tener para el pontífice visite la capital (y buena parte de la región) castellano-manchega. También le habrá pedido que rece por él ya que en España bastante tiene que aguantar. En primer lugar, al ser que dirige el PP de la región y que es incapaz de hacer algo que sea comprensible, no ya para el gobierno, sino para los ciudadanos. Con eso de copiar la barba a Pablo Casado, con eso de copiar que le llamen Paco y no Francisco del presidente andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla (“¡Llámame Juanma!”), con eso de copiar a Isabel Díaz lo que ese mismo día diga, al final no sabe bien Page si está confrontando con un manchego o con todo el PP nacional.

También le habrá pedido protección de algunas personas de su propio partido. Que a día de hoy están tranquilas, pero cuando el diablo se aburre ya se sabe. El camarlengo monclovita –sí, le habrá explicado que en Moncloa también tienen camarlengo- o los muy inteligentes que dirigen organización en Ferraz igual tienen tentaciones de cambiarle o hacerle las listas (como los diputados castellano-manchegos no cobran sueldo igual no entran a colocar a amigos pues no hay de dónde rascar).

Habrá pedido también que en la prensa no sólo le destaquen las frases que parecen dirigidas contra Pedro Sánchez. El problema es que con una economía regional aumentando su PIB a la par que Madrid no le van a dar más espacio que el que le dan. No es cuestión de destacar a un barón no sanchista que hace las cosas mejor que en la región adorada por la prensa cavernaria. Destacar que “el otro PSOE” –como es conocido en los mundos subterráneos de la prensa- gestiona mejor que el modelo pepero es tirarse piedras contra el propio tejado. En realidad Page habrá pedido que le dejen tranquilo y no le hagan caso en los medios nacionales.

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